¡Estupida! #2

27.- "Entonces..."

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Omnisciente

Mientras tanto, en tierra firme, Collin pasa sus primeros días con su madre biológica. Deprimido y ausente, sin sus primos y hermanos, "Como desearía estar con Mackye solo para molestarla." Se dice a si mismo golpeándose la cabeza con el escritorio de su habitación.

Si tan solo hubiera hecho caso a sus primos cuando le decían que no tenía caso buscar a esa que se dice su madre, simplemente no valdría la pena, "Ellos tenían razón." Se repite incontables veces, quizá de haberlos escuchado, su madre estuviera viva y todo sería más sencillo, su madre sabría que hacer, sabría hacerlo sonreír aún bajo la tormenta, su madre era simplemente perfecta. "Lástima que lo arruine." Pensó.

>>Vuelve, te extrañamos en el departamento. << Decía el mensaje de Dylan.

>>Hermano, sabes que no quise decir eso, te extraño idiota. Vuelve<< Decía el que le mando Mackenzie.

Pero todos saben, que aun en los más profundos "No quise decir eso." Se oculta un poco de real sentimiento.

Collin siempre supo que la muerte de su madre fue su culpa, de no ser por él, todos serian felices.

El chico baja las escaleras de la casa para salir, pero antes de siquiera abrir la puerta todas las ganas de salir se le quitaron, soltó un bufido y corrió escaleras arriba, encontrándose con su celular sonando en señal de un mensaje.

>> 14 40 N 61 00 O. 24 horas. << Decía el mensaje de un número desconocido.

Sin saber que significa, el chico tomo su computadora e ingreso esos números en el buscador de internet, solo logrando confundirse más con los resultados que arrojaron su búsqueda.

¿Una isla cerca de Francia? ¿Qué demonios significa eso?

Reenvió el mensaje a su tío William, junto con su hallazgo.

Como sea, esas coordenadas ahora están en buenas manos, sean para lo que sea.

***

6 de mayo de2031

Esa mañana al despertar, Danike, sintió algo raro, algo como un... presentimiento. Recordó que la noche anterior se había quedado dormida leyendo, sin haber siquiera tocado sus maletas.

Se levantó de un brinco y comenzó a guardar sus cosas en las maletas, sin olvidar sus preciados libros. Aproximadamente una hora después, estaba todo listo; Salió de su habitación jalando la maleta, hasta llegar a la entrada, la dejo ahí y volvió a su habitación.

"Que silencioso esta todo." Pensó la joven rubia, pero se encogió de hombros y termino el recorrido hasta su cómoda cama, había dejado a la mano un libro, el que estaba leyendo, así que tras un rebote en su cama, se dispuso a leer como si la vida se le fuera en ello.

Hasta que pasado el tiempo, el hambre comenzó a manifestarse en su ser, "¿Por qué no ha venido Alina a llamarme a desayunar?" Se preguntó con el ceño fruncido, algo estaba extraño.

Camino de regreso a la cocina, encontrándosela vacía e impoluta, "Que extraño." Manifestó su subconsciente, pero se encogió de hombro, otra vez, y emprendió a hacer su desayuno.

Una vez terminado, se situó en un banquillo y comenzó a comer, tranquilamente, sin los reproches de su padre, las risillas de Alina o las miradas de Aidan.