"¿Yo, un caballero?"

2.9K 206 9
                                    

La noche ya había desplegado su manto de oscuridad, las estrellas al igual que la luna eran su única compañía, fue un día demasiado agotador, parecía mentira que después de tantos años lo hubiera visto frente a frente, siempre se imaginó ese encuentro de otra forma, en otro contexto, pero no así, siempre planeo desquitarse con él, pero al momento de la verdad sólo guardo silencio, se había defraudado a si misma. El camino a su "hogar" era silencioso, lo cual solo la hacía sumirse más en sus pensamientos, quizás por ello no noto los pasos redundante que la seguían, al menos no al principio, se detuvo bruscamente, al siquiera darse cuenta de quiénes eran los dueños de tan insistente caminata, volteó su cabeza y los vio, eran esos idiotas otra vez.

- ¿Puedo ayudarlos en algo? - Pregunto con su característico tono altanero

- Hasta que te diste cuenta, ya encontraba algo raro en ti - Se burló uno de los hombres

- Preciosa, a pasado un tiempo

- Les repito la pregunta par de idiota ¿Que quieren? No estoy de ánimo para soportarlos

- parece que no cambias, tan insolente como siempre, te hace falta una lección de modales

- ¿Y me la darás tú? - se burló, realmente repudiaba a esos hombres

- ¡ambos! - cortando la distancia entre ellos poco a poco - Hace tiempo debimos hacer esto...- acariciando su rostro

- Ni siquiera lo pienses - Aparto bruscamente su mano - Preferiria morir antes de que pusiera una mano enzima mío

- Esa decisión no la tomas tú preciosa - Dijo impaciente - Ya agarrarla, dejemos de jugar

Antes de que siquiera intentara algo, lo golpeó en el estómago y se apartó, dejando al chico sin aire por un par de segundos, esto no era bueno, no podía decir que no sabia defenderse, pero seria muy tonto de su parte pensar que podría con dos hombres al mismo tiempo, debía correr, de alguna forma salir de ahí, mierda como no se dio cuenta antes, aún cuando gritara nadie la escucharía, mucho menos la ayudaría, su corazón palpitaba a mil por hora, mentiría si dijera que no estaba asustada, pero no les daría el placer de ver eso. Cuando ambos hombres se precipitaron a ella, solo pudo cerrar los ojos y rogar por que todo terminará pronto, pero nada pasó, solo pudo sentir una leve brisa a su costado, cuando abrió los ojos, lo vio, estaba frente a ella, protegiéndola, haciendo frente aquellos cerdos.

- Es muy bajo de su parte reducir a una dama de esa forma, verlos realmente me produce asco, si no fuera por que mi Diosa nos prohíbe usar la fuerza con civiles, créanme que ya estarían muerto...- Los miro de forma despectiva, asqueado, ¿cómo era posible que seres tan asquerosos como ellos siguieran viviendo? - ya váyanse antes de que cambie de opinión...¡ahora!

Ambos jóvenes, tan rápido como llegaron se fueron, realmente recibir una amenaza de un caballero no era un chiste, menos si se trata de uno perteneciente a la orden dorada, suspiro aliviado, no tuvo que usar la fuerza, lo cual agradecía infinitamente, giró lentamente sus ojos para ver a la chica, quien aun seguía detrás suyo, no se movía, su mirada estaba estaba clavada en el suelo y de su boca no salía ni una palabra, ¿estaba aún asustada? ¿Que debía hacer? No sabia como tratar con otras personas mucho menos con mujeres.

- Deberías ser más cuidadosa - Le dijo sin pensar demasiado - no creo que sea prudente que camines sola a estas hora...

- ¿Acaso me estás siguiendo? - Subió bruscamente su cabeza buscando ansiosamente los ojos del pisciano, estaba a punto de estallar, era el momento,
escucharía toda la rabia que tenía acumulada desde hace años.

- No, claro que no - Respondio, no era alguien a quien le gustara el contacto visual, menos tan directo - solo estaba de pasó y te vi, No podía simplemente ignorarlo

La aprendiz de piscis (saint seiya the lost canvas)||En Reedición||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora