~Capítulo 13~

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Dedicado a LarryFireproof3, o como yo la conozco, Nites. Gracias por todo, en pocos días te convertiste en alguien muy especial para :) te jamoh Nites...

Harry's POV

El ascensor continúa ascendiendo lentamente, piso tras piso, y los pasos se escuchan cada vez más frenéticos en su interior. Es como si corrieran dentro de él. ¿Por qué tendré tanta mala suerte con los ascensores, Dios?

Prefiero no arriesgarme, tengo que volver sano y salvo porque debo cuidar a Ed. Corro a las escaleras antes de que el ascensor llegue al quinto piso, y bajo apresuradamente. Bajar no me cansa, el tema es subir. Corro a las puertas, cruzo la acera y me encamino a mi auto, estacionado casi en diagonal. Soy un desastre para estacionar. Hay un McDonalds no muy lejos de aquí. Ed es un molesto, pero hay que reconocer que la comida de los hospitales revuelve el estómago con solo verla. O por lo menos la de ese hospital.

Llego en veinte minutos, y me bajo con la intención de ir lo más rápido que pueda, pero me encuentro con que hay una cola de la puta madre. Esto es lo malo de estos sitios (además de la comida chatarra), que siempre están llenos. No importa que sea un lunes a las tres de la mañana, es como si en este lugar no conocieran lo que es el toque de queda.

Me formo al final de la fila con resignación. Esto tardará.

(...)

Intento esconderme las hamburguesas dentro del buzo, cuando me fui del hospital, no reparé en que no se podía ingresar con comida. Idiota. Y también el pelirrojo por aconsejarme. ¿Qué voy a hacer ahora? Se me hace imposible esconder las bebidas y las papas fritas en el buzo también. Las hamburguesas de por sí ya hacen bastante bulto. Puedo decir que fui a comer a McDonalds y regresé así. ¿Tan increíble es? Hago una mueca de pura frustración. Bueno Sheeran, lo siento, pero hoy comerás hamburguesa con agua.

Me apeo del coche, y voy directamente a las escaleras, sin pensar. Creo que nunca más volveré a subir en ascensor en mi vida. O tal vez nunca vuelva a subir a un ascensor de hospital, y punto. Le sonrío inocentemente a la secretaria que se encuentra en el mostrador, es diferente a la que había la otra vez; la chica rueda los ojos. Y entonces la curiosidad gana.

-Disculpe. Hace una hora más o menos entró un chico, y me pareció reconocerlo. ¿Me podría decir su nombre? Por favor -le ruego.

-Sí, hace un poco menos de una hora entró un chico. Ahora está en urgencias. Está grave -se me encogió el estómago, y la verdad, no sé por qué-. No podemos dar información de las personas que ingresamos a este hospital, lo...

-Por favor se lo pido. En serio me pareció reconocerlo, pero no estoy seguro. No estaba muy reconocible que digamos -miento. Lo había reconocido en el primer momento.

-... Bien. Se llama Louis Tomlinson... ¿Lo conoces?

-¡Oh, Dios! ¡Lou! -exclamo. Siempre se me dio bien la actuación. Admito que no tengo la más mínima idea de dónde salió Lou, pero ese apodo lo hace más creíble, y la situación lo amerita -. Dígame en que habitación lo pondrán -pido con 'preocupación'.

-Ya están preparando la 630, en el quinto piso. Tal vez en la madrugada lo trasladen. Mañana a primera hora empiezan las visitas -me avisa.

-Muchas gracias -me estoy alejando cuando la chica me llama.

ANOREXIA- Larry StylinsonWhere stories live. Discover now