Capítulo 7- Lágrimas sin consuelo

7.7K 404 39
                                    

Sus ojos contemplaban con tristeza y culpa la sonriente cara de aquella rubia. Se le aguó su jade mirada al recordar, por fin, todas sus aventuras juntas. Esos recuerdos que rompió con lo que le había hecho recientemente. Solo recordar pequeñas fracciones de esos momentos, le hacía odiarse a sí mismo desde lo más profundo de su ser.

Gray desde su lugar contemplaba la trágica escena que él mismo había provocado. Él había atacado a su compañera, a su hermana, habiendo prometido protegerla con su vida. Recordó los tiernos momentos amistosos que habían compartido juntos, y entre ellos destacaba uno. Ella había prometido que lo salvaría. Él lo había aceptado, ofreciéndole su ayuda en aquella mansión. Pero si hubiera sabido que esto acabaría así, que perdería a su mejor amiga, nunca hubiera aceptado su participación. Hubiera preferido ser él mismo quien recibiera ese golpe.

Las lágrimas asomaron por ambos pares de ojos, uno azulados oscuros y otros de color jade. Se deslizaron por sus mejillas hasta acabar en el suelo y en la cara de Lucy. Contemplaba su cara, su hermosa cara, y Natsu no paraba de pensar en lo hermosa que se veía. Aun sintiéndose culpable, la quiso abrazar, intentar transmitir lo mucho que lo sentía. Su corazón se hacía añicos, y sus esperanzas se iban esfumando con cada exhalación de tiempo que discurría.

-Luce, vamos, por favor respóndeme, dime que estás bien- le suplicó a su compañera por una respuesta, respuesta que no llegaría.- No, no puedes hacer esto a tu familia. No voy a pedirte que vivas por mí, no tengo tal privilegio, no lo merezco, pero sí te pido que lo hagas por tu familia. Fairy Tail. Ellos te quieren, no quieren perderte. Sé que han luchado por traernos a ambos de vuelta. Es lo mismo que hiciste tú conmigo. Pero yo no te pude devolver el favor. Piensa en cómo se pueden llegar a sentir los del gremio si se enteran que ya no estás con nosotros. Por favor, tienes que vivir, por tu familia.

Ninguna respuesta obtuvo de parte de Lucy, quien permanecía con una sonrisa y los ojos suavemente cerrados en el regazo de Natsu. Gray escuchó su discurso. El sentimiento de culpa que sentía permanecía dentro de él, pero comenzó a surgirle otro sentimiento. Veía a su compañero y no podía evitar pensar que él tenía la culpa, al igual que él mismo, de la muerte de su amiga.

-Natsu... no tengo derecho a echarte mucho en cara, ya que yo también tengo la culpa, pero no puedo perdonar lo que le hiciste. No puedo parar este sentimiento amargo que crece dentro de mí en contra tuya. No paro de pensar, ¿si tú no te la hubieras llevado, si tú no le hubieras hecho todo lo que le hiciste, Lucy, mi hermanita, seguiría aquí con su tierna sonrisa resplandeciente?

-No voy a detenerte si decides matarme, lo merezco, fui yo, solo yo quien la mató. En ese momento, cuando fui  END no podía controlar mi cuerpo. Veía todo lo que hacía. Era una maldita tortura haberlo presenciado. Nunca quise que nada de eso pasara. Así que, Gray, por favor, si alguna vez me has considerado tu amigo, si me has valorado como compañero en algún momento de nuestra vida, te suplico que acabes con mi vida.

Natsu lo veía a los ojos, suplicante de que dieran fin a su vida. No podía seguir con vida cargando en su conciencia con la muerte de su compañera y su primer y único amor. Solo de esa manera, podía compensar el daño realizado.

-No, no voy a acabar con tu vida. No es porque no tenga ganas, de eso no me falta, es porque eso no lo hubiera querido ella. Ella hizo lo que ha hecho para salvarte, no para que mueras. Ella quería que siguieras vivo, y yo voy a cumplir con su último deseo. A parte, cargar con su muerte el resto de su vida, es lo poco que puedes hacer para compensar su pérdida.

El pelirrosa agachó su cabeza. Gray tenía razón, merecía tal castigo, y si moría el sacrificio de Lucy sería en vano, inútil. Pero aun así, no sabía cómo poder afrontar la vida con tal atrocidad cometida. Volvió a mirar el pacífico rostro de la rubia y una pequeña triste sonrisa asomó de sus labios. Nunca se olvidaría de ella, sería la primera y última mujer a la que alguna vez amaría. Eso lo tenía claro.

Lo que END desea [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora