Segunda Parte, Capitulo 3.

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Bárbara despertó al sentir que unas manos tocaban su rostro, abrió los ojos lentamente y se encontró con el rostro de Garrett cerca del suyo, sonrió y se levantó un poco, al comprender lo que quería él se acercó más y la besó.

Luego se sentó en la cama, miró su cuerpo desnudo y luego a él que vestía un traje.

—Ya te bañaste —murmuró un poco decepcionada, le hubiera gustado bañarse con él.

—Ya es hora que vaya a trabajar—. Bajo sus hombros.

—Lastima —dijo y tocó su camisa de color azul oscuro, suspiró —¿estás muy justo de tiempo? —le preguntó, él arrugó su frente y negó con su cabeza.

—No, estoy bien—. Sonriendo se acercó a él y lo abrazó del cuello, Garrett la besó enseguida profundamente.

—¿Quieres ducharte conmigo?

—Ya me duché —dijo él moviéndose por su cuello.

—Nunca se está lo suficientemente limpio.

—En ese caso—dijo él y la tomó en brazos.

La llevó hasta la ducha y la dejó ahí para abrir el paso de agua sin siquiera desnudarse. Bárbara soltó una carcajada y le ayudó a salir de su ropa. Cuando lo tuvo desnudo lo acaricio y besó.

Garrett la agarró de la cintura, lo miró a la cara, sonreía.

—Tengo una idea —murmuró él levantándola del suelo y apoyándola en la pared, Bárbara rodeo su estrecha cintura con sus piernas y se afirmó de sus hombros.

Él la acaricio meticulosamente hasta tenerla jadeando debido a su necesidad, luego sin dejar de mirar su rostro la penetró y comenzó a moverse. Garrett movió su boca por su cuello hasta su pecho para tomarlo en su boca. Bárbara gimió descontroladamente y cuando quiso moverse en contra él la detuvo, se quejó y levantó el rostro de su pecho para besarlo. Como él aumento su empuje, dejó de besarlo para poder respirar. Se afirmó de sus hombros y movió las caderas contra él.

—Bárbara —jadeo él sin dejar de moverse. Ella se movió hasta su oído y gimió —hazlo —susurró él —córrete conmigo.

Bárbara se quejó contra él y cerró los ojos con fuerza cuando paso, sintió a Garrett seguirla enseguida, lo escuchó decir su nombre suavemente mientras su cuerpo se tensaba.

Luego de recuperar la respiración se bañaron juntos, riéndose y gastándose bromas.

Unos minutos después Bárbara observó su reflejo en el espejo y se congeló al mirar su vientre. Cómo había sido tan estúpida, se dijo, miró a Garrett que también se había detenido. Se había acostado con él las tres veces sin ningún tipo de protección.

—¿Qué pasa? —preguntó preocupado.

Miró el piso.

—No...—cerró los ojos y luego lo miró—, no nos protegimos —él pareció confundido —yo no quiero, no puedo quedar embarazada —los ojos de Garrett se entrecerraron al comprender—. Hay cosas que aun no entiendo, no puedo tener un bebé ahora, así—. Negó y llevó sus manos a su cabello húmedo.

Garrett tomó una de sus manos entre las suyas y lo miró.

—Jamás te fecundaría sin tu consentimiento —él acaricio su rostro con delicadeza—. Nosotros podemos controlar la reproducción —besó su frente—, no te preocupes de eso, si llega a pasar será porque así lo deseas, no de otro modo.

Ella lo observó sorprendida antes de contestar.

—Lo siento —murmuró luego de unos segundos al ver que había arruinado el momento.

El Deseo de BárbaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora