¡Estupida! #2

3.- "Escuela"

Aleksys

Cuando salimos de la cafetería ni siquiera buscamos a Danike y al llegar al edificio Collin subió con nosotros a nuestro departamento para jugar videojuegos.

- ¡Les gane de nuevo! - Grito quitándome el casco del juego de realidad virtual.

- Bajale al ego campeón.- Escucho la voz de mi padre entrando al cuarto de juegos.

- ¿Qué hay padre? - Decimos Dylan y yo al mismo tiempo.

- Nada, llegando de hacer unos negocios, ¿Su madre?

- Ni idea.- Le digo yo.

El asiente y sale dejándonos solos.

- Ya me canse de jugar.- Dice Collin tirándose al sofá.- ¿Vamos al cuarto de cine de abajo?

MI hermano y yo asentimos y bajamos a la sala de cine de papá.

- ¿Qué película veremos? - Pregunta Dylan.

- Ni idea, a ver que hay.- Digo yo y el otro par asiente. - Ustedes vallan por palomitas y refresco, yo voy buscando que ver. - Asienten de nuevo y van a la cocina.

Al caminar por el pasillo escucho unos ligeros sollozos ahogados provenientes de la sala de cine, entro y me doy miro una cabellera rojiza.

- Hey mi pequeña demonio.- Le llamo.

- Vete.- Gruñe.

- Mackie.- La llamo de nuevo.- Demonio.- Nada.

Me acerco a ella, la cargo para sentarla en mi regazo y abrazarla.

- Hey tu cosa, ¿Conoces a mi pequeña Mackenzie? Se parece a ti, pero ella es muy valiente y no llora.

- Déjame Aleky, no estoy de humor.- Murmura dejando de sollozar.

- ¿Paso algo?

- Daniel. Eso paso.- Me dice levantando la cabeza al tiempo que más lágrimas bajan por sus sonrojadas mejillas.

- ¿Qué hizo ese hijo de puta? - Le pregunto molesto.

- Me engaña con Roxanne desde sabrá cuando.- Oculta su cara en mi cuello y la abrazo más. - No sé qué me duele más, que mi mejor amiga se acueste con mi novio o que mi novio me engañe.

- No sé por qué no lo terminaste cuando nos vinimos para acá.

- Yo no sabía que me engañaba, además papá en dos meses regresa a Minnesota y yo me iba a ir con él así que solo serían tres meses separados, pero el muy estúpido me engaña desde hace antes de venirnos.

- Cuando lo vea lo matare.- Murmuro más para mí que para ella.- Deja de llorar, los chicos no tardan en llegar y no te dejaran en paz si ven que has llorado.

Asiente y se sienta en uno de los sillones mientras se seca las mejillas con furia.

- Ve a lavarte la cara con agua fría, esas muy roja.

Hace caso y sale de la sala. Minutos después vuelve como nueva.

- Ahora sonríe. - Niega y la miro alzando una ceja.- ¿No? - Me acerco a ella y comienzo a hacerle cosquillas al tiempo que sus carcajadas resuenan en el lugar.