...no son de Dios"

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Narrado por Nicolás
...

–Tamy... Oh, Dios... mierda... ah.... yo...tú... ya llegaste– es lo unico que logro decir con August aun encima mío.

–Sí...– dice ella pacífica.

Lo suelto y me bajo de la mesa.
Los brazos mojados de él me han humedecido parte de mi uniforme.Me paso la mano por la boca y me acerco un poco más a ella.

Tamara se encuentra apoyada en la isla de la cocina mientras sostiene una taza humenate entrelazada entre sus dedos. Su mirada es calmada y pícara, con una ceja levantada y mirandonos a ambos con expectación.
¿Qué se supone que le iba a decir?

–De seguro recuerdas a mi amigo... August– dije.

Me dan ganas de pegarme un puñetazo en la cara.

–Ah, pues claro, un placer verte denuevo– respondió ella, elevando la taza.

La tensión en el aire se podía cortar con un cuchillo.

–Será mejor que me vaya– dijo él arreglándose la camisa y metiendosela al pantalón.

–Sí. Mejor... – dice Tammy sonriéndole y guiñandole un ojo.

–¿Te llamo luego?– me dice mientras se aleja hasta la entrada. Me lo quedo mirando con los ojos abiertos como diciéndole que este no era el momento para que me preguntara eso– Vale... ya me voy. Adiós, Tammy.

Bye, August.

Siento que los pasos que se demora hasta la puerta son los 10 segundos más largos de mi vida. Tammy se queda callada mirándome con las cejas levantadas esperando a que diga algo.
Esto. Es. Muy. Incómodo.

–Y yo que creí que mi vida era interesante allá en Argentina– dice una vez que August sale por la puerta.

–Tammy, yo...

– No me tienes que decir nada... esto es asunto tuyo– dice subiendo las manos– pero no puedo creer que no me lo hayas contado.

Estoy a punto de pedirle disculpas hasta que me percato de algo que ella hizo durante todo este rato: la violación a la privacidad.

–¿Has estado en la cocina todo este tiempo?

–Um... ¿sí? – dijo con un toque culpa mientras se pasaba la mano por el cuello.

–¿Y cuánto de lo que hablamos escuchaste?

Se muerde el labio y toma un sorbo de su líquido caliente como para adquirir fuerzas.

–Perdona, es que me pillaste haciéndome un café mientras estaba con audífonos puestos... y para cuando me los saqué, ustedes dos ya habían comenzado su argumento. No quise interrumpir.

–Y preferiste escuchar las cosas que tenía que decirle– le dije con un toque de enojo. Me paso la mano por la cara para aclarar mis ideas. No sirve de nada enojarme ahora que ya sabe mi secreto– Ya, da lo mismo. Solo... no le cuentas a mamá ¿si?

–¡Pues claro que no lo haré!– exclama ella, ofendida por mi insinuación.

Fiu– suspiré alividado– gracias– Me acerco un poco más a la cocina y notó que hay algo calentándose en el horno.

La Teoría De August (boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora