Capítulo VII / ¿Dulce Navidad?

Comenzar desde el principio
                                    

Lo que oigo me encanta, es justamente lo que busco. Jaime está claro que es perfecto, pero le falta un detalle, que no es gay. O eso dice...

–No te digo que no tengas razón, pero podrías darle una oportunidad a la pobre muchacha –dice Andrea.

–Quizás dentro de un tiempo cuando nos conozcamos más... –responde él poniéndose en marcha otra vez hacia el restaurante.

Mientras caminamos por la calle, empezamos otra conversación que no me hace mucha gracia.

–Caleb, ¿y tú no tienes alguna chica? –dice Andrea.

–Eso Caleb, cuéntanos –dice Jaime en un tono irónico mientras me guiña un ojo.

+Pues no, la verdad –digo yo de manera despreocupada. –Prefiero estar solo ahora mismo.

–¿Seguro? –dice Andrea dándome un codazo.

+Seguro –respondo firmemente.

Al llegar al restaurante entramos y ya están todos dentro aunque todavía no se han sentado. En la mesa me gustaría sentarme al lado de Jaime, pero al final no lo consigo. Andrea me pide que me ponga a su lado, que casualidad. Además, Jaime se sienta en frente de mi y a su lado Sara, lo que me da mucha rabia.

La camarera viene y nos toma nota de lo que queremos tomar. Acto seguido, cuando nos sirven la bebidas la cena se convierte en un campo de batalla.

–Bueno, Caleb es hora de que hablemos de unas cosas que me ha contado un pajarito –dice Sara dirigiéndose a mí en un tono despectivo.

+¿Qué cosas? –respondo yo confundido al no esperarme ese golpe.

–Las cosas tan bonitas que me dijiste el otro día en el recreo de tu colegio –dice cabreada. –Ya sabes, lo de puta y que venía a calentar a Jaime.

Entonces toda la mesa se queda en silencio y la atención se enfoca y nosotros dos mirándonos uno al otro sentados a ambos lados de la mesa.

+Mira, fue un momento de calentón, nada más que eso –digo intentando salir del paso.

–¿Un momento de calentón?, me has decepcionado como amigo –añade Sara.

+Puedes pensar lo que quieras, pero no fue más que eso –vuelvo a repetirle.

Entonces antes de que la cosa pueda ir a más, Andrea me lleva con ella a los baños unisex del restaurante.

+¿Se puede saber que quieres ahora? –pregunto entrando por la puerta. –¿Es algo de Sara?

–No, a mí ese tema no me importa –responde.

+¿Entonces? –digo haciendo un gesto con las manos.

–Caleb, creo que te hecho de menos –dice mirándome a los ojos.

Entonces me quedo en silencio sin saber qué decir. Ella da un paso hacia adelante e intenta besarme pero yo giro la cabeza e impido que eso ocurra. No quiero que me roben otro beso.

+Andrea, esto no funciona así –digo ligeramente alterado. –Ya lo pasé mal durante mucho tiempo y no estoy dispuesto a pasar por lo mismo.

–Caleb, dame una oportunidad –insiste ella desesperadamente. –He cambiado.

+No, no quiero volver al pasado –digo rechazándola una vez más. –Tuviste tu oportunidad y la desaprovechaste, lo siento.

Entonces salgo del baño y me vuelvo a sentar en la mesa, donde los platos ya están servidos y parece que Sara está más calmada.

A los pocos segundos Andrea sale también del baño y se sienta a mi lado intentado hacer que nada ha pasado. Se nota que se ha retocado el maquillaje y ha intentado refrescarse un poco con agua.

Por suerte, el resto de la cena se desarrolla tranquilamente y nos limitamos a reírnos y disfrutar de la compañía.

A la salida del restaurante, nos despedimos y cada uno cogemos nuestro camino a casa. Jaime se ofrece a acompañarme un rato pero yo rechazo su oferta porque prefiero ir con mis cascos puestos y algunas canciones que me distraigan un poco.

A mitad de camino a mi casa, recibo un mensaje de una de las personas que menos me apetecía que me hablaran hoy.

–Caleb, estoy dando una vuelta, ¿Quieres que quedemos? –pregunta Iñigo abriéndome conversación.

+Tío, te he dicho que no quiero hablar más contigo y menos después de lo del otro día en la calle –digo cansado de repetir siempre lo mismo. –Déjame en paz por favor.

–Solo quiero hablar, en serio –insiste.

+No, lo siento –digo cerrando la conversación.

Le bloqueo, no quiero que me amargue más la noche.

Al llegar a casa, me pongo el pijama y me voy directamente a la cama. Vaya locura de día.

¿4 meses después?

MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LEER ESTE CAPÍTULO, VOTA SI TE HA GUSTADO Y COMENTA LO QUE TE HA PARECIDO ;d•

El Paraíso Correcto (#GAY) (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora