18.

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Sábado a las 7 de la mañana y yo estaba durmiéndome sentada en la barra de la cocina. Frente a mí estaba Charlie con una taza de café, mirándome y riendo.

Le di un sorbo a mi taza para ver si conseguía despertarme, pero unos nudillos sonaron en la puerta. Miré hacia ella y luego a Charlie quien entendió mi punto y fue a abrir él.

Mientras mi hermano mellizo abría la puerta riendo, yo dejé caer la cabeza sobre mis antebrazos apoyados encima de la barra de la cocina.

-Buenos días. -Dijo Charlie.

-Buenos días. -Dijo Ian.

-Princesa, despierta. -Me movió la espalda con la mano. -Tu suegro está aquí. -Me incorporé restregándome los ojos.

-Buenos días. -Intenté sonreír. Él asintió aguantando la risa.

Iba bastante más guapo que de costumbre. No iba formal con sus típicas camisas de botones o sus zapatos. Llevaba una camiseta azul, un vaquero y unas botas negras.

Suspiré levantándome con pesadez y dejé la taza en lavabo de la cocina mientras Charlie hablaba con Ian y yo me despertaba un poco más.

Después me puse la mochila con mis cosas, preparadas desde anoche, a la espalda y me despedí de mi hermano saliendo.

Cuando cerré la puerta de casa, los labios de Ian chocaron suavemente contra los míos pero su lengua no tardó en buscar la mía, lo que me hizo soltar un jadeo y enseguida se separó sonriendo.

Abrumada y con una mano en mi pecho, comencé a bajar las escaleras detrás de él hasta llegar a su coche, donde me quitó la mochila y la metió en la parte de atrás.

-Pensé que traerías más cosas. -Dijo arrancando el coche una vez estuvimos ambos dentro con los cinturones puestos.

-No tengo mucho más, me traje casi todo lo que tengo. -Me reí.

-¿En esa mochila está todo lo que tienes? -Asentí cuando salimos de mi calle.

-Casi todo. La mayor parte, no voy a llevar cosas que no voy a necesitar. -Dije mirando por el cristal.

-Entonces espero que no hayas traído ropa, porque no la vas a necesitar. -Dijo divertido y le miré.

-Blake me empuja a tus brazos sin siquiera saberlo. -Me dio una rápida mirada y luego a la carretera.

-No es culpa nuestra que lo haga. -Suspiré.

-Lo sé. -Agaché la mirada, mas el puso una mano en mi muslo que me hizo mirarlo.

-No puedes culparte por sentir cosas por otra persona que no sea él, preciosa. Él está lejos, es mucha distancia, y además es quien, prácticamente, nos hace estar juntos. -Asentí.

-Sí, pero esto no empezó cuando Blake nos hizo estar juntos. -Él rió travieso.

-Técnicamente, sí. Si no te hubiera llevado a casa aquel día... -Dejó la frase en el aire y la completé yo.

-Si no me hubiera llevado a tu casa aquel día, me hubiera llevado otro y esto, probablemente, estaría pasado unos días más adelante. -Se encogió de hombros.

-Eso no lo sabemos porque no podemos dar marcha atrás en el tiempo y saberlo. -Frenó en un semáforo y me miró. -Tampoco me gustaría descubrirlo porque ahora mismo no cambiaría nada, preciosa. -Me miró a los ojos y sonreí.

-Pensé que estaba lo suficientemente enamorada de Blake como para rechazar a cualquier otro hombre, pero me doy cuenta de que no estaba tan enamorada de él, ¿sabes? -Ladeó la cabeza.

El padre de mi novio.Where stories live. Discover now