Capitulo 16

1.1K 83 0
                                    

La oscuridad me sofoca, tengo frio, me siento débil. Quiero despertar, pero no puedo, no puedo hacerlo, me cuesta mucho trabajo.

Estoy confundida, no se muy bien lo que sucedido, lo ultimo que recuerdo, es a Benjamín diciendo "veneno" mientras caía por un precipicio, un precipicio que parece que no tenia fin, solo caía y caía, en una oscuridad escalofriante.

Un peso en mi mano derecha, una caricia en mi rostro, una corriente recorriéndome todo el cuerpo. Ya no soy solo yo en mi cabeza, no solo escucho mi voz en mi mente, en mi cabeza, otra la invadió.

Despierta por favor, solo despiertas. No me tengas en este agobio más. No te morirás, no lo harás, te quiero aquí, despierta hermosa luna, solo quiero ver tu ojos abiertos, quiero observar tu sonrisa, quiero escuchar tu voz, solo despierta.

Una corriente mucho mas fuerte pasa por todo mi cuerpo. Una presión en mis labios, muy rápida pero cierta. Es como si un motor con defectos cobrara vida, es como si fuera el empuje que necesitaba.

Aunque mis parpados pareciera que estuvieran pegados, que están sellados, están tan pesados como si tuviera un saco de papas haciendo presión para que no se abran, logro abrir los ojos.

Lo primero que veo, son unos ojos color miel, un chico, un poderoso, mi conexión.

Hay una sonrisa, su mano en mi mejilla, su otra sosteniéndome la mano, y se siente bien todo, es como si todo encajara, por unos minutos el rompecabezas esta completo.

-¿Te sientes bien?-Hay preocupación en su rostro, bolsas debajo de sus ojos.
-Tengo un poco de sed, y tengo frio.-Mi voz es ronca, como si no hubiese hablado en varios días, me la aclaro, pero no vuelvo a pronunciar una palabra.

Me acerca el agua a mis labios, era como si tuviera arena en mi garganta. Me cubre mejor, y me da un poco mas de agua, la sed que tengo no es normal.

La sed se va, el frio desaparece.

Estoy cansada, pero no quiero dormir, estoy débil, pero a la vez más fuerte ¿Que fue lo que sucedió? ¿Veneno? Recuerdo eso, pero no lo entiendo.

-¿Que paso?-Pregunto viéndolo a los ojos. Vuelve a su puesto a mi lado, vuelve a sostener mi mano, con su pulgar traza pequeños círculos, una caricia que me desconcentra por lo bien que se siente.

Pienso en "veneno, veneno, veneno..."

-Savannah, te envenenaron.-Me ve, esperando mi reacción. Este preparado para que mi temperamento estalle, explote.
-¿Que?-Es lo único que puedo decir, no es más que un susurro, si no estuviera tan cerca de mí, puedo asegurar que no me hubiese escuchado.

Mis ojos están abiertos como platos, y no se porque me sorprende porque antes de desmayarme escuche claramente decir "veneno", y desde que desperté esa palabra no ha salido de mi cabeza, esta corriendo en círculos en mi mente, pero era algo irreal, una gran parte de mi ser creyó que podía ser imposible, que mi cabeza me jugo una broma, pero escucharlo de Sebastián lo hace real, de nuevo quisieron acabar con mi vida.
-No puede ser ¿Como que envenenada? Yo estaba bien ¿En que momento?
-La comida, tu comida estaba contaminada, el desayuno de esa mañana tenia veneno.-Esta serio, y hay tanta preocupación en sus ojos, no muestro reacción alguna, y puedo ver que eso preocupa a Sebastián.
-¿Ustedes trajeron esa comida?
-No, la trajo un guardia, el cual encontraron muerto.-Muerto, otro muerto mas, por mi culpa. Y más peso se agrega a mis hombros, el destino esta poniéndose de acuerdo para que yo sea infeliz. Porque me lo dijo, me dijeron que mientras yo viva, muchos otros morirán. Y es como si fuera una colección de muertos, que cada vez se van agregando, y haciéndome a mí sentir más culpable.

Mientras yo viva seguirán sucediendo mas y mas muertes, y es mi vida y la de otros. Todo acabara cuando el cuerpo de quien esta haciendo todo esto, este destrozado y su corazón pisoteado.

-Pero habían pasado algunas horas desde que comí mi desayuno.-Y no entiendo porque todo duro tanto. Bostezo, tengo sueño, pero no quiero dormir.
-Si, pero menos mal, que al terminar de comer vomitaste todo. El veneno tenia un procedimiento lento, por eso que todo tardo tanto en hacer efecto, lo poco que quedo en tu organismo. Te hicieron un lavado estomacal, y estuviste inconsciente durante 10 días.-Y su voz es profunda, y me transmite un no se que y por primera vez agradezco haber vomitado, pero caigo en cuenta, analizo lo que me acaba de decir: '' ¿10 días? ''.
-¿10 días?
-Estuviste 10 días inconsciente. Aun no entendemos porque, y nadie lo puede explicar, pero sabíamos que estabas bien, los exámenes revelaron que te encontrabas bien, tus signos vitales estaban perfectos, tu simplemente dormías.-Veo hacia mi pie y ya no tiene yeso ni nada, lo comienzo a mover circularmente. Dormí 10 días y aun tengo sueño. Veo a mis lados y no veo a Benjamín.
-¿Donde esta Benjamín?-No lo veo a la cara, estoy viendo a todos lados, como si el mágicamente fuera aparecer.
-Se fue a dormir Savannah, son las 4, aun no ha salido el sol.-Me acaricia la cara, y me ve a los ojos y veo en ellos alivio, alivio por que desperté, por estar bien.
-¿Que tu haces despierto?
-Velando tú sueño. Y ahora haciéndote compañía.
-Gracias, gracias por quedarte a mi lado.-Es verdad, estoy agradecida por encontrarlo a mi lado, sosteniendo mi mano cuando desperté, sino me hubiese dado un ataque de pánico.

Sus ojos me llevan a otro lugar, me trasportar a otro mundo, otra galaxia, una en la que existimos solo nosotros dos. Y taquicardia me comienza a dar, y saltamontes brincan en mi interior. No puedo explicarlo, y quiero culpar a todos los medicamentos que seguramente me han suministrado todos estos días, quiero culpar a mi cuerpo por haber dormido tantas horas. Pero algo grita en mi, y es algo que quiero ocultar, pero que poco a poco encuentra la luz, todo esto me lo provoca Sebastián, porque me esta comenzando a gustar y lo quiero besar.

Él me ve y agranda sus ojos, hay sorpresa en ellos. Y se que leyó mi mente, se que invadió mi cabeza, pero no me importa, solo importa que cada vez se va a acercando un poco mas, y su respiración acaricia la piel de mi rostro. No aparto mis ojos de sus ojos, y un pequeño roce con sus labios es como si me hubiese electrocutado, una fuerte corriente recibe mi cuerpo. Sus labios están en los míos y encajan tan bien, y me relajo, y mi cuerpo siente varias emociones al mismo tiempo, y compartimos saliva, que saliva tan rica es la que estoy probando, porque no me importa nada. Olvido todo a mí alrededor y solo somos nosotros dos, besándonos, y pasándonos gérmenes y baba.

Mis manos en su cuello, tocando su cabello, sus manos en mis mejillas, y esta casi acostado encima de mi, pero no apoya su cuerpo por completo, y estamos disfrutando nuestro beso.

Separamos nuestros labios, pero unimos nuestras frentes, nuestras reparaciones están agitadas, sus manos continuando en mis mejillas y mis manos permanecen en la parte trasera de su cabeza.

Una sonrisa se entiende por mis labios, y no se que hace Sebastián, porque tengo los ojos cerrados. Disfrutando el momento en silencio, porque no quiero recordar nada que ha pasado en todas estas semanas, no quiero recordar las muertes, el descubrimiento que tengo padres, saber que no soy una simple donante, en este momento solo somos nosotros dos.

-¿Que me estas haciendo Savannah?-Pregunta Sebastián, abro mis ojos, pero el tiene aun sus ojos cerrados.
-¿Que me estas haciendo tu a mi? Eres insoportable, das miedo a veces, eres ególatra, eres vanidoso, eres tantas cosas despreciables, pero es como si tuvieras otra cara, como si hubiera otro tú, porque también eres a veces dulce, atento, gracioso, y eres soportable y provoca golpearte y besarte. Y son momentos como este que haces que me confunda.
-Tu me confundes, nunca había sentido nada igual.-Y nos vemos a los ojos, y ambos estamos tan perdidos, tan confundidos.
-Yo tampoco y no se como interpretarlo, no se como comportarme, no se que hacer.
-Quiero besarte Savannah y no quiero pensar, porque al pensar, analizamos todo, y esto simplemente se tiene que dar.
-Benjamín se molestara por esto.
-No me importa lo que piense él.
-Sera un secreto, serán solo besos. No le pondremos nombre, no le pondremos titulo. Solo nos besaremos cuando encontremos un momento de privacidad.-La duda pasa por sus ojos, pero la oculta rápidamente, y vuelve a pasar otra cosa, lo leo, y veo que no le gusta y pienso que dirá que no, pero asiente y acerca sus labios a los míos y me vuelve a besar, y todo se olvida. Porque esto solo serán besos, nada mas, no se involucraran sentimientos, ellos tienen que permanecer apartados.- ¿Que me hiciste? Desde que te bese la primera vez, ahora es como una droga, necesito tus besos, cuando nunca antes había querido besar a nadie, ni pasarme saliva con nadie mas.-Su risa ronca sale de su garganta, de su boca, esa boca que por no se cuanto tiempo será mía.

Hay una ventana, Sebastián esta acostado a mi lado, y vemos como el sol dice que esta iniciando un nuevo día, y es tan hermoso como el cielo cambia sus colores. Y sentir el brazo de Sebastián que me rodea me hace sentir seguridad, me siento tan bien.

-Nos tenemos que ir Savannah.-Y no hace falta que pregunte hacia donde. Me despediré del lugar que me dio seguridad por años, que fue mi hogar, que puso a un amigo en mi camino. Y aunque los últimos meses, mi propósito fue escapar, fue alejarme, ahora siento nostalgia. Y se que tarde o temprano tendría que decirle adiós a la escuela, pero una parte de mi extrañara todo, porque el nuevo comienzo que tendré es desconocido para mi, y algo me grita que las cosas no serán jamás iguales, aunque han cambiado tanto las ultimas semanas.

No se en que momento me quede dormida, aun el brazo de Sebastián me rodea, la habitación esta toda iluminada. Alzo la vista para ver su rostro y esta dormido, se ve tan pacifico, esta tan tranquilo, relajado, pero no me había dado cuenta de las bolsas que tiene debajo de sus ojos, cansancio veo que irradia su cuerpo, su aura esta opaca, pero con una leve, una tenue luz. Y trato de usar la conexión y lo único que consigo, es saber que se siente bien.

Con mi mano acaricio su rostro, y pienso en que si no viviéramos esta vida, si no me pasara todo lo que me pasa, y lo hubiese conocido, como lo dije una vez, seguramente el no hubiese sido solo mi amigo, me hubiera enamorado de él. Pero eso para mi es imposible, la realidad es que ¿Quien me asegura que como mataron a Mike, no maten a Sebastián, si lo llego amar? ¿Si me llego a enamorar de él, quien me consta que no lo asesinaran?

Alguien se aclara la garganta, me sobresalto, pero no alejo mi mano del rostro de Sebastián, solo volteo mi cabeza hacia donde provino en sonido.

Benjamín esta sentado en una silla, viéndonos fijamente. Veo en sus ojos que no le gusta que Sebastián este tan cerca de mi, pero no quiero que se aleje, no me importa lo que el quiera o no quiera, sebastiano esta descansando, no me moveré, ni me apartare.

Se que dije que solo quería algo para pasar el rato, pero en este momento no me quiero alejar de él. Su brazo rodeándome me hace sentir segura, y los miedos desaparecen. Y también le hace bien a él, esta descansando, y algo me dice que durante estos días no había dormido absolutamente nada.

Benjamín va a decir algo, pero lo silencio con un movimiento de mi mano.

-Déjalo dormir.-Digo lo mas bajo que puedo, no estoy segura si escucho, pero me da un pequeño asentimiento.

-¿Como estas?-Pregunta Benjamín, y aunque no le gusta que Sebastián este tan cerca de mi, hay preocupación en sus ojos. Aleja su mirada del brazo de Sebastián y me ve a la cara.-Nos asustaste mucho.
-Lo siento, estoy bien. Y tu ¿Como estas?-No lo estoy viendo, mi cara la apoyo en el pecho de Sebastián, aspiro su aroma y no se como explicarlo, pero es único, es varonil, me encanta.
-En este momento un poco incomodo.-Hay algo en su voz, no puedo identificar que. No puedo ver sus ojos así que no lo puedo leer.
-¿Cuando nos vamos?-Cambio el tema, se que me tengo que apartar de Sebastián en cualquier momento, pero no quiero que ese momento sea ahora, y esta durmiendo, tiene que dormir.
-Lo mas pronto posible ¿Cuando despertaste?
-A las 4 ¿Que hora es?
-Ya es mediodía...-No lo escucho mas porque mis ojos poco a poco, se van cerrando. Y lo ultimo que pienso, es lo bien que se siente estar rodeada por sus brazos.

"Estoy sentada en el medio del bosque, es de noche, la oscuridad tiene su propio canto. Siento como me acarician el cabello. Una sonrisa se forma en mi rostro, Sebastián esta aquí conmigo.

Volteo la cabeza poco a poco y me sonrisa se va borrando, detrás de Sebastián se encuentra alguien, y un escalofrió me recorre el cuerpo. Veo el brillo de un cuchillo, y observo como se lo entierran en el pecho. Estupefacción, es lo que veo en su rostro, me ve a los ojos, y quiero gritar, quiero correr hacia ellos, pero no me puedo mover. Y veo como sus ojos pierden su brillo, y su cuerpo cae al piso, la sangre rodeándolo, y una voz repitiéndome una y otra vez que es mi culpa, que quien tenia que morir era yo, no él. Y lloro, solo puedo hacer eso, porque lo mataron delante de mi y yo no pude intervenir."


Me despierto llorando, asustada, busco a Sebastián con mi brazo, y con la mirada, pero no lo encuentro. Y lloro mas fuerte, porque no esta conmigo y estoy asustada.

Escucho las pisadas de alguien que viene corriendo, y de un momento a otro, unos brazos me sostienen.

-¿Que pasa, luna?-Hay preocupación en sus palabras, me sostiene y lloro en su pecho.
-Me dejaste y tuve una pesadilla. No me vuelvas a dejar sola, porque tengo sueños horribles, y tú cuando estas conmigo los espantas.
-No llores luna, no lo hagas. Solo fui un momento al baño.-Me calmo, pero las lagrimas siguen cayendo por todo mi rostro.- ¿Que pasaba en tu pesadilla?
-Te mataban a ti, no quiero que te pase nada. No quiero que ni tu, ni Benjamín mueran. No los quiero perder, no te quiero perder.
-No me perderás, no nos perderás, siempre estaremos contigo. Nada me pasara, solo era una pesadilla, solo eso, un mal sueño, luna.
-Tengo miedo.-Susurro.
-No lo tengas, nosotros estamos aquí, luna.-Me besa la frente, y me relajo un poco.
-¿Por que me llamas luna?-Pregunto, alzando el rostro y viéndolo a los ojos.
-Por que antes de que tú llegaras a mi vida, todo era oscuridad, y cuando apareciste en mi vida, esa oscuridad se fue iluminando, como una noche de luna llena. Tu eres la luz, de toda la oscuridad que es mi vida, tu sonrisa, tus ojos, tu voz, tu cabello, toda tu, iluminas todo. Me haz cambiado, me haces querer ser mejor, ser mejor para ti, para estar a tu lado.-Y mi corazón esta corriendo un maratón, y no pienso en esas palabras tan dulces, solo lo beso, y es como si todo estuviera bien, simplemente con un beso.

En la cabaña están mis maletas listas, todas mis pertenencias están guardadas en cajas. Veo como Sebastián y Benjamín transportan todo a una camioneta, no se que modelo, ni que marca es la camioneta, no soy buena con esas cosas de autos.

Paseo por toda la cabaña, no viví mucho tiempo aquí, pero la nostalgia me llena.

Por la ventana veo el bosque, el que iba a ser mi salida, en el que casi me matan, el que llegue a conocer tan bien.

A mi lado se encuentran ellos, acompañándome a la que fue mi habitación, me quiero despedir de ella, la que fue mi hogar, mi rincón.

Lagrimas caen por mis ojos, decirle adiós a todo estoy es mas fuerte de lo que pensé.

La que era mi habitación, esta absolutamente vacía, con excepción de la cama y un escritorio, es todo tan diferente, tan extraño.

Y por ultimo, estoy de pie, frente a la tumba de Mike, despidiéndome de mi amigo, diciéndole no adiós, sino hasta luego.

Cuando regresamos a la cabaña, en ella se encuentran los cinco, los cinco chicos que me nominaron para que yo fuera su donante. Ni había pensado en ellos. Ahora se quedaran sin una nominada, pero no es mi culpa, yo les dije que buscaran a otra, pero ellos no me hicieron caso.

-Chico ¿Que hacen aquí?-Pregunto, viéndolos a todos. Aun no logro identificarlos.
-No te puedes ir.-Dice uno de ellos.
-Te tienes que quedar aquí, eres nuestra nominada.-Dice otro.
-Chicos lo siento, les dije que no me escogieran a mi, hay tantas chicas, pueden escoger entre una de ella.-Les hablo como si fueran niños pequeños y no se porque.
-No queremos a otra, te queremos a ti.
-Ustedes no entienden, que si yo hubiese sido la donante de alguno de ustedes, solo hubiese sido de unos ¿Cierto?
-Pero...- Sebastián interrumpe a uno de ellos.
-Pero nada, despídanse y escojan a otra.

Los veo, y les digo adiós con la mano, me monto en la camioneta.

Cuando nos vamos alejando, los veo a los cinco parado viendo como nos alejamos, y me despido de la escuela que fue mi hogar durante años.

No se a donde vamos, a ningún futuro donante le dicen la ubicación de donde se encuentran, o donde se encuentra cualquier sitio. Yo ni se donde esta la ciudad, donde esta el "reino" de Alejandro Cioretti, no sé ni cómo se llama, será una nueva vida, para mi, una desconocida.

Y con un adiós y una lagrima bajando por mi mejilla, me despido de todo lo que conozco. Para adentrarme en un mundo que no conozco.


DonorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora