3. Hermanita ¿que es esto?

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El bosque
Sabes que el esta allí
Pequeña banshee, a la espera de ti.
Un poco de polvo, y será tuyo
Si no es que ya lo es.


Me desperté de golpe, mientras tomaba de mi pecho con urgencia de calmar mi corazón.


¿Que demonios había sido eso?
Parecía una voz de mujer susurrándome al oído, lo cual, demonios que era más que imposible.

Voltee hacia mi izquierda, buscando mi reloj a tientas, pues a duras penas entraba la luz del creciente amanecer por mi ventana, y ya que era la habitación de Lydia la cual daba hacia la calle y no hacia el jardín trasero, era ella quien podía disfrutar de la luz de la calle.


6:00 a.m


Hice una mueca, pues me había despertado más temprano de lo esperado, y todo por una maldita pesadilla.




Una falda de mezclilla y una blusa de color rosa.


Mi boca se abrió en un gran bostezo, mientras que ya resignada, hacia las sabanas hacia un lado para pararme y escoger el vestuario del día.


Me quede tan embobada con los cómics que leía, confiada en que tendría más tiempo, que la hora de me pasó volando. Cuando vi el reloj una vez más, supe que ya era tarde.


"Bueno, nos quedamos sin desayunar Lyd" pensé, mientras que salía de mi pieza solo para encontrar un silencio reinar la casa, lo cal me dijo que mi hermana aún no se levantaba.


Me dirigí a su cuarto con pasos rápidos, tocando sin pudor alguno.


-¿Lydia? ¡Ya es tarde!

Espere su respuesta...
Pero no me dio ninguna.

Resoplé mientras que tomaba la valiente decisión de abrir su puerta, alzando una ceja al encontrar a mi hermana revuelta entre las sabanas. Sí, había olvidado que era una desquiciada cuando dormía sola.



Sin poder evitarlo se me escapó una risilla, pero aquello no la inmutó.


Me adentré aún más en su habitación, abriendo las cortinas, pero ni eso le despertó de su profundo sueño.


-Lydia- volví a llamarla en voz baja, pues era sorprendente lo dormida que se había quedado.


Me acerqué a su rostro, para asesorarme de que en verdad estaba dormida y no jugaba conmigo, cuando despego sus labios para hablar.


-El bosque, sabes que el esta allí, pequeña banshee, a la espera de ti.Un poco de polvo y será tuyo
Si no es que ya lo es.

Abrí los ojos como platos mientras retrocedía, asustada.


Impacte contra el closet, dando un gran estruendor que en definitiva tenía que despertar a mi melliza.


Lydia también se paró de golpe, al tiempo en que intentaba pararme, ya que había caído del susto.


-¿Amara, eres tu? -murmuró soñolienta.


-¿Quien más podría ser, Lydia? - respondí enfadada, mientras me tambaleaba al pararme.

El ceño de Lydia se frunció, ahora también enojada.

-Discúlpame, no estoy acostumbrada a que invadan mi habitación.

[1] When The Darkness Comes | Teen Wolf Where stories live. Discover now