Valentina.

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El celular no dejaba de sonar y el simple hecho de mirar la pantalla me provocaba ansiedad. Le había dicho a Tom que no quería que fuera a la audición y en aquél momento realmente lo sentía así. No quería saber nada, estaba molesta, harta y desesperada por salir de aquella situación.

Las palabras de Tom habían dado vueltas en mi casa durante todos los días en los que había estado sin hablarle, y por suerte él no había intentado buscarme, necesitaba estar un tiempo alejada de él para comenzar a extrañarlo.

Y lo había hecho.

En esas dos semanas en las que no le había dirigido ni la palabra, lo había extrañado demasiado. Extrañaba sus pláticas que solían irritarme tanto, extrañaba que intentara ser amable conmigo, y extrañaba tenerlo conmigo todo el tiempo.

Había dicho cosas malas de mí y me había vuelto loca, pero después de pensarlo y darle tantas vueltas, me di cuenta de que en realidad lo sentía y aunque me lo negué por días, lo había perdonado en el momento en el que había dicho lo siento y esperaba que él hiciera lo mismo conmigo, con todas las cosas que alguna vez había dicho sobre él o había pensado, aunque esperaba que de esas nunca se enterara.

Miré el reloj para darme cuenta de que faltaba tan solo una hora para que comenzara mi audición. ¿Iría? ¿O simplemente haría caso de lo que yo le había dicho y se alejaría? Probablemente haría lo segundo, después de todo yo sabía que tan nervioso lo ponía aquella situación y a ser sincera, también lo entendía.

Pero una pequeña parte de mí, me pedía a gritos que fuera al auditorio, tan sólo para ver quienes hubiesen sido mi competencia, que hubiera sido poder cantar en un escenario como aquél... o ver si Tom asistiría.

Entré en mi pequeño auto, demasiado pequeño para el cuerpo en el que estaba, y conduje lo más aprisa que me permitió el tráfico. Y mientras buscaba estacionamiento pude ver a las cientos y cientos de chicas que estaban ahí formadas esperando por su oportunidad, no pude evitar mirarlas con la boca abierta. Si hubiera sido yo la que tuviera que hacer la audición en aquél momento, compitiendo contra todas aquellas chicas, me hubiera quebrado. Quebrado como cristal, eso sí que era seguro.

Busqué entre todas las chicas, buscándolo y con el corazón en el estómago esperando verlo ahí, o preparándome para la realidad de que él en realidad no había ido. Logré escabullirme dentro del auditorio, junto con las otras chicas –no entiendo como paso-, mire hacia arriba pero no había rastro de él, me llevé las manos a la cara, estaba a punto de irme cuando escuche unas voces en el escenario.

–Cuando estés lista.

Ese... ese era Elton John. ¡ELTON JOHN! ¡Y en el escenario estaba Tom! Lo vi demasiado nervioso, un poco pálido, pero de pie ahí aferrado al micrófono frente a él.

Empezó a cantar, lo hacía de la manera en la que yo le había enseñado, no había ninguna desentonación y por lo que podía ver Elton lucía un tanto impresionado. Unas cuantas lágrimas comenzaron a escapar de mis ojos y yo ni siquiera sabía por qué, bueno tal vez por el hecho de que Tom estaba ahí enfrentando lo que tanto me había dicho que le molestaba. Le había pedido que no viniera, que se rindiera y dejara las cosas como estaban, pero él había decidido lo contrario. Mi corazón comenzó a latir con mucha fuerza al imaginar que él estaba haciendo aquello por mí. Tom Hiddleston estaba en un escenario frente a Elton John, cantando Your Song de manera perfecta, pero de pronto algo pasó.

Tom dejó de cantar por unos segundos y de la nada comenzó a cantar otras canciones que parecía se le venían a la cabeza en un intento por crear un popurrí. Elton lucía confundido pero dispuesto a seguirle el ritmo. Me sentí terrible, yo lo había obligado a humillarse de esta manera y ahora estaban a punto de sacarlo del escenario. Llevé mis manos a mi rostro en un intento por evitar la escena que ocurría frente a mí, lo único que podía escuchar eran las risas de todas las chicas en el auditorio y unos cuantos abucheos. ¡Malditas!

Tú cuerpo, mi cuerpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora