Fraternidad mixta...¡UNA MIERDA!

39. No queria que esto pasara

El día de Nochevieja llego pero no fue hasta la noche que fuimos a una fiesta.

Por la mañana los hermanos Peterson tuvieron una forma muy original de despertarme, pero por suerte el karma existe. Su padre les estuvo instruyendo sobre el sexo y como poner un condón. Al parecer, nos había visto a Ryan y a mí besándonos, me da que la charla llego un poco tarde.

La mañana no fue nada más que un poco de rugby, en mi caso tumbing. Por la noche comenzó la verdadera fiesta.

Elizabeth preparo una cena espectacular, pero se estropeó cuando me ofreció dormir con Ryan en la misma cama, ¡Qué vergüenza!

Ryan, Matt y yo nos fuimos de fiesta. Ryan y yo bailábamos, nos besábamos y nos tocábamos, pero la fiesta termino cuando Matt encontró un rollete y se fue a casa borracho.

Ryan y yo dormimos juntos ya que la habitación de Matt estaba siendo utilizada para...hacer deporte. Nosotros empezamos, pero paramos cuando me di cuenta de que era la casa de sus padres.

El año comenzó de la mejor forma posible.

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Lo que menos esperaba esta mañana al levantarme junto Ryan, es que por la noche, a las 4 de la madrugada, estaría en mi coche conduciendo con alcohol por la sangre y llorando en dirección a no sé dónde.

Para que entendáis el porqué, tenemos que recapitular al principio del día.

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Los días en la casa de la familia Peterson se pasan en un abrir y cerrar de ojos. Los padres de Ryan no se dieron cuenta de la aventura de Matt la noche de Año Nuevo y tampoco han dicho nada de Ryan durmiendo conmigo. He de decir, que solo nos acostamos un día en el que la casa estuvo totalmente vacía. Luego me sentí mal, sentía como si les hubiese faltado el respeto a sus padres, así que estuve todo el día ayudando como si hubiese cometido un pecado y tuviese que limpiarlo.

Hoy es el día de Reyes y Ryan y yo volvemos a la casa de la fraternidad junto a los chicos. ¿La burbuja que tenemos se romperá? Espero que no.

-Rose, o te levantas o te levanto.- dice Ryan desde el baño. Aprieto la almohada en mi cabeza y suelto un gruñido. Son solo las 10:03 de la mañana, ¿de qué va?

Ayer por la noche Ryan y yo nos quedamos jugando a las cartas... aunque bueno, dejamos de jugar a las cartas para empezar a jugar al strip poker y por si no lo sabéis, no es que acabáramos muy vestidos, a eso súmale que eso nos entretuvimos hasta las 3 de la mañana. Y ahora Ryan me levanta cuando solo he dormido 7 horas. Yo es que le mato.

No me quejo de la forma como me ha despertado, llenándome de besos por todas partes. Pero me quejo de que me haya despertado.

Antes de que pueda pensar siquiera en levantarme, Ryan me coge de la cintura y me pone en su hombro. Ni grito ni chillo, durante estos días me he acostumbrado a que me coja así. Ya hasta me resulta gracioso.

-No es bueno que te acostumbres a cogerme. Al final no voy a saber ni andar.- le digo dándole golpecitos en el culo como si estuviera tocando unos bongos. Ryan se ríe y me da una palmadita en el culo.

-Me gustaría acostumbrarme a esto.- me dice mientras me baja. Me coloca de forma que nos encontremos frente a frente.

-Buenos días.- me dice sonriendo y agarrándome por la cintura.

-Buenos días.- le digo poniéndome de puntillas y acercándome para besar esos carnosos labios. El beso fue lento y sensual, lo justo para despertarme.

-Levanta los brazos.- me dijo el entre besos. Yo levante los brazos y espere a que me quitara su camiseta, es decir mi pijama, y es justo lo que hizo. Cuando me quede solo en braguitas, hice lo mismo que Ryan había hecho conmigo.