Lenna recordaba las múltiples veces que ellos se habían acostado hace un tiempo como también recordaba los puntos sensibles y claves de él. Los ojos de ambos chocaban llenos de brillo e ilusiones. Ambos se necesitaban el uno al otro. Necesitaban eso para perdonarse del todo y para aceptarse como eran. 

Deslizó sus manos hasta el dobladillo de la camiseta completamente azul y comenzó a subirla con graduación tocando la piel de él al paso. Podía sentir como los músculos de Luke se tensaban con las caricias suaves de ella que recorrían casi todo su torso. Levantó los brazos para ayudarle a sacar la prenda y la dejó caer al suelo con sutiliza. Todos sus gestos emanaban delicadeza y feminidad por donde se observase. 

Se observaron cuando las prendas superiores estaban fuera de su cuerpo y un leve sonrojo apareció en las mejillas de ellas. Aquello era tan similar a la primera vez que Luke podía igualarlo, había amado ser el primer hombre de ella y su primera vez juntos, tanto que estaba agradecido de que esto se asemejara de la manera en lo que lo hacía. 

Luke imitó lo que ella estaba haciendo sobre su torso en el de Lenna y no se detuvo al llegar a la pretina de jeans, sino que siguió hasta amoldar su trasero en su manos y pegarla a su cuerpo. La timidez de ella lo ponía más de lo que le gustaría admitir. 

Movió sus manos hasta la parte delantera de los jeans y los desabrochó, pero no los quitó. Retiró la vista de los profundos ojos de ella y la bajó hasta donde sus pechos se unían, donde sus senos parecía mayores.

Claramente las palabras sobraran. 

Comenzó a besar sus hombros, cuello y clavículas topándose con la preciosa cadena de oro que simbolizaba a su pequeña familia. Metió una de sus manos dentro de los jeans mientras con la otra la sostenía a su cuerpo. Notó como su cuerpo reaccionaba cuando rozó sus bragas con la punta de sus dedos y como ella suspiró cerca de su oído. Luke encorvó un  poco su espalda para repartir seguir repartiendo sus besos por la parte de los pechos que el sostén dejaba descubierto. 

Con un movimiento certero Lenna tumbó a Luke sobre la cama y se sentó sobre sus caderas. Se sentía toda tímida frente de él, pero por unos minutos se olvido de ello e intentó ser la Lenna que era en un pasado, cuando la palabra vergüenza no existía entre ellos. 

Luke se sorprendió por repentino cambio que solo logró excitarlo más de lo que estaba. En esos momentos los jeans que llevaban estaban siendo un verdadero infierno. Acarició sus caderas y fijó su vista en ella, sus cabellos estaban acomodados de forma estratégica luciendo solo parte de su cara y dando un toque más sensual a su rostro de ángel. Las cosas se asemejaban y a su vez se alejaban de lo que eran hacía años atrás. 

Ella besó sus labios por una fracción mínima de tiempo  y tiró de su labio inferior hasta abajo antes de comenzar a repartir besos húmedos en su pecho y abdomen de manera exquisita, descendiendo por su torso y mordiendo debajo de su ombligo. La respiración caliente de ella cerca de esa zona no ayuda a la molestia en sus jeans, pero no iba a apurar las cosas, iba a dejar que ella explorara todo lo que ella deseaba. 

Con sus manos desabrochó ahora sus jeans y los comenzó a bajar por sus piernas dejando a la vista su ropa interior abultada negros y blanco. Cada vez eran menos las prendas que sus cuerpos tenían y cada vez faltaba menos para que ellos volvieran a ser uno. Alargar el momento lo hacía más molesto, pero a la larga lo haría más intenso y más deseado, un momento casi perfecto con muchas mezclas de sensaciones. 

Lenna volvió a sentarse en sus caderas al terminar de sacar su prenda inferior y se dedicó a besar sus labios con ganas y con desesperación. Él busco con sus manos el broche de su sostén y jugó con él durante unos segundos hasta sacarlo con éxito. Se separó de ella solo un poco para bajar con sus dedos los tirantes por sus brazos mientras recorría con sus dedos la extensión de los mismos. El sostén se soltó y se unió al resto de la ropa decorando el suelo de la habitación de ella. 

Si pudiera sacar una foto de ella con su torso denudo y con jeans, lo haría. Ningún hombre debía prohibirse de ver a la mujer de su vida vistiendo solo jeans. 

Esta vez fue el turno de él para voltearla y sentarse sobre ella sin apoyar todo su peso. Observó como sus pezones se notaba rojos y lastimados por darle el pecho a Ethan, las pequeñas grietas rojas se expandían hasta después de sus pezones tocando la coloración de sus alrededores. 

—¿Duelen?—Se aseguró antes de tocarlos. Claro que si dolía no iba a tocarlos, no quería lastimarla y sabía que su hijo lo hacía al tomar de ellos.

La voz modificada de él la distrajo por unos momentos mientras se satisfacía con aquel sonido más masculino que el que acostumbraba. 

—No si los tocas con suavidad.— Luke asintió y buscó con sus manos ambos senos procurando ser suave y tranquilo con ello. 

Primero recorrió su contorno y luego se centró en ellos. Cada vez le era más difícil acallar sus suspiros y jadeos, pero nunca había sido ruidosa y no lo sería ahora.  Sentía que sus senos explotarían en cualquier momento. Aún seguía  amamantando a Ethan por lo que estaban más sensible de lo común y tener la boca y manos de Luke en ellos le incomodaba de una manera inhumana. 

Luke siguió bajando hasta sacar los jeans de ella. Ellos solo tenían sus ropas interiores y él presiono su intimidades con suavidad. Las telas que los separaban eran casi imprescriptibles y ninguno pudo ocultar su exclamación de placer. Sus voces se juntaron y mezclaron retumbando en el cuarto. 

Unos pequeños ruidos en el monitor de bebé los alertó a ambos quedando quietos en sus posiciones y con la mirada fijas en él, ninguno quería para esto. Luke amaba a su hijo, pero en esos momentos podía llegar a odiarlo si los interrumpía. Los quejidos pararon a los segundos y juntos suspiraron de alivio. 

Él no dejó pasar demasiado el tiempo y volvió a unir sus intimidades con un rocé más leve. Suspiró suavemente al sentir las manos de ella jugar con el elástico de su ropa interior y tocar por encima de su hombría con un toque que podía pasar desperdiciado. 

Se puso de pie y busco los preservativos que llevaba en la billetera a todos lados y en esos momento agradecía que así fuera. Lenna lo miró con curiosidad extrañando sentir su calor sobre su cuerpo.  Luke bajó su ropa interior y acomodó un preservativo en él mientras ella desviaba la mirada con un tenue sonrojo en sus mejillas.

El cuerpo desnudo de él presionó otra vez sobre su cuerpo casi denudo y él se inclinó hasta tener la boca a la altura de su oído. 

—Ya he aprendido a usarlos— bromeó refiriéndose al error que habían cometido hacía unos años, un error maravilloso. Tomó las puntas de las sábanas blancas decoradas para desacomodar la cama y dejar a ella directamente sobre las sábanas  inferiores. 

Lenna besó sus labios otra vez cuando sus manos curiosas la palparon y bajaron sus bragas para dejarlos completamente desnudos. Él tocó algunas marcas que el embarazo había dejado en ella en las piernas y glúteos sintiéndose el hombre más  afortunado de la vida. 

Él acopló sus labios una vez más antes de con mucha lentitud y suavidad hundirse en ella. Sintiendo cuan estrecha era, mucho más de lo que recordaba.  La sensación para ella era incomoda y hasta un poco dolorosa, pero nada que no podía soportar. La gracia de hacer el amor explotó como un torbellino en el pecho de él, esa sensación que tanto anhelaba y que había buscado en otras chicas desde que ella lo había dejado. 

—¿Tú no has...?—preguntó con la voz demasiado ronca mientras esperaba que ella se adaptara. Le sorprendía demasiado su estrechez como si hiciera años que no estaba con un hombre. 

Ella negó mirándolo por primera vez desde que había entrado en ella. Un calor galopante y enfermizo se extendió en su corazón al saber que él era el único hombre que la había tocado y él único que lo haría de acá en adelante. 













Love me Again // Luke Hemmings// (5SOS #1)Where stories live. Discover now