Capitulo 1

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Era una fría mañana, en el movido e inmenso castillo de unas 775 habitaciones, si, exactamente esa cantidad, seguramente estarás pensando que su majestad La Reina y su hija La Princesa necesitan 775 habitaciones, pero la realidad es que en el castillo habitaban unas 800 personas, el castillo cuenta con 20 salones, 51 habitaciones para la familia Real y sus invitados, 189 habitaciones para el personal, 91 oficinas y 78 baños.

El palacio tiene mas de 451 empleados fijos, gran parte de ellos viven en el castillo, sus trabajos van desde la seguridad, y servicios básicos del sitio, hasta personas dedicadas solamente a colocar las banderas todos los días y darle cuerda a los relojes.

Además, aproximadamente otras 200 personas trabajan en algunas fechas especiales del año.

Entre esos fijos se encontraba Ally Catalina Brooke, quien era fiel mano derecha de la princesa desde que ella tenia al menos unos 13 años de edad, en aquel entonces Brooke contaba con tan solo 18 anos, a pesar de haber estudiado en unas de las escuelas menos prestigiosas de la nación, termino por ser lo que en estos tiempos se le llamaría "Asistente" de la joven princesa ya antes mencionada, la pequeña que tan solo media 1,55, fue valiente, honesta y sobre todo hermosa, aunque esto suene algo pretencioso, esto le ayudo mucho para obtener el tan venerado cargo, ademas de ser joven, algo que la princesa necesitaba, estar rodeada de alguien de mas o menos su edad, no terminar por ser solo su "niñera" sino también una amiga.

-"Bhenoyuge De Prenunghzie!"

"Bhenoyuge De Prenunghzie!"

"Bhenoyuge De Prenunghzie!"

Le anunciaba "Un Buen Despertar" la pequeña asistente a la princesa, la cual obedeció al primer llamado.

Regla #123 -"Una Princesa jamas hará o se hará esperar"

Mas sin embrago, la pequeña empleada, había hecho costumbre los 3 llamados, ya que la chica Real en los 2 primeros solía estar aun adormecida y sin responder, a pesar de haberlo hecho en los 3 últimos anos, jamas lograba acostumbrarse.

-Bhenoyuge De Prenunghzie Brooke.

-Hoy le espera un esplendido día su alteza.

La princesa le regalo una sutil sonrisa y asintio, apenas postro sus pies en sus pantuflas de seda, en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba rodeada de 10 de sus doncellas, quienes la acompañaron a el baño o al "Letuhjke De bhunjhe" la princesa, a pesar de demandar un poco de dependencia, incluso para lo mas primordial como el baño, pues no la conseguía, incluso para ello debía cumplir con una serie de exigencias, las cuales eran bañarse vestida con un ropón de lana ligera, abotonado del cuello a los pies, y rodeada de sus doncellas, que sostenían sábanas abiertas para que nadie pudiera verla entrar y salir de la bañera.

Una vez terminado aquello tan sencillo, que sus empleados hacían parecer tedioso, se vistió, con un atuendo previamente elegido, aunque no por ella, la mayoría de su vestimenta estaba compuesta por vestidos victorianos, de colores pasteles, esto era lo que mas le afligía, pues era una chica del siglo XXI, así que por esto si se dedico a luchar, solo logro usar ropa moderna en eventos que no fuesen oficiales, como por ejemplo su día libre, el que tenia 1 vez por semana.

Acompañada de su leal asistente Ally, se dirigieron a el comedor Real, donde disfrutarían de su desayuno, esto no era tan especial, ya que todos sus empleados compartían la misma mesa que ella, al menos no lo era hasta que su majestad La Reina Sinubeth, se sentaba, quien daba la orden de poder ingerir los alimentos ofrecidos en aquel exorbitante bufete, todo en el castillo estaba bajo el mando de La Reina, apenas ella llegara, todos ya debían estar previamente presente, quien llegara tarde no solo perdería su desayuno, también seria penalizado, a menos que estuviese justificada la falta, tanto era el protocolo y el respeto hacia ella, que una vez terminara de comer, todos debían hacerlo también, así solo hubieses dado un mordisco a una manzana, o solo hubieses tragado un pequeño sorbo del champagne, era el protocolo, y ahí solo estaban personas compremitadas, el trabajo claramente, no era para todo el mundo, pero los que permanecían en el, mantenían sus puestos debido a su gran compromiso y lealtad hacia la Reina.

Como Una Princesa Debería SerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora