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NARRAS TÚ

Estaba en mi habitación sintiéndome... sintiéndome como si el mundo entero me hubiera dado una bofetada. Me sentía traicionada. Pensé que conocía el mundo donde había estado viviendo, pero era muy tonta, era demasiado estúpida para ver la realidad, aunque yo realmente no quería estar ahí.

Jimin.... lloré y lloré en mi almohada, solo quiero que las cosas estén... tranquilas. Sabiendo que no había nadie más por ahí que pudiera hacerle daño a Jimin. Yo quería saber que él estaba en el camino correcto, que él no era un asesino. No puedo soportar más esto.

Entonces, escuché una respiración ronca, detrás de mi puerta, sonaba como si alguien estuviera recargado contra la puerta, llorando. Luché contra mi corazón hecho pedazos, sabiendo que él me necesitaba. Me bajé de mi cama y me acerqué en silencio. Abrí la puerta lentamente, tan rápido como abrí la puerta Jimin ya estaba ahí abrazándome de rodillas por la parte de abajo, sujetando mis piernas con fuerza.

- ________, te amo. - me dijoJimin, siguió diciendo esas hermosas palabras como si fueran las únicas que podía pronunciar.

Lo sentí llorar por un buen rato, me dolió hasta el alma, peor que si me hubieran cortado los brazos con una espada. Lo llevé hacia mi cama y lo abrasé por mucho tiempo. Sentí sus lágrimas bajar sobre mi cuello... sólo tiene problemas, él es solo un chico, Jimin aún tiene su alma pura, solo está manchada con la obscuridad... sabía que yo era su única luz.

- Jamás te dejaría Jimin..- le dije con lágrimas en mis ojos.

Jimin respiró profundamente y me besó en el cuello. Me empujó hacia mi cama y me regresó hacia él besándome de nuevo el cuello. Su boca bajaba cada vez más y sentía realmente que ambos estábamos en un horno, nuestra temperatura estaba al borde.

Me estaba besando con mucha pasión mientras suspiraba de placer, mientras yo mordía su oreja. Seguía manteniendo esa idea en mi cabeza, en verdad lo deseaba, lo necesitaba, el momento era perfecto. Ambos estábamos solos en casa, en mi habitación, y no lo sé, tal vez... sería la última vez que podría tener la oportunidad de hacer el amor con Jimin. Sabía que aún era joven, pero no necesito experiencia para amar.

Lo jalé hacia mí más cerca, y comencé a besarlo con más fuerza. Él hizo lo mismo, mientras yo seguía pensando en lo mismo... ambos estábamos juntos, y tal vez no podríamos estar así de nuevo. Me aparté lentamente y me quité mi camiseta, teniendo puesto solo mi bra. Era negro y encajaba perfectamente con mi tono de piel. Jimin me besó entonces en el estómago, cerré mis ojos mientras Jimin lo hacía, lo seguí besando más y más mientras comenzaba a bajar sus pantalones. Lo sentí bajar, tal vez me podría detener, de nuevo. DespuésJimin suspiró profundo y me besó aún más apasionadamente. Tomé entre mis manos su cabello que se enredaba entre mis dedos mientras acercaba mi cintura hacia él.

Lentamente me hice a un lado, Jimin estaba algo separado de mí, y de repente de nuevo lo sentí regresar hacia mí. Me besó de nuevo y sentí que me quitaba la parte inferior de mis pijamas, continuamos besándonos, mientras la fuerza con la que me abrazaba se volvía cada vez más dura, sentía como si su abrazo fuera imposible de romper.

Esa noche, hicimos el amor.

Después, comenzamos a respirar rápido. Jimin tenía su cabeza sobre mi pecho y estaba sonriendo. Comenzó a reír cuando me miró a los ojos.

- Solo esperaste un día para caer en la tentación, nena.- me dijo.

Le respondí con un jalón en el cabello. Su respiración se fue calmando y sentí sus latidos disminuir después de los duros golpes que hacía antes. Pronto comenzó a caer en el sueño, y yo puse mis manos en su detrás de su espalda. Me quedé dormida con el sonido de su respiración.

Comencé a soñar... soñé que estaba arriba de un gran edificio, en una ciudad, se parecía a Los Ángeles. Estaba mirando abajo, hacia la calle y vi a unos policías. Escuchaba sirenas por toda la calle. Mi mirada cambió totalmente, sentí un ataque en mi corazón, aquél cabello negro me era tan familiar, era Jimin. Él estaba saliendo de una camioneta, con una pistola.

Jimin comenzó a dispararle a los policías, les disparó a 4 de ellos en el cuello, estómago y pecho. Mantuvo esquivando los disparos y veía gente corriendo con su cara llena de miedo. Me di la vuelta y miré que no había otro camino. ¿Cómo diablos llegué aquí? No había ni siquiera una puerta para bajar. Continué mirando hacia abajo, a medida que sentí como si estuviera cayendo.

- ¡Jimin!..-

Trataba de gritar, pero las sirenas y los policías no dejaban escuchar mis gritos.

Sentí como si fuera a saltar, me acerqué a la orilla, mirando hacia abajo, me di la vuelta y comencé bajar por el edificio... como si fuera demasiado fácil. Intentaba bajar lo más rápido posible para llegar abajo, pero una vez que estuve ahí... era ya demasiado tarde.

Miré a hacia Jimin, y vi cómo los policías le habían disparado. Y lo miré mientras caía en la calle. Park Ji Min se había ido.

Mis gritos se volvieron silenciosos y sentí a alguien sosteniéndome, y sacudiéndome.

- ¡________, mi amor, despierta!.

Abrí mis ojos para ver los suyos, aquel color miel que era ya familiar para mí.

- Ji-Jimin.- le dije.

Lo abrasé con todas mis fuerzas.

- Estoy aquí hermosa.- me contestó con palabras suaves. Sentí cómo mis lágrimas bajaban sobre mi rostro. - Fue solo un sueño, tranquila.- me dijo y me dio un beso en la mejilla.

- Prométeme, prométeme por favor...- hablaba entrecortadamente.

- Lo que quieras, ¿qué pasa?.

Inhalé y comencé a decirle.

- Prométeme, prométeme que no morirás...

Jiminme abrazó muy fuerte.

- Te lo prometo ______, viviré por ti. Solo por ti.

En silencio entonces, comenzó a quedarme dormida de nuevo, mientras ésas últimas palabras que me dijo sonaban con mi cabeza.

- Gracias, te amo.- le contesté.

Con ésas palabras comencé a cerrar mis ojos otra vez. Sus brazos me sostenían, me sentía protegida y segura.


enamorada de un asesino → Park Jimin▪BTS▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora