Sofía agarró su vaso y cuando iba a dar un trago, Alex rápido se lo quito.

— ¿Qué haces, Alejandro?—le preguntó Sofía sorprendida.

—No puedes beber alcohol en tu estado, Sofía—le respondió Alex mientras empezaba a beber él el trago—. ¿Acaso quieres perderlo? Sé más cuidadosa...

—Vale, joder, gracias, padre—respondió Sofía irónicamente y quizás fue aquello que sacó a Rubén.

—Alex tiene razón, Sofía—dijo mientras se levantaba—, ¿no te importa tu bebe? Está bien que quieras joder la vida de los demás, pero espera unos meses más para joder la de tu hijo. Al menos lo único bueno que tiene ese bebe es el padre.

Todos se quedaron callados. Mangel se había quedado mirando a Rubén mientras suspiraba. Tenía ganas de abrazarlo ahí mismo pero por diferentes motivos no podía.

—Oh, joder, ya se pusieron sensibles—dijo Sofía mientras se levantaba—. Miguel, me tengo que ir. ¿Qué vas hacer? ¿Me acompañas o...?

—No—dijo Mangel mientras hacía una mueca—, puedes llamar a Kevin para que venga a buscarte. Yo... no, no me voy.

Rubén no supo por qué, pero se sintió aliviado por aquellas palabras de Mangel. Quizás porque aunque no se hablarán, al menos con tenerlo ahí... con su presencia, le bastaba.

Era un jodido masoquista.

—No se preocupen—dijo Lucas mientras se levantaba también—, yo también tengo que irme. Mañana trabajo. Tengo auto, Sofía, ¿te puedo acercar...?

—Eso me gustaría—respondió Sofía mientras sonreía y luego le echó una mirada a Mangel—. ¿Ves, Miguel? Eso es ser caballero, si no estuviera embarazada, me iría con él sin pensarlo dos veces...

—Lástima que es puto—dijo Cheeto y luego miro a Lucas—, sin ofender.

—Para nada—río Lucas y luego le dio un beso en la frente a Rubén—. Me llamas después.

Rubén asintió mientras sonreía. Sofía empezó a seguir a Lucas sin despedirse de Mangel, cosa que a éste lo alivio un montón.

—Eso ha estado incomodo, ¿no?—preguntó Eva mientras reía.

—Eres la única chica que queda—dijo Cheeto mientras sonreía—. ¿Y si hacemos orgía?

Alex le pegó en el brazo fuerte a su compañero mientras escuchaba la risa de su novia.

—Tampoco te pases, capullo. La tocas y te arranco los huevos.

—Es adorable mi novio—dijo Eva mientras le daba un beso en la mejilla a Alex.

—Oye, Mangel, ¿cómo te cae Lucas?—preguntó Cheeto.

Rubén frunció el ceño mientras echaba una mirada a Mangel, que solo alzó los hombros.

—No me interesa, no soy yo quién se lo folla—dijo mientras tomaba un trago de su cerveza.

—Para... ¿te lo has follado?—preguntó Cheeto mirando a Rubén—. Hostia...

—Eres un gilipollas—dijo Rubén mientras se levantaba y empezaba a caminar hacia la salida.

Igual, ya no tenía ganas de quedarse ahí. Ya estaba cansado.

Y cuando salió a la calle, se dio cuenta que estaba lloviendo. Maldijo en silencio mientras se ponía su abrigo y sintió que alguien le agarraba de la muñeca para llevarlo por la calle. No pudo ver bien a la persona que era hasta que un callejón los protegió de la lluvia.

Uncover.Where stories live. Discover now