Capítulo 12

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- Eso fue muy lindo. ¿No quieres ser mi hermana, Lauren?- Bromeó Dinah.

- No te atrevas a tocarla, ¿oíste?- La amenazó mi amiga.

- Toda tuya.- Dijo levantando
ambas manos tratando de demostrar que estaba fuera de juego.

- ¿O de...?- Normani no alcanzó a terminar, ya que la más alta le dirigió una severa mirada de reproche.

El timbre sonó y se nos dio el aviso que se nos permitía volver a casa.

- A este paso no tendremos clases en todo el año.- Dinah reina de las bromas Jane.

- Ojalá sea así.- Decía mi amiga mientras cruzaba los dedos.

- ¿Entonces nos vamos?- Pregunté.

- Claro.- Respondieron las demás y nos encaminamos.

Con mi otra mano me sujetaba la herida y trataba de masajearla con el fin de que el dolor se calmase aunque fuera un poco, pero no funcionaba mucho.

- Lauren.- Sentí una mano colocarse en mi hombro haciéndome detenerme y voltear.- ¿A dónde crees que vas?

- A casa, ¿no ves?

- Tienes que ir a que te curen eso.- Apuntó mi mano.

- Estoy bien, Camila.

- Lauren...- La interrumpí.

- Ya te dije que estoy bien.

- ¡Lauren! No seas terca, te duele.

- No, Camila, te dije que estoy bien.- Ella no me dio tiempo para actuar, fue y agarró mi mano fuertemente.

- ¿No te duele?- Comenzó a apretarla, el dolor me estaba empezando a llegar, pero no podía ceder.

- No.- Dije rápidamente evitando que un quejido se escapara de mis labios.

- ¿Y ahora?- Presionaba cada vez más y estaba por rendirme.

- ¡Sí!- Grité, no aguanté.

- ¿Chicas, qué están hacieeeen...- Dinah se dirigía a nosotras, por lo que las otras dos también nos miraron.

- Lauren y yo estábamos...- La interrumpió la más alta al notar nuestras manos juntas.

- ¿La invitaste a salir y dijo que sí? ¡Felicidades, Mila!

- ¿Qué? ¡Dinah, no!- Ella de inmediato me soltó y yo agradecí mentalmente.

- Pero si...

- ¡Dinah!- Le volvió a gritar estando bastante ruborizada.

- Dinah, vamos. Déjalas que estén solas. A lo mejor y terminan lo de la biblioteca.- Se burlaba mi amiga.

Dinah sólo rió y se fue con las demás. A mí la situación me parecía cómica, pero me habían dejado sola. Sola sola no, ya que estaba Camila, pero casi casi.

- Camila...- La llamé, pero ella no contestaba. Miraba atentamente hacia donde las chicas habían desaparecido.

- Camila.- Esa vez intenté un tono más fuerte para lograr su atención.

- ¿Qué?- Preguntó sin mirarme.

- ¿Ya me puedo ir?- El silencio volvió, pero fue interrumpido por un suspiro de ella.

- ¿Ya no te duele?- Se giró y se plantó frente a mí.

- Camila...

- Di que no y ya está.

- No debería mentirte.- Ella bajó la vista y creo que sonrió.

- Ven.- Me incitó.

- ¿A dónde?

Único verde - CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora