Dulce serenata

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Mariana

Eran las 10 de la noche, después de haber cenado y darle la noticia a mis padres sobre nuestro noviazgo entre Alonzo y yo estaba exhausta, así que decidí subir a mi recámara y darme una ducha en la tina, no sé donde se había metido Alonzo, pero según mi abuela la última vez que lo vio fue con mi padre, sí que duraría esa platica, tan solo pensarlo me daba risa imaginar a Alonzo con mi padre, salí y me puse mi bata cómoda y justo cuando estaba apunto de meterme a la cama, escuché una guitarra sonando por mi ventana, así que me asomé a toda prisa y ahí estaba Alonzo, parado junto al conjunto musical, me había traído serenata, y no lo podía creer, traía un ramo de rosas junto con el, era lo más tierno y hermoso, para las mujeres de mi casa era una tradición muy mexicana, que el novio le traiga serenata a su novia para pedir permiso a los padres y decirle a ella cuanto la ama, y según la tradición ella tiene que prender la luz de su cuarto para poder corresponderle con un sí aceptó, así que prendí en automático la luz y me asomé por el balcón de mi cuarto, y reía como Alonzo hacía cada intento por cantar.
Al terminar baje y corrí a sus brazos, lo bese como jamás había besado a nadie, fue tan tierno y cálido el beso, realmente lo amaba y mucho, tan solo estar a su lado, mi corazón palpitaba tan acelerado que no podía tener control sobre el, sus caricias eran tan dulces, podría comérmelo a besos en este preciso momento pero tenía que aguardar por lo menos hasta llegar a San Francisco, esa noche pasamos un buen rato platicando en el jardín hasta que el sereno de la madrugada anunció que estaba apunto de salir el sol y pudimos ver un amanecer perfecto, era nuestro amanecer que pasábamos juntos como novios y me juré a mí misma jamás olvidar este bello momento.

Los demás días transcurrieron normal, trabajábamos y por las tardes yo y mi familia le enseñábamos lugares famosos y contemplábamos la naturaleza, entre más le mostrábamos a Alonzo él se enamoraba más de mi tierra, tanto que me comentó que sería genial tener una casa aquí, así que la idea me resultó muy agradable.

Llego el día en que regresábamos a casa, mamá se puso un poco triste, ya que tenía mucho tiempo sin verme pero Alonzo prometió traerme lo antes posible para el cumpleaños de la abuela, así que por una parte la idea emociono mucho a mi madre y mi familia.

— mamá, no estés triste, prometo regresar para el cumple de la abuela, ¡vamos madre! Anímate, estaré en contacto contigo.

— está bien corazón, cuídate mucho, y cuida ese corazón tan grande y bondadoso.

Despedirme de mis padres realmente era difícil, que más quisiera estar junto con ellos pero tenía un empleo y futuro en San Francisco, y sabía que ni la distancia podía borrar el amor y cariño que existía en mi familia, así que tome valor y me despedí de ellos prometiendo volver en unos cuantos meses.
Cuando estábamos en el avión fue mi detonante, me asomé por la ventana y no pare de llorar, realmente es difícil dejar tu casa y tus raíces, Alonzo vio que no paraba de llorar, así que me tomo del brazo y me atrajo a él, no dijo nada solo me abrazo y eso fue lo mejor, porque sentí su calor y apoyo y pude desahogarme, ya cuando estuve tranquila y más calmada, él me sonrió y pregunto si me encontraba bien.

— si, estoy mejor, es solo que es muy fuerte para mí alejarme de mi familia, pero sé que ellos están conmigo siempre, sabes siempre fui la hija tan unida a ellos, cuando me fui a estudiar mi padre no quería que me fuera, ya que a pesar de mis demás hermanos también se fueron, la idea de que su única hija los dejara les dolía más que la partida de mis hermanos, y no es que no los quiera por igual solo que de ellos una parte de él sabía que se irían pero jamás pensó que yo los dejaría también.

— tranquila amor, no los estás dejando, solo estás persiguiendo tu sueño, y sé que el día menos pensado estarán juntos de nuevo, ya lo verás.

— gracias, tienes razón, en algún momento estaremos juntos de nuevo.

— así será princesa, ya lo verás.

Las palabras de Alonzo me tranquilizaron, escucharlo hablar de su experiencia en México y como admiraba la forma en la que mi familia era tan unida y feliz, eso lo contagiaba de alegría y felicidad, realmente jamás había visto una familia tan unida y especialmente llena de tanto amor, el no tenía una mala familia pero realmente sus padres siempre se dedicaron al trabajo, aunque siempre lo apoyaron casi nunca estuvieron en casa, siempre fue su nana la que lo cuido a él y a su hermana, realmente no compartió mucho tiempo con sus padres, pero eso no quería decir que fueran malas personas, es solo que era muy distinto las familias italianas a las mexicanas, pero lo que las hacía por igual era el apoyo y cariño que se tenían por cada integrante de la familia, y claro la comida.

Llegamos a San Francisco, era domingo y estábamos muy cansados, así que Alonzo me llevó a mi departamento, realmente me encanto haber vivido esos momentos al lado de Alonzo, me gusto conocer esa parte de él tan dulce y tierna, realmente me encanta, y más cuando sonríe de cierta forma que juro que hace que mi corazón se detenga y mi respiración sea cortada, amo ver esa sonrisa que nunca antes había visto en el, me le quedé observando un largo tiempo mientras manejaba y era inevitable no reír también yo, ya que se veía tan dulce y tierno.

—¿pasa algo?
—no, porque lo dices
— bueno porque llevo rato hablándote y noto que no paras de mirarme nena.
— Jajajajaja, no es nada, solo me encanta ver esa sonrisa tan hermosa que se dibuja en tu rostro, admito que nunca la había visto y me encanta.
— Jajajajaja, pues ya vez, esta sonrisa es la que tú dibujas no sólo en mi rostro sino también en mi corazón, así que es tuya, solo tuya, ven acá y besa esta sonrisa corazón.
— está bien, promete nunca usarla en ninguna otra parte si no es conmigo.
— prometido nena.

Llegamos a mi departamento y no podía despegarme de Alonzo, costo trabajo dejar de besarlo y bajar de su auto, pero tenía que ser fuerte y dejar que se fuera, mañana lo vería en el trabajo, así que con esfuerzos me logre despedir de él.

—corazón, anda ya vete a tu casa, mañana te veré mi cielo, así que anda se niño bueno y obedece.

— está bien, me marcho pero sigo pensando que era mejor quedarte en mi casa, pero está bien como diga la señorita hermosa, descansa mi princesa, te veo mañana en la empresa, y por cierto sabías que me encantas y te adoro?

— Jajajaja, no lo sabia pero me encanta saberlo y escucharlo decir de ti.

— hasta mañana princesa

— descansa corazón, avísame cuando llegues quieres?
— si claro.

Y así arrancó su carro y desapareció en la oscura noche, realmente Alonzo hacía que todo mi cuerpo no tuviera control con una simple mirada suya.
Llame a mi madre para decirle que habíamos llegado bien, tarde un tiempo platicando con ella pero al final no paramos de reír cuando hablábamos de Alonzo y la manera en que hizo de este viaje un momento mágico, para mí madre era un chico educado, guapo y estaba tan feliz de verme tan enamorada que ella realmente estaba tan Segura que terminaría esta historia en boda, mi madre siempre tan romántica, me despedí de ella y vi que tenía mensajes de Alonzo en mi celular.

Mi hermosa Mariana, he llegado con bien a casa, descansa y solo quería agradecerte estos días, realmente eres lo mejor hasta el momento en mi vida y te adoro con todo mi corazón, me encantas de los pies a la cabeza, te amo nena, con sólo existir me haces el hombre más feliz.

Rayos ese mensaje hacia que en mi estómago se sintieran cientos de mariposas y sensaciones únicas, me encanta que mande mensajes así, a quien engaño me encanta Alonzo.
Me fui a dar un baño y a descansar, mañana es un nuevo día ya no como Mariana sino como la novia de Alonzo, eso me llenaba de alegría.

M'aimer pour qui je suis  "AMAME CÓMO SOY"Where stories live. Discover now