[Regla #4]

1.6K 184 31
                                    

Momoko era la peor novia del mundo; Ren lo había confirmado el día del partido luego de ver como apoyaba al equipo contrario. Parecía inocente pero en realidad era estúpida.

Era un agradable fin de semana y ambos se encontraban recostados en el sofá viendo televisión. Momoko aún seguía en pijama y al parecer no tenía intenciones de cambiarse; por otra parte, Ren miraba cada movimiento de su hermana.

—¿Qué me ves?—interrogó Momoko, con fastidio.

—Ni modo que lo bonito.

El control de la televisión fue a dar en la cabeza del inocente de Ren.

—¿Por qué es así? Tan estúpida—Ren hablaba consigo mismo—. ¿Por qué me diste una hermana así querida mamá? ¿No sabes cuanto sufro?

—¡Mamá, Ren me está molestando!

—¡Ren, deja a tu hermana!

Momoko sonrió con maldad—. ¿No piensas salir? Puedo jurar que eres gay, nunca te he visto con una chica.

—¿No piensas cambiar? Puedo jurar que eres hombre, nunca te he visto con algo femenino.

Así estuvieron la mayoría de la mañana: peleando. Claro, hasta que su madre llegó y los mando a ambos a la tienda a comprar un poco de pan. Dejen de holgazanear y hagan algo productivo, les había dicho la señora con esa mirada que solo las madres saben poner.

Y ahora ambos se encontraban de camino hacia la tienda para comprar el dichoso pan. Los dos hermanos montados en su skate para ver quien era más rápido. Obviamente, Ren ganó.

—Oye Ren—llamó Momoko a su hermano, mientras buscaba el pan—. ¿Por qué te preocupas por mi relación con Ryôta?

—Porque eres mi hermana—dijo con obviedad, y ayudó a la chica a cargar el pan hasta la caja.

—Otra opción.

—Porque eres idiota y Ryôta también. ¿Sabes lo que pasa cuando juntas a dos idiotas? K-boom.

Momoko rodó los ojos—. ¿Es enserio?

—¿Por qué crees que no?—preguntó incrédulo—. Créeme que tengo mis razones.

Pagaron el pan y salieron de la tienda. No sin antes quedarse con el cambio y comprar algunos dulces para el camino.

—El clima tan bueno y yo sin novia—suspiró Ren, observando a lo lejos unas cuantas parejas.

—Ya, tengo una amiga, te la conseguiré—animó Momoko—. Es explosiva, justo tú tipo.

—¿Cómo sabes cual es mi tipo?—le miro de reojo.

—Pues te interesas mucho en Ryota así que...

—Cállate no quiero oírte más.

[...]

Sus ojos viajaban entre cada una de las revistas que tenía enfrente. Todas decían tonterías, pero ya no confiaba mucho en la llamada iFake; Momoko juraba que había algo raro en ella.

—No necesito a Ren y sus estúpidas reglas—aseguró—. Yo misma puedo cambiar.

Dejó las revistas a un lado y dirigió la mirada al cartel que tenía enfrente, ridículo por cierto.

"Todo por Ryota, nada por mi"

—Tú puedes Momoko—se animó a si misma y sonrió.

Empujó todas las revistas de su cama y comenzó a buscar su móvil. Una vez que lo encontró llamó a su novio.

¿Momocchi?

Oh, Ryota, ¿estás ocupado?

Pudo jurar que escucho un grito al otro lado de la línea.

¡Para nada! ¿Quieres hacer algo?

—Quiero verte—se atragantó al decir esas palabras—. Iré al parque de siempre, te espero allí—colgó.

Bien, lo que sigue.

Abrió con rapidez su pequeño ropero y comenzó a sacar su escasa ropa. ¿La razón? Tenía que encontrar algo femenino entre toda su ropa deportiva.

—El comentario del estúpido de Ren si me caló—dijo mientras observaba su única falda: la escolar—. ¡Mamá, recuerdame porque no tengo faldas!

—¡Porqué me juraste en el centro comercial que nunca ibas a usar una, solo la escolar!

—Gracias mamá.

—De nada cariño.

Momoko suspiró. Revisó la hora en su celular, aún tenía tiempo para buscar algo que ponerse. Descartó la ropa deportiva y optó por ponerse una camisa a cuadros, una chamarra encima y unos jeans normales junto a sus típicos zapatos.

Se miró en el espejo—. Es lo único que puedo hacer—acomodó su cabello y se colocó el gorro de lana—. Lo siento Ryôta.

Recogió sus pertenencias y salió de la habitación.

—¿A dónde vas vestida así?

—Que te importa.

Ren le siguió el paso hasta la entrada, estaba muy curioso.

—¿Vas a ver a Ryôta? Wow, eso es nuevo.

—Deja de existir—ordenó Momoko. Aunque claro, no es como si se fuera a cumplir.

—Te adelantaste a la regla #4—anunció su hermano—. Preocuparte por tu apariencia.

Igual no pude hacer mucho...—murmuró con vergüenza.

—No se trata de eso—Ren se acercó a su hermana y la tomo por los hombros—. Está bien como eres, son tus gustos, pero, ¿no crees que Ryôta lo merece? Y deja eso, si no que tienes que mostrarle al mundo lo que hay debajo de esa capa de suciedad.

—Te sigo odiando—comentó entre risas. Su hermano era tan divertido y cursi.

—Que lindo se siente ser correspondido. Ahora vete antes de que te saque a patadas.

—¡Si señor!

[...]

Había llegado tan temprano que ahora estaba aburrido y ansioso. Su mirada vago por todo el parque, tratando de encontrar a cierta persona.

Momocchi...

¡Ryôta!

Y ahí estaba su chica. Con aquel gorro de lana que le había regalado en su cumpleaños. Se veía tan bien que quería sacarle muchas fotos.

—¿Esperaste mucho? El pendejo de Ren me detu...

No pudo terminar la oración; Ryôta la estaba abrazando muy fuerte hasta al punto de asfixiarla. ¿Hace cuanto que no la abrazaba? ¿Hace cuanto que no salían como una pareja? Vaya, si que era muy paciente.

Momocchi, te quiero tanto.

Tranquila, lo está diciendo enserio.

También te quiero, Ryôta.

Kise se iba a tatuar esas palabras en la frente.

[...]

Cierto chico caminaba con alegría cerca del parque; en una de sus manos llevaba una cámara fotográfica y en la otra su preciado skate.

Corrección, regla #4: dile cuanto lo quieres, a él le encantará saber que sus sentimientos son correspondidos.

Si, aquel chico le había mentido a su hermana sobre la regla cuatro.

—Voy a tatuarme está foto en todo el cuerpo.

Satisfecho con su trabajo, se dirigió a su casa; el resto le correspondía a su hermana. Aunque aún tenía que pulirla más.





¡Reglas para ser una buena novia! |Kuroko No Basuke| [PremiosKnB2017]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora