Aquello fue tan doloroso e humillante como si me hubiese dado una bofetada. Sí, Stiles me distraía, pero no por eso eran mis notas bajas. Eso era por mi dislexia, por mis problemas de atención.

Mi hermana apretó los puños y dio un par de pasos hacia adelante, pero mi madre la tomo de los hombros y la guió hacia la cocina. Sabía que si mi pelirroja hermana se quedaba aquí haría de esto un total infierno, pues aún cuando aveces tuviéramos nuestras diferencias, sabía que Lydia daría todo por su pequeña hermana.


Ahora solo éramos mi padre y yo, quienes nos veíamos tensos. Ambos nos habíamos insultado esta noche, cosa que jamás había pasado en Canadá. De hecho, en aquel país, tuvimos una convivencia de lo más sana (cuando convivíamos, lo cual no era algo usual) y disfrute el tiempo con mi padre. Pero ahora tenía está vida, la vida que parecía estaba destinada a tener, no podía volver a Canadá e intentar ser una adolescente normal.


"El no me llevara de aquí, de ninguna manera"


-¿Quieres quedarte aquí?- Pregunto, después de un rato de silencio.


-Si- Respondí cortante, mientras apretaba mi vestimenta. No quería verle.


El me dio una rápida mirada, mientras parecía pensar algo.

-Te quedaras en Beacon Hills-aceptó de la nada, asintiendo.

Mi posición de chica ruda se fue al instante y casi lo abrazaba.

-Papá...

-Si haces lo que te digo- Me corto el, no dejándome hablar.


-¿Qué es eso, exactamente?- Pregunte yo, algo confundida.

-Te quedaras en Beacon Hills... si te separas del niño Stilinski.

Enseguida retrocedí, sin creerme lo que había dicho. ¿En serio me iba a pedir eso?, ¿en serio creía que Stiles era el problema?


-P-pero...¡El es bueno!-me queje.-Ni siquiera lo conoces, el es inteligente y bondadoso. ¿No es lo que todos los padres quieren para sus hijas?

El tan solo soltó un suspiro, para después acercarse a mi con lentitud.


-Te ha hecho bajar de calificaciones, eso no es lo que quiero para ti. Amara, el es solo un chico, hay miles allá fuera. ¿O vas a escogerlo sobre Lydia?-presionó.


Mordí mi lengua tan fuerte que pronto no tarde en sentir la sangre deslizarse hacia mi garganta.

No quería dejar ir a Stiles. El solo pensarlo me causaba un enorme dolor en el pecho y el sentimiento más desesperante de mi vida. Por fin acaba a de encontrar eso, aquello con lo cual todas las niñas soñaban; un amor verdadero. Aquel que te hacia sentir miles de mariposas, que te hacía sentir única e inigualable.


Pero por otro lado estaba mi familia. Lydia me necesitaba, al igual que mi madre. Mi hermana me adoraba tanto como yo a ella, recién le recuperaba y no creía posible poder separarme de ella nuevamente.


"Solo durare con esta farsa hasta que él se vaya de Beacon Hills. Puedo hacerlo."


Asentí con lágrimas en los ojos, envolviendo mi cuerpo con mis propios brazos.


-Te veré mañana. Espero que veas que esto es bueno, Mara-mara. Esto no dolerá mucho, es solo un chico.-se despidió de mí, dando un beso en mi coronilla para después salir por la puerta.

[1] When The Darkness Comes | Teen Wolf Where stories live. Discover now