—Talvez lo sea, es solo que no está acostumbrado, cree que debe pedir permiso para hablar—dije triste.

—Le has dicho que es libre de hacer lo que quiera ¿verdad?—pregunto, yo asentí.

—Hablando de compañeros, porque tú no has encontrado al tuyo?—pregunte, ya que Jayden cumplía en agosto y hacía meses tenía dieciocho.

—No es uno es una—exclamó.

—Qué pasa si es un chico, lo rechazaras?—pregunté.

—No,  pero eso va de acuerdo a los gustos humanos, por eso será una chica y no la he encontrado porque no ha llegado el momento indicado, resulta que algunos preferimos un poco más el romance en lugar de correr por los bosques para encontrar a nuestros compañeros—dijo mirándome con una ceja levantada.

—Apúrate o tendrás cien años para cuando la encuentres—dije riendo mientras me retiraba de la mesa.

Fui a mi habitación y noté que Aiden aún dormía en mi cama, se veía cómodo excepto por ese maldito collar que trae en el cuello. Dejando de lado la ira que sentía, camine al walk-in closet, saque algo de ropa y tome una ducha.

Luego de vestirme me senté en una silla al lado de la cama y observe a Aiden, él era perfecto sus facciones eran definidas y perfiladas, su piel era pálida, había un moretón en su labio inferior y otro en uno de sus pómulos. Sus labios eran gruesos y rosados, uno de ellos estaba partido, pero eso no minimizó las ganas que tenía de besarlo.

Mientras yo lo miraba fijamente el se removió un poco y entonces abrió sus ojos, al verme tan cerca reaccionó de mala forma saltando fuera de la cama y cayendo de golpe en el suelo.

—Lo siento—dijo en voz baja. Me sentí mal, no quería asustarlo.

—No, yo lo siento, te asuste sin querer—el soltó un suspiro, como si eso le diera paz.

—Yo solo te estaba mirando, fue solo para saber que estabas bien—le dije en voz baja caminando hacia donde él se encontraba.

—Asegurándote de que este bien, ahora así le dicen a acosarlo durante dos horas enteras mientras dormía—dijo Jayden burlándose, yo le dedique una mirada de muerte y me hinque frente a Aiden.

—Aiden mírame, soy Noah, te rescaté, recuerdas aquí estás a salvo—le tendí mi mano para ayudarle, pero él no la tomo, en su lugar se alejó de mí y se sentó en la cama donde levanto su rostro y nos miró con enormes ojos de centinela a ambos.

—Auch—dijo Jayden burlándose del rechazó.

—Así que...hoy tenemos un largo día, te traeré de desayunar y luego nos ocuparemos de eso—comente señalando el horrible collar, pero eso no le llego tan claro a Aiden porque de inmediato soltó un gemido.

—No, no me encadenes por favor, no te lo ruego, no me gusta estar encadenado, no saldré de aquí sin permiso, pero no lo hagas por favor—pronunció con voz baja y gangosa, mientras soltando enormes lágrimas y abrazaba sus piernas.

Jayden y yo nos miramos conmocionados y sin saber qué hacer. No era mi intención hacerlo llorar así.

—No, él no se refería a eso, él quiere decir que te va a quitar el collar—explicó Jayden haciendo que Aiden callara de inmediato y levantara su vista acuosa hacía mi.

Ya había notado que tenía una mirada exclusiva para pedir permiso para hablar y fue exactamente la misma que me estaba dedicando en ese momento.

—¿Quieres hablar, hazlo, habla cuando desees, eres libre de hablar cuando quieras—dije tratando de calmarlo, aunque el asustado aquí era yo.

The Broken Omega (Terminada)Where stories live. Discover now