Todo termina.

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Eleonora observaba todo desde el auto, miraba con nerviosismo el reloj marcando los minutos encima de sus cabeza, aun estando un tanto incrédula de la historia que la supuesta Valentina acababa de contarle, había decidido apoyarla sin importar lo alocado que sonara, pues sentía que le debía demasiado. No lo sentía, mejor dicho lo sabía.

–¡Corre Valentina!

Gritó con todas las fuerzas que se vio capaz de tener, corrió detrás de ella por puro instinto, pero estando en el cuerpo de Tom era bastante difícil que lograra alcanzarlo al ritmo que iba, con aquellas piernas largas de Tom definitivamente sería imposible, pero de pronto y de la nada pudo ver como Tom y Valentina, ambos comenzaban a flaquear, había algo extraño además de lo obvio en ellos dos.

Tom parecía haberse desmayado y la gente se juntaba a su alrededor mientras que Valentina corría pero había aminorado el paso, lo hacía de manera lenta y en forma de zigzag. Eleonora miro de nuevo el reloj y a penas y quedaban unos cinco minutos y la distancia entre ambos no parecía acortarse. Los nervios en ella se sintieron tan fuertes que comenzaron a arderle las entrañas. Sacudió la cabeza y se limpió el sudor de la frente dispuesta a alcanzar a Valentina para ayudarla a llegar hasta Tom, poner un brazo alrededor de su hombro, llevarla cargando si era necesario, lo que fuese con tal que de que su hermana pequeña fuese capaz de regresar a su propio cuerpo y no perderla de su vida para siempre.

Valentina estaba ya tan cerca que Eleonora no pudo evitar soltar un grito de júbilo.

– ¡Eleonora!

Gritó alguien a sus espaldas, miro por el rabillo del ojo para ver que Victor corría detrás de ella y estaba a punto de alcanzarla. Tenía algo en la nariz, probablemente era para sostener la nariz que acababa de romperse, y cuando miro con atención se dio cuenta de que toda su familia corría en su dirección. La desesperación se apoderó de ella cuando se dio cuenta de que Valentina se había caído al suelo y reloj comenzaba a marcar los pocos segundos que quedaban para que la medianoche se terminara por completo, el tiempo de espera llegaba a su fin y todo terminaría para su hermana pequeña.

– ¡Victor! ¡Victor, corre, apresura el paso que necesito tu ayuda! ¡Vamos! ¡Rápido, rápido!

Gritó ella sin dejar de correr y dando pequeños saltos, Victor reaccionó pensando que probablemente Eleonora querría golpear a Tom y él estaría dispuesto a tomarlo por sorpresa para que ella pudiese hacerlo. Los pasos de la familia de Eleonora y Valentina sonaban tan cerca que ella podía sentir sus respiraciones en su cuello. El reloj sonó una vez más y Valentina se arrastraba hasta Tom.

Llegaron finalmente y Eleonora se quedó pasmada solo un momento al verlos a ambos tirados, levantó los brazos para que las personas dejaran de llamar a las ambulancias, de nuevo sonó el reloj, y habló con una rapidez impresionante.

– ¡Dejen todo y ayúdenme a despertarlos a cualquier costo!

Las personas la miraron como si estuviese loca, incluido Victor, pero Eleonora le jaló el cabello con fuerza hasta llegar a donde estaba Tom tirado.

– ¡Despiértalo como sea!

– ¿Despiértalo?

– ¡AHORA!

Victor saltó en su lugar, asustado pues nunca le había hablado de aquella manera, Eleonora se hincó escuchando el sonido del reloj una vez más, le habló al oído a Valentina pidiéndole que despertará, y en su desesperación comenzó a jalarle el cabello y gritarle en la cara hasta que fue abriendo los ojos poco a poco, Valentina los abrió luciendo terriblemente desconcertada y a punto de desmayarse de nuevo.

Tú cuerpo, mi cuerpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora