II

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Luhan se sienta con vacilación en una silla situada en otra habitación, frente al doctor de mirada severa. Su cuerpo todavía está dolorido por lo que el desconocido le ha hecho, y por primera vez desea que le inyecten algo que lo haga quedarse dormido todo el tiempo. Pero entonces recuerda lo que le ha pasado hace un rato y reúne la fortaleza suficiente para afrontar las respuestas que Kris, su doctor, le ha prometido.

Suho, el otro doctor, el amable, se ha ido; Luhan escucha a Kris diciéndole que vaya a cuidar al otro. Como si el desconocido fuese la víctima en vez de él.

Luhan agarra los bordes de la silla con más fuerza y espera a que Kris comience.

—Te prometí respuestas —dice Kris recostándose contra el respaldo de la silla, complacido consigo mismo, y Luhan se pregunta si ha sido él el causante de lo que le ha ocurrido—. Pero sólo puedo responderte una.

Luhan lo fulmina con la mirada.

—Podría responderte otra más —sonríe Kris— si mueves el orbe otra vez.

Honestamente, Luhan no tiene ni idea de cómo ha logrado moverlo la primera vez. Le asusta el haber podido hacerlo. ¿Qué le pasa? ¿Por qué está aquí? ¿Qué le han hecho? Esas son sólo algunas de las preguntas para las que quiere respuestas, pero sabe que Kris no se las dará a menos que haga lo que le ha dicho. Pero está agotado.

Finalmente opta por formular la pregunta que más le importa en estos momentos.

— ¿Por qué estoy aquí?

Kris lo mira durante un buen rato antes de responder.

—Porque el mundo te necesita.

Luhan parpadea varias veces, convencido de que ahora parecía incluso más confundido.

—Esa no es una respuesta —dice Luhan con el ceño fruncido.

—Pero es la respuesta —dice Kris. Luhan reprime sus deseos de lanzarle el orbe a la cara. ¿Cómo puede responderle eso sin más? El lugar en el que se encuentra tampoco ayuda en absoluto. No le ayuda a entender cosas. ¿Y por qué cojones el mundo lo necesita?

—Ahora estás listo para hacerte unas cuantas pruebas.

Luhan levanta la vista hacia él. ¿Ha escuchado bien? ¿Pruebas? ¿Después de todo lo que ha sufrido? ¿Después de lo que ha visto?

— ¿Qué clase de pruebas? —pregunta débilmente. Uno de los paneles en la habitación se desliza hacia un lado y revela a varios hombres con mascarillas de pie junto a una cinta ergométrica.

—Primero estudiaremos tu velocidad —explica Kris, indicando a sus ayudantes que empiecen. Luhan los empuja con la poca fuerza que le queda.

—No puedo. Estoy demasiado cansado —argumenta. Pero Kris lo ignora y empieza a preparar la máquina. Luhan se da por vencido y permite que lo preparen para la prueba, pero parece que eso no es lo único que han preparado para él.

Luhan es incapaz de calcular el número de pruebas que le hacen, pero cree que son demasiadas. Lo hacen correr en la cinta tres veces, tirar objetos de diferentes pesos y tamaños con toda su fuerza, e incluso lo sumergen en el agua para comprobar cuánto tiempo es capaz de aguantar la respiración. Cuando Luhan no obedece, le dan descargas eléctricas por todo el cuerpo para mantenerlo despierto.

Después de correr sobre la cinta por cuarta vez, su cuerpo se rinde. Varias partes de su cuerpo sangran y sus piernas ya no aguantan más, así que cae al suelo. Luhan siente la corriente eléctrica circulando por su interior, y minutos antes hubiera saltado y corrido con todas sus fuerzas. Pero ahora se siente demasiado cansado y agotado como para hacer algo.

RevolutionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora