Capítulo 14- Días contados.

6K 514 58
                                    

Me desperté a causa de los rayos de sol que entraron por la ventana, y me tensé un momento, pero me relajé al instante. No. Ese día no empezaban los Juegos, aún tenía dos días para disfrutar de mi libertad condicional.

Abrí los ojos por completo, y lo primero que vi fue el rostro de Finnick, durmiendo. Reí por lo bajo, estaba muy gracioso. Los cerré de nuevo, aunque sabía que no me iba a volver a dormir, simplemente quería disfrutar de la tranquilidad que tenía en esos momentos, de lo bien que me sentía cerca de Finnick.

¿Qué haría cuando estuviese en los juegos? No quería alajarme de él, no ahora que había encontrado a la única persona importante para mí. ¿Y él? ¿Qué haría? No sabía realmente que sentía por mi, pero no quería que sufriese por mi culpa viéndome morir.

Noté como se movió.

-Buenos días. -Dije en un susurro.

Me dio un beso en los labios.

-Buenos días. -Me sonrió ampliamente.

No, no quería alejarme de él. Bajé la mirada.

-Hey, ¿Que te pasa? -Preguntó al verme cabizbaja.

Me senté en el sofá y él me imitó. Me apartó un pelo de la cara, y me lo puso detrás de la oreja. Amaba cuando hacía eso.

-Yo... -Suspiré- No sé que vamos ha hacer con esto. Tenemos los días contados, y son sólo dos. No quiero hacerte daño cuando... Muera.

-No vas a morir, Clarie.

-Es inevitable, y tanto tú como yo lo sabemos. -Suspiré, y tomé una decisión. No quería sufrir, o hacer sufrir a los de mi alrededor. - Creo que... Es mejor que esto no vaya a más. No quiero quererte más. No quiero que se me rompa el corazón y menos rompertelo a ti.

Él me miró con ojos tristes. No quería hacerlo, yo le quería, pero ¿Qué otra cosa podía hacer? Era una locura seguir con esto.

-¿De verdad quieres que todo siga normal, como antes? -Preguntó.

-No. -Levanté la mirada. -Pero, ¿Qué otra cosa podríamos hacer?

Él iba a contestar, cuando una señora entró al apartamento. Del Capitolio.

-Perdonen si interrumpo, pero el presiente Snow necesita sus servicios, señor Odair, hay un mujer esperandole. -Dijo, seria.

El corazón se me encogió. Sabía lo que eso significaba, no vería a Finnick en todo el día, ya que solicitaban sus servicios de acompañante. Y él estaría con otra mujer el día entero.

-Ahora voy. -Dijo, y la señora salió.

Finnick me miró, y yo aparté la mirada.

-Clarie, sabes que ten...

-Tienes que hacerlo. Sí, lo sé. No pasa nada. No tienes que darme explicaciones. -Le miré, intentando no parecer dolida.

-Nos vemos a la hora de la cena. -Me dijo, levantándose.

Me levanté también.

-Sí, nos vemos... -Dije, y le miré a los ojos.

Vi que su mirada estaba llena de ternura, seguramente igual que la mía. Y tenía unas ganas enormes de lanzarme hacia él y besarle, de pedirle que me llevase a cualquier lugar, perdernos por el mundo él y yo solos y permanecer juntos y ocultos para siempre.

Pero me di la vuelta, y subí a mi habitación.

____________

Clavé otra hacha en la diana, y me senté en el suelo, agotada.

Llevaba todo el día en la sala de entrenamiento, era la única forma que encontré de no pensar en Finnick, en que estaba con otra mujer.

Sentía celos. Sí, estaba segura de que era eso. Pero era algo estúpido sentirlos, ya que dentro de unos días yo no estaría aquí, pero Finnick seguiría y tendría a miles de chicas detrás.

-Bueno, Clarie, me voy guapa. Nos vemos. -Dijo Sidney jadeando, cansada, sin mirarme, dejando el arco y marchándose.

Yo no la respondí, pero tampoco me dio tiempo. Me quedé sola en la sala de entrenamiento. Esa mañana, muy a mi pesar, conocí a los del Distrito 1.

Me sorprendí gratamente. Jack y Lexa Sullivan, resultaron no ser como yo pensaba. Eran tributos profesionales, sí, pero porque no les quedó remedio. Les sometían a todos a un entrenamiento obligatorio, quisieran o no, y al parecer ellos también estaban en contra de los Juegos. Lily parecía buena chica, era bastante alegre, al contrario que Jack, que era muy serio. Sin embargo a penas hablé con ellos, estuve sumergida en mi mundo y tan solo cruzé algunas palabras con Sidney y Steve.

Me levanté del suelo y fui a la ducha. Al salir, me encontraba más relajada, pero me paré en seco cuando le vi.

-Finnick. -Susurré.

-Clarie. -Sonrió. -Tengo que hablar contigo.

Vi en su mirada que estaba preocupado.

-Algo malo, ¿Verdad?

Me miró, y sonrió amargamente de nuevo. Me tendió la mano.

-Ven conmgio. Es mejor que lo juzges tú misma.

Le cogí la mano.

Lo primerísimo de todo. GRACIAS.

2.2OO Leídos. Es como que muy emocionante.

Quería pediros a TODOS que comentaseis que os parece esta historia. Acepto todo tipo de críticas, siempre que haya respeto en ellas, claro.

Darme vuestra opinión sea buena o mala, porque las críticas es lo que motiva a un escritor (O lo que yo sea) a seguir con la historia.

Y sin nada más que añadir...

¿Qué será lo que Finnick quiere enseñar a Clarie?

El verdadero amor de Finnick Odair. /sin editar/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora