"El pasado me persigue"

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Miro con desconfianza al hombre frente a ella, no le agradaba abrir ese episodio en su vida y la verdad no le encontraba utilidad, pero, quizás, si está era la única forma de aliviar la carga que estaba en sus hombros, seria un intento que valdría la pena.

Hakurei se acercó aun más a los límites que separaban a la azabache de sí mismo, sentándose justo enfrente de los barrotes, quería dar algo de confianza, o al menos un ambiente lo suficientemente "agradable" para que aquella muchacha no escatimara en detalles, esperaba que este gesto fuera suficiente.

— Mi historia es un poco larga...

— Quizás en tu pasado encontremos pistas importantes, que te ayuden a ti y a nosotros — comentó calmadamente, mostrando una leve mueca, que quizás intento ser una sonrisa — Comienza, por favor.

— Soy guerfana, mi padre me abandono cuando aún era una niña y madre murió poco tiempo después de darme a Luz, el único familiar que tenía con vida era mi hermano, que ahora tampoco está. — No era algo fácil de hablar, no era algo simple de tratar, no para ella, esta seria la primera vez en muchos años que comentaría aquello.

— Siento escuchar eso.

— No lo haga, no conocí a ninguno de los dos y ya van muchos años desde que...ya sabe.

— Continúa

— viví mis primeros años de vida en un pueblo costero, cerca de la ciudad de Rodas, la gente allá era...demasiado supersticiosa, en simples palabras no fueron buenos años y se complicaron más cuando mi padre nos dejó a nuestra suerte, si no fuera por Calista, creo que estaría muerta.

— ¿Quien era ella?

— La mujer más buena que e conocido jamás, ella nos salvo, nos protegió, nos alejo de esa gente, mi mayor arrepentimiento fue nunca decirle cuan agradecida estaba...

— ¿Ella igual esta muerta?

— Toda mi familia lo está, toda murió el mismo día y por las mismas personas —  no pudo ocultar su rabia, su enojo, la impotencia que sentía crecía con tanta facilidad como si de malesa se tratase —  pero aun no llegamos a eso, nos asentamos en un pueblo, muy lejos de donde solíamos estar, en las montañas de Atenas, desgraciadamente demasiado escondido o alejado del mundo, todo parecía bien, Calista tenía un hermano, Theo, ambos eran  algo así como curanderos, vivimos bien, al menos los primeros meses, hasta que un día, alguien vio mi marca de nacimiento, una anciana, decía ser vidente o algo así, dijo que era un castigo del infierno, que estaba marcada por el mismo Diablo, que no traería más que dolor y sufrimiento a esta tierra o cualquiera que pisará, volvimos al inicio después de eso, claro que mi hermana nunca dijo nada, nunca tomo enserió esas palabras y trato de protegerme lo mejor que pudo durante los años que estuvimos juntas, al igual que mis dos hermanos, a pesar de ser una marginada por todos, nada me hacía falta, era feliz solo con ellos, pero tal vez esa anciana si tenia razón, esa gente quizás estaría viva si yo solo...hubiera muerto.

— ¿De que hablas? ¿Que marca?

— Una noche, a mis ocho años de edad, los espectros de Hades atacaron, claro, en ese momento no tenía idea que eran ellos, mataron a quien se les puso enfrente, nunca entendí cual era su finalidad, ¿por que lo hicieron? Por que mataron a todas esas personas, hasta hace poco me lo preguntaba todavía.

— Tu familia murió también en ese ataque ¿verdad?.

— Murieron protegiéndome, Nunca supe que pasó con Theo, solo se que su cadáver se encontraba no muy lejos de nuestra casa, Basil mi hermano de sangre fue asesinado solo unos minutos antes de Calista, ella corría desesperada, me decía sin parar que debía sobrevivir, que no me dejara atrapar, ella me escondió, antes de morir me dio algo, un  brebaje que me dejó inconsciente, supongo que si parecía muerta sería más fácil que los espectros pasaran de largo— Cada palabra la desgarraba, cada acontecimiento revivido en su mente era un puñal, pero no lloraría, no ahora —  en ese momento antes de que perdiera la conciencia, lo vi, a él, al bastado de Garuda atravesar a mi hermana, bañándose en su sangre, cuando desperté, su cuerpo ya no estaba, pensé que podría estar viva, pero recorrí todo el lugar, cada maldito rincón y no estaba, solo vi los cuerpos de mi hermanos y los de muchas personas más, el fuego consumía todo, pensé que quizás las llamas ya la había calcinado, en ese preciso momento solo quería morir, no tenía sentido vivir si ellos no estaban, ahí conocí a Albafica, al parecer ayudó a algunas personas a escapar, no conozco los detalles, pero el me saco de ahí, me salvo, años después estamos aquí, en una interrogación la cual sigue sin hacerme demasiado sentido.

La aprendiz de piscis (saint seiya the lost canvas)||En Reedición||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora