2. Capítulo 10: Corte de las flores (2ª Parte)

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—No todos la conocimos así —bufó Castiel y como si de una sucesión de imágenes se tratase, los recuerdos de él y Cassie discutiendo en la fogata, el mismo día que fuimos atrapados y encerrados en una mazmorra llegaron a mí.

Él lo sabía. Castiel siempre lo supo, él la había llamado Nenúfar, luego de ella le mencionara el nombre Kelium y lo llevara al borde, siendo esa la primera vez que viera una lágrima en el rostro del elfo. Confundida por aquella comprensión, traté de buscar las palabras adecuadas para cuestionar lo que sea que estuviera sucediendo allí, pero fui detenida, cuando con un brusco movimiento de su mano en zigzag, Cassie levantó al elfo y lo hizo caer de rodillas al suelo, gimiendo.

—En adelante, se dirigirá con mayor respeto a nosotros, ¿queda claro, elfo? —dijo Bellis, como si él mismo hubiera hecho aquella atrocidad.

Castiel lo miró sin decir nada y se limitó a asentir. La mano de Haliee apretó la mía con tanta fuerza que pensé que iba a romper mis huesos, estaba muy enojada. Respiré para tranquilizarme, no podía hacer gala de mi falta de paciencia o prudencia en ese momento.

—Como dijeron nuestras antecesoras, hemos recibido amenazas de reinos cercanos exigiendo su pronta liberación —continuó Lily, llamando de nuevo mi atención, con un tono de voz neutro, como a quien no le importa mucho lo que está diciendo—. Pero esta Corte no obrará de la misma forma que la anterior y, aunque estoy segura que con ellas ya habrían sido dejadas en libertad, nosotros los instaremos a permanecer en el reino hasta que lo ordenemos, habiendo aclarado que no serán prisioneros.

Un solo pensamiento llenó mi cabeza... Las pruebas. Casi me había olvidado de ellas. Lo único que quería era acabar con todos los allí presentes, pero debía pensar con claridad. La muerte de Piwi y todo nuestro esfuerzo por sobrevivir sería en vano si no lográbamos atravesar los obstáculos que nos pondrían en el camino. Debía hacerlo por mí, mis amigos y mis padres. Muchos habían depositado su confianza en mí y no podría ni debía defraudarles. Y defraudarme a mí misma, ni siquiera era una opción, sin embargo, aún podría presionar para obtener algunos privilegios en el camino.

—¿Eso no les causará más problemas? El reino de los dragones está muy enfadado, sobre todo porque mantienen a su líder cautivo —Mi voz sonaba extraña, como si no saliera de mi propio cuerpo. Hablaba con entereza y seguridad, características que había creído perdidas en el fondo de las mazmorras.

—La detallada carta del príncipe Alyos exigía su liberación de las mazmorras. Es obvio que ya no están encadenados y encerrados en un lugar inhóspito y repugnante, ¿no es así? —habló con ironía Orquídea, que enrollaba un mechón de cabello lila en sus dedos—. El príncipe puede estar tranquilo, de que aquí en más su futura esposa recibirá nuestros mejores cuidados. De cualquier forma, si lo que deseas es confirmar que permanecerán vivos, te bastaría con mirar a través de los cristales.

Volví mi vista hacia el exterior, al hermoso paisaje que rodeaba al reino de las hadas y la imagen de unos dragones sobrevolando el castillo me tranquilizó, aunque estuvieran bastante lejos. Y si prestaba la suficiente atención, podía escuchar el bullicio proveniente de las afueras de la imponente edificación; las voces y clamores de ejércitos que habían venido a defender nuestra libertad.

No estábamos solos y tal como Alhaster había dicho tenía un pueblo... No, nosotros lo teníamos. Por él también luchaban.

Sin embargo, el instante de felicidad que tuve fue roto por los crecientes murmullos en la habitación en que permanecíamos. El resto de la Corte del Sol —miembros del improvisado tribunal que antes había condenado a Eliden a la horca— no estaba, al parecer, contento con la decisión de sus superiores y mucho menos con que Orquídea prácticamente afirmara que las anteriores superiores nos habrían liberado haciendo menos que una muestra de cobardía no propia de las hadas.

CDU 3 - La elección de Cassiodora [BORRADOR COMPLETO]Where stories live. Discover now