¡Estupida! #2

28.- "Acepto" -Final-

18 de febrero de 2035.

Para los Blade, los siguientes años pasaron más rápido de lo que hubieran deseado. Danike se quedó con su nombre, solo cambiando su apellido ahora siendo Danike Blade. La salud de Aleksys mejoro en todo sentido, Dylan declaro sus preferencias encontrándose con que todos lo sabían, incluido su padre. Mackenzie estaba de novia con un chico, todos se opusieron al principio, pero al final lo aceptaron, todos permanecieron en Londres, Alessia incluso abrió una sede de la empresa, la cual iba viento en popa. Y lo mejor de todo. No se volvió a saber nada de Steven.

Hoy era un día especial, el tan esperado cumpleaños número veinte de Danike. Una gran fiesta se llevaría a cabo, con muchos amigos y familia. Incluidos Daniel, Derek y el hermano menor que apenas hace unos años conocieron, Henry, quien por cierto, era el esposo de Raechel y padre de su segunda hija, Faith.

- ¿Lista? – Pregunta Alessia a su hija.

Danike asiente sonriendo y da un giro con su hermoso vestido azul cian.

- Vamos, mamá.- Le responde Danike a su madre saliendo de la habitación.

Salen de su gran casa, y suben a la camioneta, donde todos la esperan, incluidos la hija de William y los hermanos menores de Mackenzie.

Alessia no podría sentirse más feliz, al fin tenía a su familia casi completa, pero a pesar de no tener a su mejor amiga con ella, sabía que desde algún lugar la estaba cuidando, alegre de que haya recuperado a su hija.

Minutos después la camioneta se estaciono en el gran hotel donde se llevaría a cabo la fiesta, cada uno de los chicos bajo del auto con elegancia. Danike sonrió ampliamente al ver a su novio acercándose, dio un gritito y aun con tacones, corrió hacia él, quien la tomo por los aires y le dio un par de vueltas.

- Te extrañe mucho.- Murmura el sin soltarla.

- Yo te extrañe mas.- Le responde ella. Ambos derrochando miel.

- Se vieron ayer.- Les gruñe el hermano mayor celoso, Aleksys.

- No jodas.- Le gruñe Danike.-  Has arruinado el momento.

- Sigues sin caerme bien.- Le espeta Aleksys a su cuñado, pero a pesar de eso lo saluda.

- ¿Entramos? – Pregunta Mackenzie tomada del brazo de Chrisnael.

Todos asienten y entran, encontrándose con el salón elegantemente decorado, amplio y hermoso.

- ¡Que comience la fiesta! – Grita Aleksys comenzando a bailar.

El mayor de los Blade jamás cambiaria, sigue siendo ese frio, mujeriego y chico malo de antes del coma, mas cariñoso y feliz, pero el mismo en fin.

- ¡Alina!- Grita Danike emocionada al ver a su amiga. - ¡Demasiado tiempo sin verte!

- Nos vimos en navidad.- Le recuerda la pelirroja comenzando a reír.

- No me está gustando eso de que estudies en Francia.- Gruñe la rubia.- Pero estoy feliz de que te vaya bien y estudies lo que te gusta.

Se abrazan, rien, bromean y cuentan anécdotas de los meses pasados. En esos últimos años se habían vuelto mejores amigas.

- ¡Hermanita! – Grita Aidan acercándose a ella.

- Hola hermanito.

Los mellizos comparten abrazos  y risas por varios minutos, después Aidan abraza a su novia y besa su mejilla.

- ¿Vamos a bailar? – Tanto Danike como Alina asienten y siguen al chico a la pista.

- Te amo.- Le susurra Danike al odio a Aidan, recibiendo palabras reciprocas.

Todo era perfecto, lo único que afligía a la familia, era que no se sabía mucho de Collin, su celular marcaba desconectado, no se volvió a conectar a su mail, era como si se hubiera borrado del mapa, pero estaba bien, William lo tenía vigilado, sin hacer contacto, solo verificando su integridad.

****

24 de octubre de 2037.

- No quiero que te arrepientas, hija. – Le dice Alessia a su pequeña, dándole los últimos toques al vestido. – Este es un paso enorme, necesito que estés segura de esto.

- Lo estoy, lo amo y sé que el a mi.- Le responde Danike firmemente.

- Bien, no tengo nada más que decir.- Sonríe y se acerca al tocador.- Solo esto.

Le tiende una cajita de joyería, Danike al verlo frunce el ceño.

- Debes tener algo regalado, y esta pulsera la use en la boda con Steven, considero que deberías tenerlo. – Explica Alessia con lágrimas en los ojos.

Estaba todo listo, lencería azul, la medalla que trae en el cuello es la misma que le regalo su padre a los diez años, la pulsera de su madre, el velo de novia que uso Maia en la suya y aretes nuevos.

Todo listo, algo regalado, algo viejo, algo prestado y algo nuevo. Todo saldría perfecto.

Ambas sonríen y salen de la habitación, encontrándose con Aleksys y las chicas, todos listos para caminar por el largo pasillo hacia el altar.

La marcha nupcial comienza a sonar, Maia, Mackenzie y Alina caminan al frente, mientras que Danike las sigue con su pálido e impoluto vestido, del brazo de su padre, Aleksys.

- Mas te vale hacerla feliz, cabrón.- Le gruñe Alexis a su yerno.

- Eso es todo lo que pretendo, señor.- Le responde el joven sonriendo al ver a su futura esposa.

Aidan y Danike se toman de la mano, escuchando como el sacerdote da la misa que los unirá ante Dios y el mundo como marido y mujer.

- Aidan Clyde, ¿Aceptas a Kydee Danike Blade, como tu esposa, para amarla en lo próspero y lo adverso, en la salud y la enfermedad, siempre siéndole fiel  y respetándola, sin importar que?

- Acepto.- Afirma el pelirrojo sonriendo.

- Kydee Danike Blade, ¿Aceptas a Aidan Clyde, como tu esposo, para amarlo en lo próspero y lo adverso, en la salud y la enfermedad, siempre siéndole fiel  y respetándolo, sin importar que?

- Acepto.- Dice Danike sin dejar de sonreír.

- En ese caso, ante los ojos de los aquí presentes y de dios mismo, yo los declaro marido y mujer. – Se escucha un vitoreo y el sacerdote sonríe.- El novio puede besar a la novia.

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Corto, pero es el final 7u7

Preguntas 7u7

1.- ¿Se esperaban que Aidan y Danike estuvieran juntos?

2.- ¿Por un momento pensaron que quiza la boda era de Danike y Collin?

3,.- ¿Del 1-10 que tanto se sorprendieron de que se casara con Aidan?

4.- ¿Del 1-10 que tanto me odian?

No subire el epilogo hasta que este capi junte 120 comentarios, cuando se junten (y este en mi casa) publicare el epilogo.

No, aun no me odie. Las dejare que me maten cuando lean el epilogo

¡Los amos!