Bienvenido(?) Matti

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                   Narrado por Nicolás

La primera vez que leí como se escribía su nombre me pareció muy peculiar. Mattias.
Pensaba que tenía falta de ortografía, era disléxico o algo parecido.
Sus padres se sintieron originales al ponerle dos T's en vez de una. Ni siquiera Matías o Matthew...sino que una combinación entre ambos nombres. Decian que le daría un toque único y que cuando la gente lo leyera, daria la impresión de que proviene de un país de Europa Norte.
Pero no.
Lo único que logró, es que tuvieramos que conseguirnos una T extra para su cartel de bienvenida...Y tampoco da ni una pinta de ser Europeo que digamos. Menos ahora.

Ahi estabamos nosotros, Sofi y yo. Esperando con manos arriba sosteniendo pedazos de cartulinas y globos inflados por oxigeno pulmonar (Ya que no nos alcanzaba para comprar los de helio) aletandolos en el aire. Hasta que lo vimos salir.

Al correr hacia nosotros con los brazos abiertos (despues de dejar caer su maleta frente a su familia) Pude notar como se le habia tostado la piel y aclarado el pelo, seguramente por el cloro de la piscina y el ardiente sol sobre su nuca todo este mes.
Con Sofi corrimos hacia él para que acortar la distancia del choque.
–¡Nico! ¡Sofi! –gritó.
Estrellamos contra él y nos enrolla con sus musculos morenos apretandonos contra su pecho. El brazo izquierdo se dirigia hacia mi, y el derecho hacia Sofía, amarrandonos en sus brazos bronceados y saltando de emoción como si fueramos el trío de los 3 chiflados.
Nos planta a ambos un beso en la coronilla, (remarcando el hecho que es más alto que los dos) mientras aun nos comprime con las caras apretadas entre su bicep y el pectoral.
–Ya, eh. Te he extrañado, pero sueltame. Apestas a comida de avión y a axila– le dice Sofi.

Saludamos a sus padres junto a su variedad de hermanos, y le pedimos permiso para que Matti fuera a desayunar con nosotros en el Gatsby. Su madre asintió mirandome con expresión apenada.
–Tómense todo el tiempo que quieran.–Dijo en tono apagado. Seguramente estaba cargada de Jet-Lag y necesitaba una siesta urgente.

Nos sentamos en una mesa de tres junto a una ventana en la que se lograba ver los aviones rasgar el cielo y cruzar el sol, que estaba rugiendo con gamas de colores calidos y matutinos. Nos pasan los menús. Ordenamos comida, y en el momento en que nos sirven los platos, nos ponemos a cotillear.

–Cuéntanos ¿Cómo la pasaste?– dice Sofi dandole un suave codazo en la mano.– ¿Alguna chica desafortunada?– le dice elevando y bajando la cejas repetitivamente mientras tomaba un sorbo de un vaso de leche.

–Pues sí– dijo él con orgullo, elevando la barbilla, mientras se echaba una cucharada de huevo revuelto con jamón– Me besé con una caribeña que se hospedaba en mi hotel.– menciona cerrando los ojos como si buscara un retrato mental entre sus recuerdos. Suspira y su cabeza se gira levemente hacia mi– Nico...tenias que verla...tenía el pelo californiano...ya sabes, entre café y rubio; y unos ojazos grices bien claros. Era hermosa...de las que te gustan a ti.

Sofi casi bota la leche por la nariz intentando que no se le escapara una risa.

–Seguramente que sí.– dice ella mientras tose.
Mattias la ve con cara de confundido y la ignora.
–¿Y tu conociste a alguna chica mientras yo no estaba?– me pregunta.

Tomo un sorbo de café.

–Nop...–digo haciendo sonar la lengua, saboreando el líquido caliente y aparentando desinterés.
–Pero ha conocido...– comienza Sofi, entrelazando los dedos en el té como si le fuera a contar un chisme a Matti.
Lo veo.
Veo en su sonrisa pícara por encima de la taza que está apunto de mencionarle a August.
Mencionar que en vez de una chica, he conocido a un chico.

La Teoría De August (boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora