El Paraíso Correcto (#GAY) (CANCELADA)

Capítulo IV / ¿Gay?

Entonces aparece Jaime y se mete en el medio de los dos para que no lleguemos a las manos.

–¿Se puede saber qué está pasando aquí? –pregunta Jaime.

+Este pesado, que no me deja en paz.

–Tampoco hace falta que le hables así, Caleb –me corrige Jaime. –¿Qué narices os pasa?

–Nada importante –contesta Iñigo.

+Creo que es mejor que nos vayamos, no quiero seguir con esta mierda de conversación –digo finalmente antes de darme la vuelta y volver con el grupo.

Sinceramente, prefiero irme y dejar el tema. Necesita tiempo para olvidarse de mi, es solamente eso.

Por suerte, creo que nadie nos ha escuchado porque cuando volvemos todo parece igual y nadie hace ningún gesto de haber escuchado algo. Espero que este malentendido se quede entre él y yo.

Después de despedirnos de ellos, el día siguió igual de bien, aunque quizás las palabras de Iñigo me habían afectado un poco.

"¿Calienta pollas, yo?"–pienso cabreado durante el resto de la tarde.

Cuando volvemos para casa, me voy un rato con Jaime por el camino ya que vivimos en dos barrios cercanos.

+¿A qué al final te lo has pasado bien? –le preguntó entusiasmado.

–Hombre pues si... la verdad es que son todos muy majos –responde él.

+Lo siento por el incidente con el muchacho ese, no quería que te asustarás –me disculpo.

–No pasa nada, ¿Pero se puede saber qué os pasaba?

+Nada importante, un malentendido entre nosotros –respondo intentando quitar importancia al tema.

–Bueno, espero que lo solucionéis pronto porque a ver si algún día vais a llegar a las manos o a algo mucho peor –añade él.

+No te preocupes, no creo que nos volvamos a ver en mucho tiempo –digo tranquilizándole.

Después una pequeña caminata, nos despedimos en un cruce y cada uno tomamos calles diferentes.

Cuando no se da cuenta, me giro hacia atrás para observar cómo se aleja en la oscuridad de la noche. Creo que estoy empezando a sentir cosas por él, aunque no debería volver a enamorarme después de lo mal que lo pasé con Andrea.

Ya se que esta vez parece que es diferente con Jaime, pero eso siempre se dice y después sale mal...

Cuando llego a casa, mis padres no están. Me pongo el pijama y llamo a mi amiga Eva por teléfono, como solemos hacer cada sábado a esta hora. Aunque pueda parecer raro, me siento encima de la lavadora. Es el sitio más alejado de la casa, así cuando están mis padres no me escuchan, y como hay una ventana al lado me entretengo mirando por ella mientras hablo.

–¿Qué tal? –pregunta Eva nada más cogerme el teléfono.

+Pues hoy genial –respondo al instante.

–Normal, se nota que hay química entre vosotros –dice ella.

+Aunque la conversación con Iñigo me ha amargado un poco la tarde –digo en un tono triste.