"Duele demasiado"

1.3K 94 18
                                    

Todos se quedaron en silencio, algunos por ignorancia, otros por la sorpresa.

"El caballero de Ofiuco"

habían escuchado hablar de él un par de veces en el inframundo, su alma se encontraba en el lugar más apartado de toda la tierra de los muertos, un lugar que hasta el mismo Hades detestaba frecuentar y prefería evitar. La prisión del tartaro, se decía que la misma Diosa Athena había arrojado su Alma en ese lugar, por su atrevimiento y falta de respeto a los Dioses.

Pero algo no cuadraba en su cabeza, ¿que podía hacer el alma de un simple humano contra el inframundo? ¿Por qué era considerado una amenaza?

- No se dejen engañar, El no era un humano ordinario... es un peligro poderoso y debemos tomarla como tal - Estaba ansiosa, los Dioses gemelos habían sido más que claros con todo el asunto, ellos llevaban las riendas de todo ahora que su amado hermano presentaba dificultades para lidiar con ese detestable humano, debían actuar con rapidez y suprimir el inevitable desastre que traía consigo ese ser - Aun no tenemos claro quien o cuando renacerá, pero si que será pronto, años atrás tuvimos el mismo problema, no quiero que se repita el mismo error, ahora su misión no es matarlo, si no traerlo, vivo.

-¿Vivo? - increpó el moreno, quien portaba la Sapuri de bennu - ¿Por que habríamos de traerlo vivo? - su tono era mordaz, no le importaba cuestionar hasta la más minúscula coma que salia de los labios de la mujer frente a el si creía que esta no sabia lo que decía, ella solo lo miraba con profundo reproche quizás algo de odió, se encargaba de soportarlo, solo por que era uno de los protegidos de su señor, pero realmente las ganas de castigarle nunca salían de su mente.

- El quiere vengarse de Athena y de los Dioses que lo condenaron, la profecía es clara, el Día que este caballero vuelva a la vida completamente, el mundo no volverá a ser el mismo - explicó con extraña calma, aun cuando ella dudaba de todo ese plan, no estaba en su facultad cuestionar el juicio de los Dioses - debemos traerlo y hacerlo nuestro aliado, su poder nos dará una ventaja prácticamente inigualable, La derrota de athena será solo cuestión de tiempo.

- Es un plan muy bueno señorita...- intervino el albino, quien solo se limito a escuchar, al igual que la mayoría de los presentes - pero como lograremos que acceda a eso, nosotros servimos a un Dios, por lo que nos dice el los Odia, nada nos asegura que no quiera herir a nuestro señor.

- Eres muy astuto Minos, aun que esa posibilidad ya esta cubierta, es simple, debemos domar el poder de ese humano, si lo traemos antes de que despierte por completo lograremos suprimir su voluntad cual títere y cuando ya no sirva...Lo mataremos, para eliminar cualquier futura amenaza.

- Entonces...nuestro trabajo ahora es encontrarlo - Aiakos ya sabia a donde iba a todo este discurso, lo había vivido años antes, solo que con menos público, la posibilidad de redimir su error de hace siete años atrás...era exageradamente tentadora, esto se convertiría en una competencia muy interesante.

- Exactamente, Buscarán en cada pueblo, ciudad o región, nuestra prioridad ahora es encontrarlo y controlar aquella amenaza.

- ¿Y que Haremos con el santuario? Podría considerarse sospechoso nuestro actuar. - Interrumpió Valentine, quien era el sujeto de mayor confianza bajo el mando del Espectro de Wyvern.

- Valentine Tiene razón - Agregó Violate, quien no podía pasar por alto tal detalle.

- No deben preocuparse por ello, los enfrentamientos no cesarán, al contrario se duplicarán, será inevitable, después de todo mataran muchas personas en el proceso. - Admitió con una natural escandalosa, a ella no podía importarle menos la vida de unos simples humanos, aun cuando ella fuera una, solo adelantaba lo inevitable, después de todo, cada ser encontraba el mismo final, La muerte.- La única persona que debe permanecer con vida es aquella que posea "la Marca del portador de la serpiente", sabrán cual es apenas la vean.

La aprendiz de piscis (saint seiya the lost canvas)||En Reedición||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora