seis

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-Las leyes ponderales son aquellas que determinan el... -Zayn le dio un rápido beso en los labios y Niall sonrió por el gesto, atontado como la primera vez-. ¿En qué estaba?

-Leyes ponderales -le sonrió con la mejilla apoyada sobre la palma de la mano, tratando de escuchar atentamente a su tutor en lugar de pensar en lo mucho que lo besaría cuando terminaran con las tutorías. Una parte de sí mismo se impresionó por haber logrado nombrar a esas leyes sin equivocarse.

-Ah, sí -sus mejillas enrojecieron y trató de no mirar a su compañero de clases para poder concentrarse en lo que estaba diciendo hace un rato-. Éstas determinan el comportamiento de la masa en las reacciones químicas, hasta donde tengo entendido son tres.

-¿Y si mejor me das un beso? -dijo de una forma tierna pero quejosa.

-Cuando tu promedio en química sea de siete -sonrió y dejó escapar una pequeña risa al ver el rostro de decepción de Malik. Era divertido besarlo pero aún más divertido molestarlo con sus calificaciones, sobre todo porque estaba en todo su derecho de hacerlo.

Entre explicación y explicación, Zayn quiso pasarse de listo y besar a Niall varias veces, claro que éste no se lo permitió y trató de seguir con su tutoría al colocar su libreta en frente de su rostro, riéndose en muy pocas ocasiones porque sabía la frustración que sentiría Malik con eso. Dejando eso de lado, las tutorías estuvieron bien, Zayn aprendió varias cosas que no comprendía del todo en clases y Niall no pudo sentirse más orgulloso de eso. Iban avanzando cada vez más.

-¿Cómo va la tabla periódica? -preguntó el rubio guardando sus cosas en la mochila.

-Bien, supongo.

-¿Crees que puedas decirme todos los elementos que te sepas hasta ahora? -Zayn le miró algo preocupado-Te daré un beso por cada elemento que me digas.

Eso valía la pena.

-Hidrógeno, helio, litio, berilio, boro, carbono, flúor, neón... sodio, magnesio, aluminio, silicio, fósforo... azufre, cloro, argón, calcio, potasio, escandio, titanio, vanadio, cromo, manganeso, hierro, cobalto -se detuvo unos segundos tratando de recordar ese dichoso elemento que, según recordaba al haber estado practicando con su hermana menor, tenía un nombre curioso y corto-... níquel, zinc, galio, germanio, selenio, bromo y kriptón.

-Lamento decirte que olvidaste varios elementos.

-¿Cuáles? -dijo asustado.

-Nitrógeno, oxígeno, cobre y arsénico.

-Oh... sí -quizá no se merecía sus besos, a pesar de haber hecho su mayor esfuerzo. Pero es que aprender treinta y seis elementos no era nada fácil.

-¿Cuánto te tardaste en aprenderte esos treinta y dos elementos? -preguntó el rubio de repente.

-Yo qué sé, como tres semanas -se encogió de hombros, un poco enfadado por olvidar cuatro elementos.

-Ay, me enorgulleces mucho, Zaynie-exclamó el rubio enternecido mientras le daba muchos besos pequeños en la mejilla. Zayn sonrió, sintiendo esa sensación agradable en el pecho y en el estómago. Le gustaba tener toda la atención de Niall por haber hecho algo bien, quizá no por completo, pero para lo que él era estaba perfecto.

Malik alejó el rostro de los labios del rubio mientras se daba la vuelta para tenerlo en frente, le sonrió y besó sus labios sin tomarle importancia a la pequeña posibilidad de que la bibliotecaria de la escuela estuviera pasando por ahí y los viera en dicha situación. Por suerte no pasó nada malo, pero eso no evitó que las mejillas de Horan se pusieran más rojas de lo normal, a Zayn le agradó verlo de esa manera.

El moreno volvió a besarlo, degustando sus labios y acariciando los costados de sus caderas.

-Creo que no deberíamos hacerlo en la biblioteca -comentó con pena caminando hacia la puerta del lugar, con la mochila sobre los hombros, Malik le siguió, también con la mochila puesta y, después de que se despidieran con amabilidad de Polly, la bibliotecaria, cerró la enorme puerta de madera de la biblioteca, provocando que ésta rechinara como de costumbre.

-Entonces, afuera de la biblioteca -dijo el moreno con una pequeña sonrisa traviesa en su rostro. Niall le miró confundido por unos segundos antes de que su compañero de clases le besara una vez más.

-Oye, tranquilo-respondió el rubio después de que se separaron y aún así, los dos sintieron que nada de eso debía de parar porque, al fin y al cabo ambos querían.

Volvió a besarlo, muchas veces, en específico las treinta y dos veces que habían acordado antes por cada elemento que le dijera. Algunos besos eran pequeños, otros eran más duraderos, algunos incluso fueron un poco húmedos, pero cada uno de ellos fue dado con cariño, entre pequeñas risas y con las mejillas de ambos ligeramente coloreadas de rosa.

Cuando terminaron, se miraron apenados pero satisfechos, aceptando sin muchas dificultades que ya era hora de irse.

one last time [ziall] {EN EDICIÓN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora