Love me Again // Luke Hemmings// (5SOS #1)

-Capítulo 43-

—¿Quieres hacer esto?—De repente las manos de ella comenzaron a dibujar una película de sudor, pero estaba segura de lo que quería y por la mirada en los ojos de él podía decir que era lo que quería. 

Puede que no sea la manera más convencional o puede que todo lo que estaba pasando era muy patético, pero en ese momento ella sentía que volvía a su primera vez. Cuando sus nervios estaban presente siempre que la tocaba y como se sentía muy poca mujer a su lado. A su vez él la miraba de esa forma que indicaba ella era la mujer de su vida, de esa forma que los ojos se enfrentan con otros ojos y el brillo reluce. Justo como lo estaba haciendo ahora. 

Lenna tomó una bocanada de aire mientras observaba como Luke esperaba con paciencia su respuesta. No quería decepcionarlo o defraudarlo, su cuerpo no era el mismo y posiblemente el de él tampoco, pero sus cambios no se relacionaban. Ella había aumentado de peso y, hacía no demasiado, había logrado bajarlos. 

Ambas mentes maquinaban escenas de lo que sería y de lo que no podía ser. Luke esperaba poder hacerlo más romántico e intimo, pero aquello se asemejaba tanto a la primera vez juntos que no podía evitar que el sentimiento de paz y nostalgia lo invadiera casi de manera abrupta para luego convertirse en un estado de nerviosismo y tensión, su cuerpo pedía por sus manos y sus manos por el cuerpo de ella. Muchos podían llamarlo fuerza de atracción, pero ellos estaban seguros que solo era amor. Algo no tan asombroso como aquello, pero aún más complejo. Ellos se necesitaban uno al otro y no importaba la manera ni la circunstancias, solo importaban ellos. 

No hicieron falta palabras para que Luke entendiera lo que ella quería, ni tampoco gesto, solo miradas y toques. 

La cargó en sus caderas antes de tomar impulso y guiarla a la habitación. Él no iba a ser hipócrita y decir que no estaba nervioso o que no había partes de su cuerpo que temblaban. Posiblemente, su mente había olvidado lo que era hacer el amor y solo se había adaptado a otro concepto. El picor de su corazón sobre su pecho y el pulso en las sienes, los nervios y la plenitud que no tuvieron durante demasiado tiempo iban a estallar y ninguno se iba a imponer a eso. 

Lenna sintió el rocé de la cama en su espalda y como sus pulsaciones se disparaban cada segundo, no creía en la magia, pero eso era lo más cercano que existía. 

Luke se arrodilló entre sus piernas  y la observó con adoración, como si la cosa más preciosa se encontrara delante de sus ojos, perdido en el cuerpo que estaba frene a sus ojos. Podía jurar que aquella sensación era única. Una sensación que por tiempo estuvo perdida. 

Esa mezcla de momentos vividos, de déjà vu y de sentimientos nuevos, era exquisita y embriagadora. Era aún más fuerte que la primera vez, era ansiado. 

Tomó su rostro entre sus manos y se dedicó a observarlo, a notar los finos rasgos de ella y como sus mejillas comenzaban a llenarse de color por la intensa mirada de él. Comenzó a bañar su rostro con besos cortos y pequeños toques. Iban a intentar hacer el momento más duradero y largo de sus vidas, iban a inmacular el momento. 

Sus manos bajaron de su rostro a sus hombros y a sus brazos hasta llegar a su cintura y colarse debajo de su blusa. Ella no se quedó atrás y mientras sus labios parecían fundirse en calor paso sus manos por sus brazos sintiendo la temperatura que emanaban. 

Luke tomó su peso con la mano en la espalda baja de ella para elevarla de la cama y sacarle aquella blusa negra, dejándola en un pequeño sostén negro con detalles de encaje. El color negro resaltaba de su piel pálida y la manera en las que sus pechos parecían sobresalir de la copa del sostén la hacían la cosa más preciosa y caliente que Luke había visto en mucho tiempo.

Ella se impulsó en sus codos hasta quedar arrodillada a la altura de él, un poco más abajo. Pasó sus manos por su cintura y besó sus labios para descender a su cuello y mandíbula. No pudo evitar dejar un par de cortos besos sobre su piercing y por debajo de su oreja.