Capítulo: 19 Malahide

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Por desgracia como se dice: todo lo bueno suele pasar rápido. Los mejores momentos de nuestra vida pasan volando, casi sin darnos cuenta. Así que nuestros días en Dublín pasaron en un abrir y cerrar de los ojos. Todo lo que había vivido era un sueño y ya había venido la hora de despertarme. Sus padres nos esperaban y tras casi una hora de viaje en tren llegamos a Malahide.

Malahide es un pueblo pequeño y elegante situado junto a la costa, a unos pocos kilómetros al norte de la ciudad de Dublín. Un sitio muy bonito con cierto aire de zona de vacaciones con mogollón de cafés agradables, playas extraordinarias y casas de tejados pequeñitos y hermosos. Ya estábamos en su casa la cual me impresionó todavía desde fuera. Una casa de dos pisos, muy grande y con un patio increíble. Mucho verde y flores y una barbacoa con una mesa con seis sillas. Todo muy bonito y bien cuidado. Por dentro también. El salón, muy amplio con muebles vintage y bastante acogedor. Parece que su madre era una mujer de buen gusto.

- ¡Hello sweety! - dijo su madre en perfecto inglés. - i missed you so much - y por primera vez le di las gracias a mi padre por haber insistido en que aprendiera inglés.

La madre de Ben era irlandesa y su padre español de segunda generación.

- Me toó, mum.- dijo Ben abrazándola fuerte. Ella le acarició el pelo y las mejillas con tanta ternura que solo una madre podría pero él apartó su mirada para mirarme. - Esa es Kate. Mi novia.

- Nice to meet you - dije yo tímidamente.

- No hace falta que le hables en inglés, Kate. Entiende perfectamente el castellano.

- Entonces encantada de conocerle, señora Walsh -dije yo aliviada. Ya estaba bastante estresada con el hecho de conocerles como para poder pensar y hablar en otro idioma.

- Yo también, cariño. - dijo ella pronunciando la ¨t¨ como si hablara en inglés.

Era una mujer guapísima. De las más guapas que había visto. Bastante alta y delgada. Tenía un rostro muy dulce con unos ojos del mismo color que los de Ben aunque un poco más pequeños y lo que destacaba era su larga y abundante melena rubia. Parecía un ángel.

Pasamos al salón y dentro de poco apareció también su padre. El señor James Walsh. Un hombre robusto y fuerte con un cuerpo atlético como el de Ben. Se parecían bastante aunque él tenía colores más oscuros. Su pelo era castaño y sus ojos también. Nos presentaron y parecía muy contento porque su hijo tuviera una novia de su país.

Al mediodía comimos todos juntos. Su madre había preparado Irish Stew, un plato muy tradicional de la zona. Se trata de un estofado elaborado con carne de cordero, patatas, cebolla y perejil, una comida muy sabrosa y rica. Lo pasamos muy bien durante el almuerzo. Me sentí como en casa. Aquellas personas me aceptaron como si fuera su propia hija y parecía que les caía bien. Mientras comíamos su madre dijo: " Ben, tu novia parece una muñeca. Eres tan pequeñita y tan dulce, Kate." y todos nos echamos a reír por el comentario y también por su forma de pronunciarlo.

La tarde paso casi sin darnos cuenta. Charlamos mucho y de todo. Me hicieron muchas preguntas sobre mi familia, sobre cómo nos habíamos conocido con Ben y qué planes teníamos para el futuro hasta que llegó la hora de ir a la cama. Ben dormiría en su habitación y yo en la de los invitados.

-Aquí tienes todo, querida - me dijo su madre una vez solas en la habitación - si necesitas algo dímelo. Hay más mantas en el armario si tienes frío.

- Muchas gracias, señora Walsh.

- De nada, Kate.

Pensaba que iba a irse pero no. Entró otra vez en la habitación y se sentó en la esquina de la cama. Parecía preocupada, agobiada. Como si quisiera decirme algo y no sabía cómo. No paraba de dar vueltas a su anillo alrededor de su dedo hasta que al final decidí preguntarle.

- ¿Pasa algo?

- Kate, - dijo soplando aire - yo no soy de esas madres que suelen intervenir en la vida de sus hijos pero te quiero decir algo. Mejor dicho te lo quiero pedir.

Yo la miraba sin saber que decir. ¿Qué me quería decir aquella mujer? ¿Tan difícil era que le hacía sentirse tan agobiada? Me dijo con los ojos que me sentara junto a ella en la cama. Una vez sentada me cogió la mano y me miro a los ojos.

- Kate, la última vez que vi a mi niño, porque para una madre su hijos siempre siguen siendo sus niños, pasen los años que pasen, estaba casi muerto. No hablaba, no sonreía, casi no comía y no tenía ganas de hacer nada. Aquella mujer, Miranda le había destrozado. Casi no le reconocí. Se fue a España y con él llevo mi alma. Lo pasé muy mal, preocupándome noche y día por mi hijo hasta que un día me llamó para decirme que había conocido a una chica y entonces volvió a ser el Ben de siempre, el Ben lleno de vida y feliz y todo gracias a ti. Lo que te quiero pedir es que lo cuides. No es tan fuerte como parece. Necesita amor y te quiere mucho. Lo que tenía con la otra era más una obsesión que otra cosa pero contigo es diferente. Está enamorado, Kate. Por favor no lo lastimes otra vez. Te quiere mucho.- me dijo llorando dejándome perpleja.

No sabía de qué me estaba hablando. Quizá de una relación anterior de Ben. La chica esa que vivía en aquel bloque de pisos de Dublín. La que Ben mencionó aquella noche que pasé despierta mirándolo como si fuera nuestra última noche juntos. Pero ¿qué le había hecho? Ben nunca había mencionado su nombre. No le dije a su madre que no le conocía. Solo quería tranquilizarla. Yo jamás le haría daño a Ben. Le quería más que a mí misma.

- No se preocupe, señora Walsh. Yo también le quiero mucho. Haré todo lo posible para que Ben sea feliz.

- Gracias, cielo. Eres un ángel. Por favor no le hables a Ben sobre nuestra conversación.

- No se preocupe, señora, Walsh. - dije otra vez.

-Y por favor llámame Aileen. Buenas noches.

- Buenas noches, Aileen.

Nuestra conversación no me dejaba dormir. Me habían surgido un montón de preguntas. Y sobre todo una: ¿Quién era esa tal Miranda?

Pasadas las 2 bajé a la cocina a por agua. Estaba muy sedienta. Me suele pasar durante la noche y ahí estaba Ben, con un vaso de agua en la mano y mirando por la ventana.

- ¿Insomnio? - le pregunté yo.

- ¿Kate, qué haces aquí?

- He bajado a por agua. ¿Y tú?

- No podía dormir sabiendo que te tengo tan cerca y no puedo tocarte - me dijo con una mirada seductora, rodeándome la cintura con sus brazos.

- Ben, por favor. Es la casa de tus padres.

- ¿Y qué? ¿No le puedo abrazar a mi novia? Kate, no somos adolescentes, por mucho que mi madre insiste en que durmamos en habitaciones diferentes.

- Es que me sentiría muy incómoda si nos pillaran.

- Tienes razón. Ven aquí - me dijo y cogiéndome de la mano me llevo a la buhardilla de la casa.

Una buhardilla muy elegante. Sería el despacho de alguien de la familia y también había una cama. En el techo justo arriba de la cama había una ventana enorme. Nos acostamos bocarriba y nos quedamos mirando el cielo. Millones de estrellas y una luna misteriosa y jugadora lo iluminaban. Ben sabía mucho de astrología. Me explicó lo que es el grande y el pequeño oso, cómo se crean las estrellas y que en realidad lo que vemos ya no existe. Yo le miraba admirándolo. Era muy inteligente y siempre conseguía impresionarme con sus conocimientos.

- Sabes hay estrellas solitarias y otras que se llaman ligadas. Yo siempre pensaba que era un solitario hasta que te conocí. Me di cuenta que al final formo parte de un sistema estelar. Del mismo sistema en el que perteneces tú. No puedo vivir sin ti y tú no puedes existir sin mí. Nuestras existencias dependen la una de la del otro. - Nos miramos, nos sonreímos, nos besamos y otra vez giramos la mirada hacia el cielo. Pasamos la noche allí. Cogidos de la mano y mirando las estrellas. No hablamos más. Solo el sonido de nuestro aliento interrumpía el silencio de la noche y en aquel momento no necesitaba nada más. Todo lo que quería estaba a mi lado. Todo lo que quería era Ben. El día siguiente por la tarde nos despedimos de sus padres en el aeropuerto con la promesa de volver a vernos pronto. Llegamos a España muy tarde por la noche y ,como la noche anterior casi no habíamos pegado ojo, me quedé dormida enseguida.


Gracias por leer!


Sin ti siempre es de nocheWhere stories live. Discover now