¡Reglas para ser una buena novia! |Kuroko No Basuke| [PremiosKnB2017]

[Resultados no garantizados]

Ya no sabía que pensar sobre su relación. Todo había ido de maravilla hasta que reflexionó sobre la situación. A pesar de todo, nada había cambiado. Él siguió desapareciendo dando excusas estúpidas.

Fue muy tonta al pensar que todo saldría bien. Después de todo, se trataba de ella. Aquella chica que lo único que sabía hacer era el ridículo.

—Ryôta...

Limpió las lágrimas de su rostro y golpeó levemente sus mejillas. Se levantó con pesadez de la cama y buscó entre su desorden la tonta revista.

Cuando la encontró se dejó caer en el suelo y la ojeo hasta llegar al artículo que necesitaba.

Reglas para ser una buena novia.

Leyó cuidadosamente cada uno de los puntos, pues días anteriores no había podido hacerlo a causa de la emoción que tenía por cambiar.

Las reglas, eran estúpidas. Pero no más estúpidas que ella.

Resultados no garantizados.

Quiso estrellar su cabeza en la pared y morir desangrada.

—¡Ren!

Tomó la revista y se dirigió con rapidez a la habitación de su querido hermano, sin importarle que se encontraba ocupado estudiando para la universidad.

—¡Sal de ahí marginal!

No obtuvo respuesta, así que optó por lo más sencillo: entrar por la fuerza. Se alejó unos cuantos pasos y tomó el suficiente impulso como para —según ella— derribar la puerta, pero no contó con que su adorable hermano abriera la puerta antes de que ella cumpliera su objetivo.

Ren le miró con sorpresa—. ¿Te crees superhéroe o algo? Si es así te llamaré Namo la magnífica.

—¡No me digas Namo!—replicó Momoko, sobándose el fuerte golpe que se había dado—. Solo ella me dice así y es espeluznante.

—A mí me cae bien.

—Exacto, a ti.

Ambos se miraron; Ren con indiferencia y ella con enojo. Más por lo de la revista que por el golpe.

—¿Necesitas algo?—preguntó Ren, sentándose en su cama y ojeando un libro de la universidad—. Estoy muy ocupado llenándome de conocimiento—señaló su libro.

Momoko se acercó a él y le arrebató el objeto, a la vez que le estampaba la revista en la cara.

—¡La revista es una gran mentira!

—Por algo se llama iFake—dijo con obviedad su hermano. Quitó la revista de su rostro y se aseguró de que no tuviera daño alguno—. ¿En realidad creíste en algo como eso?

—¡Tú eres el culpable!

—Yo no tengo la culpa de que seas demasiado lenta.

Y antes de que golpeara por segunda vez su hermoso rostro salió con rapidez de la habitación y se encerró en el baño. Momoko corría detrás de él gritando garabatos.

—¡Sal marginal!—golpeó con fuerza la puerta. Ren rezaba para que todo saliera bien—. ¡Me echaste a perder!

—¿Más?

Ahora sí que estaba enojada. Quería golpearlo y luego desnudarlo para grabarlo y subirlo a Internet.

—Yo solo quería ser mejor para él—murmuró. Las lágrimas comenzaron a acumularse, de nuevo—, porque se lo merece.