17🥀 | 25 de Noviembre

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—Las navidades ya no son lo mismo para nosotros desde que ella murió, porque perdimos a nuestra hija a comienzos de año.

Mi corazón da un vuelco al escuchar eso, yo también perdí a Trevor por esas fechas.

—Tenemos familia en Hosford y solemos pasar las navidades con ellos en su casa. Mis hijos eran jóvenes y no pude negarme a que salieran a divertirse un poco. Soy madre, pero no un monstruo. No los iba a dejar encerrados en casa, aunque tal vez si lo hubiera hecho... —La señora Donovan se detiene y veo que le cuesta continuar, así que sujeto su mano con la mía y la aprieto en señal de apoyo—. Dejé que Nathan y Brooke se marcharan a una ciudad cercana, donde se iba a hacer una gran fiesta con jóvenes de todo el estado. Todo el mundo había oído hablar de esa fiesta y mis hijos querían ir, menos Ben que se arrepintió en el último momento. Estaban yendo a la fiesta cuando tuvieron un accidente.

¿Un accidente? ¿Una fiesta?

Al escuchar eso trago saliva. Se me ha revuelto el estómago y siento que como siga hablando me voy a desmayar.

Hosford no está muy lejos de Greenwood y si mi instinto no me falla, sé de qué fiesta está hablando.

—Creo que no debería hablar más de la cuenta, no sé si está bien contar la relación que tenían.

—¿Relación? ¿Nathan y ella estaban juntos?

La señora Donovan me mira sorprendida, porque no se imaginaba que iba a relacionarlo tan rápido, y termina asintiendo.

—Su padre y yo nunca estuvimos de acuerdo en que estuvieran juntos. Les dijimos que, aunque no compartían la misma sangre eran hermanos, pero eso no les freno para estar juntos. Al final los dejamos ser felices, no veíamos otra opción ya que amenazaron con fugarse juntos si no les dejábamos tranquilos.

Una punzada atraviesa mi corazón, Nathan también perdió a alguien.

—Fuimos al hospital muy asustados porque no nos habían dicho como estaban nuestros hijos. Nathan se hizo algunas heridas y tardó bastante en recuperarse, pero Brooke tuvo un peor final. Como no llevaba el cinturón puesto sus heridas fueron peores, y no logro sobrevivir al golpe.

Esto cada vez me está dando más miedo...

—Nathan nos contó que discutieron esa noche, él perdió el control del coche por el hielo que había en la carretera y chocaron con otro vehículo. Dos personas murieron en ese accidente y él nunca se lo ha perdonado. Mi hijo cambio totalmente esa noche, no ha vuelto a ser el mismo desde entonces.

De pronto me vienen recuerdos del accidente.

Trevor y yo tuvimos nuestro accidente en enero, cuando Nathan también sufrió el suyo.

¿Y si fue él el que chocó con nosotros?

—Melissa, ¿estás bien? —me pregunta la señora Donovan preocupada en cuanto ve que comienzo a hiperventilar.

—Necesito tomar el aire un momento.

—¿Quieres que te acompañe?

—No hace falta, gracias.

Me disculpo con ella y salgo de la habitación a gran velocidad. Respirar se está convirtiendo en una tarea difícil, necesito salir de aquí.

Me adentro en el jardín exterior y saco rápidamente el teléfono de mi bolso. Con las manos temblorosas marco el número de mi tío, tengo mucha suerte de que sea detective privado y que él fuera uno de los policías que trabajó en el caso, porque él me podrá ayudar con esto.

El simple hecho de pensar que Nathan estuvo implicando en el accidente y que también perdió el control de su coche hace que se me acelere el corazón.

—¿Mel? —Le escucho pronunciar mi nombre al otro lado de la línea y siento cierto alivio al oír una voz familiar—. ¿Cómo está mi sobrina favorita? Te estamos echando de menos en la cena, ojalá hubieras podido venir.

—Yo también os echo de menos, pero no te llamaba por eso. ¿Podrías ayudarme con una cosa?

—Claro, cuéntame.

Le digo toda la nueva información que sé y mi tío permanece en silencio al otro lado de la línea.

—Necesito que me digas si Nathan tiene algo que ver en todo esto.

—Ya te dije que no quiero que te obsesiones con el tema, sobre todo, cuando el caso ya está cerrado y resuelto.

—Sí, ya sé que está cerrado y resuelto, pero sé que tú sabes más de lo que me cuentas.

Lo único que sé es que nunca hubo un culpable porque se determinó que el accidente había sido provocado por la nieve. Las carreteras estaban en unas condiciones nefastas y ambos vehículos podrían haber perdido el control, aunque fue el otro coche el que lo hizo no el nuestro.

Mi tío nunca quiso darme más datos del caso. Por eso, si Nathan está metido en todo esto no me sorprendería que él lo supiera porque nunca me quiso decir quienes iban en el otro vehículo.

—¿Puedes ayudarme, sí o no?

—Miraré los archivos y haré lo que pueda, pronto recibirás una respuesta. Te quiero, Mel.

Dada por finalizada la llamada, respiro hondo e intento convencerme de que no debo pasar una mala noche por todo lo que he descubierto. Aun así, no puedo evitar darle vueltas a algunas teorías que aparecen en mi cabeza.

 Aun así, no puedo evitar darle vueltas a algunas teorías que aparecen en mi cabeza

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Otra oportunidad para el amor | Bilogía Otra oportunidad #1Where stories live. Discover now