[Regla #5]

1.4K 195 31
                                    

El día anterior fue lo que Momoko tuvo más cercano a algo romántico. Estar la mayor parte del día con Ryôta no era tan aburrido como ella lo imaginaba. Reírse de sus chistes malos y ver como le enseñaba baloncesto a unos niños pequeños había sido lo mejor de su día.

"Cuando tengamos hijos les enseñaré a jugar al baloncesto"

Bueno, esa frase casi le hacía vomitar.

La cuestión es que Ryôta había estado más explosivo de lo normal y a Momoko le agradaba eso. Cuando llegó a casa luego de despedirse de él, su familia —Ren y su madre, porque su padre es muy serio y celoso— comenzó a bombardearla con preguntas sobre su cita y a enseñarle la foto de ella y Ryôta abrazados en el parque, que ya hasta la habían enmarcado.

"Ren, eres un hijo de puta", eso había dicho para luego golpearlo, ya que su madre le había informado que él era el fotógrafo de esa obra de arte. Pero después de todo conservo la fotografía y la colgó en su pared.

Por su mente pasaba el hecho de que ya estaba mejorando, aunque sea un poquito.

[...]

Al día siguiente, se había levantado con toda la actitud; incluso se tomó tiempo como para cepillar bien su cabello y arreglar un poco su uniforme. También había saludado a sus padres cuando entró a la cocina para desayunar, algo muy raro en ella.

Ryôta la traía más loca de lo normal y eso en parte era algo bueno.

Pero toda su alegría y ánimos de ayudar a todo el mundo se habían esfumado en cuestión de segundos.

Al llegar a la escuela se había encontrado con la noticia de que su novio no había asistido. Ryôta era el tipo de novio que mandaba mensajes a todas horas sobre lo que está haciendo, pero en esta ocasión no le había mensajeado ni siquiera para darle los buenos días.

¿Raro? Sí, mucho. Momoko comenzó a lamentarse por no responder cuando Ryôta le mensajeaba. Tal vez solo se harto de ser ignorado.

Con pesadez y ansias de que ya terminara la jornada escolar, fue hasta su aula.

—¡Momoko!

Un chico de peculiar cabello azul se acercó a ella.

—Oh, Ryû.

Ryû, uno de los mejores amigos de Momoko desde el preescolar.

—Hoy a las cuatro en el arcade—anunció—. Irán los chicos, jugaremos partidas hasta gastar todo el dinero de nuestros padres, ¿te apuntas?

Por un momento se olvidó de Ryôta y comenzó a saltar—. ¿También irá Sora?—preguntó, con entusiasmo. Ryû asintió.

Momoko no podía estar más feliz en ese momento.

[...]

—¿A dónde vas?

—A gastar todo el dinero que me dio mi papá, es decir, al arcade.

—Te acompaño, tengo algo que hacer.

Ren y Momoko emprendieron camino hacia al centro comercial, donde ella se encontraría con sus amigos y él se vería con alguien sumamente especial.

—¿Esos son los raros de tus amigos?—preguntó Ren, señalando la bolita de chicos a unos cuantos metros de ellos—. No me sorprende que no haya chicas.

—¿No tenías algo que hacer?

—¿Me estás corriendo? ¿A mi, tú hermano?—cuestionó, haciéndose el ofendido.

¡Reglas para ser una buena novia! |Kuroko No Basuke| [PremiosKnB2017]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora