El reencuentro

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NARRA DAKARIA:

Tres años de no ver a Murdo, tres años desde que prometió volver y no lo cumplió. Carlota y Cal-Highs siguen juntos, más enamorados que nunca, claro, si eso es posible. Mi hermana Sylvania es novia de Jacob y son muy felices. Mi amistad con Elena sigue intacta a pesar que ella decidió hace un año convertirse en vampiro, mi propio padre la mordió, sé que muchos se preguntarán... ¿Cómo un vampiro puede asistir al instituto sin que lo dañe el sol? Simple, entre los poderes que mi padre posee al ser un ser sobrenatural y nacer como tal, se vio afectada su falta de tolerancia al sol cuando renuncio a su vida eterna, esto le permite salir en pleno día sin debilitarse o peor, calcinarse. Elena al ser convertida con su veneno heredó afortunadamente ese don, el cual le permite seguir compartiendo con todos nosotros y terminar sus estudios, sin olvidar que dejó atrás el uso del aparato auditivo. Por último, hace unos dos meses inicié una relación con un vampiro llamado Dod, lo conocí por vampi-book y el cual también resultó ser un fiel seguidor de Krypton Krax.

Esa noche decidí salir a volar, a despejar mi mente. Había cambiado totalmente, ya mi cuerpo no era el de una niña lo cual me gustaba, el negro seguía siendo mi color preferido, lo que si había cambiado de mi físico en estos años era mi cabello, era negro como la noche pero ya no poseía ese estilo rockero que solía usar, de hecho,  estaba bastante largo. Volé hacia la vieja estación del tren sin pensarlo, era un lugar que llenaba mi mente de recuerdos, viejos sueños y decepciones. Pensé que lo mejor sería ir a un lugar diferente, evitar ir a ese sitio... Pero no me esperaba que hubiese alguien allí.

Era él, era Murdo. No lo podía creer, pensé que no volvería más... Aunque quizás ya no me recuerde.

-¿Eres tú verdad? ¡Volviste!- Murdo volteo y me miro de arriba abajo con sorpresa.

-¿Daka? ¿Eres tú?- Me había reconocido, con todo y mis cambios pero lo que no me esperaba era que me abrazara.

-¡Oh Daka! ¡Te extrañé tanto!- Me sentía incomoda pero no podría deshacerme de su abrazo, él seguía siendo más fuerte que yo.

-¡Oh vamos! ¿Pero qué te pasa? ¡Suéltame!- Él no me hizo caso, sólo me apretó aún más a él –Debo irme por favor suéltame Murdo- Ni se inmuto.

-No puedo dejarte ir más, ¿Acaso no lo entiendes?- Dijo levemente en mi oído.

-Prometiste que volverías, pero han pasado tres años Murdo... Incluso a Carlota le haces falta ya- No pude decir más nada, mi voz se quebró y algunas lágrimas salieron de mis ojos.

-Daka no era mi intención alejarme tanto tiempo... Sólo que hubieron imprevistos que tuve que solucionar... Hoy ni siquiera esperaba verte, estaba cerca y quise visitar este lugar que se volvió tan especial para mí- Me abrazaba aún más fuerte y mi respiración se dificultó.

-Todo cambió, yo cambié, por favor Murdo... Déjame ir- Las lágrimas ya eran evidentes en mis ojos.

-¿Tanto cambiaste que ni siquiera puedes soportar tenerme cerca Dakaria?- Murdo me soltó de su abrazo, pero siguió sosteniendo mis hombros para evitar que me fuera.

-No responderé a esa pregunta. Ahora por favor te pido que me sueltes Murdo me estás lastimando- Él no se esperaba que dijera eso, pero me soltó.- Nos veremos pronto ¿sí? Sólo dame tiempo para asimilar todo esto y podremos quedar nuevamente... Si no te escabulles esta vez claro- Dije con una media sonrisa, me acerqué a darle un beso muy cerca de sus labios- Accio Murdo.

Murdo no me siguió y en parte se lo agradecí... Estaba confundida, llena de dudas. Me perdí en mis pensamientos mientras volaba de regreso a casa.

-¡Daka! ¿Dónde estabas?- Sylvania mi hermana era sobreprotectora a pesar de ser la menor de las dos.

-No deberías preocuparte mucho por mí, ya no somos tan pequeñas Sylvania- Ella hizo un puchero que lograba romperle el corazón a cualquiera, me di por vencida- Está bien, sólo necesitaba volar un rato, respirar aire fresco ¿Contenta?

-Mmmm... Sé que haz cambiado Daka, pero estás aún más... ¿Diferente? ¿Pasó algo?- En su voz la preocupación era notable. ¿Debería decirle? Recuerdo las muchas veces que lloré porque él no volvía y ella era la única aparte de Elena que podían consolarme. En parte esa decepción me hizo madurar, crecer... Pero honestamente creí que lo había olvidado.

-Murdo volvió- Dije sin más. Sylvania se me quedó mirando con la boca abierta y con los ojos destilando de una rabia repentina.

-¡¿Cómo?! ¿Cuándo? ¿Dónde lo viste? ¿Quedaron en verse?- Ella nunca había sido fanática de aquel grupo, nunca le había caído bien Murdo pero lo aceptaba porque yo lo quería. Pero supongo que con el tiempo las cosas eran diferentes.

-No, no quedamos en vernos sólo que... Mientras volaba fui a la vieja estación sin pensarlo, cuando estaba por irme lo vi y... - Lágrimas salían nuevamente por mis ojos evitando que pudiese continuar hablando.

-¡¿Ese desgraciado nunca dejará de hacerte daño?!- Grito e inmediatamente corrió y me abrazo, como lo había hecho él.- ¿Hablaron?

-Sí, me dijo que me había extrañado, que no había podido volver en todo este tiempo porque surgieron circunstancias que se lo impidieron- Una parte de mí le había creído, la otra no dejaba de dudar y pensar que todo lo que había dicho sólo había sido un medio para justificarse.

-¡Oh por Drácula Daka!- Mi hermana sólo me abrazo aún más.

-Necesito estar sola Sylvania por favor, necesito pensar en todo lo que sucedió esta noche, en lo que pasará de ahora en adelante...- Mi hermana me interrumpió para recordarme algo o mejor dicho a alguien que había olvidado.

-¿Qué pasará con Dod Daka? ¿Terminarás con él? A pesar de que Murdo no es una de mis personas favoritas, tú nunca lo dejaste de amar- No había pensado en mí "novio" desde que había vuelto a ver a Murdo, Sylvania tenía razón, nunca lo había amado y dudo mucho que ahora pueda hacerlo.

-No lo sé- Quería estar sola, mis sentimientos eran un desastre y mis pensamientos no se quedaban atrás.

*¿Daka volverá a ver Murdo? ¿Lo perdonará? ¿Cumplirá la promesa de volverlo a buscar?

*¿Qué pasará con la relación que tiene con Dod? ¿Acabará?












Dakaria y Murdo: Un amor sin fronterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora