Capitulo 44

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Capítulo 44.

Narra Aaron.


—Por tercera vez —dije muy lentamente—, sólo quiero una hamburguesa y una Coca-Cola mediana, ¿entendido?

—Entendido —Suspire, al fin entendió—, pero con la compra de una Coca-Cola grande tienes un diez por ciento de descuento...

Bufe frustrado y tire de mi cabello, este tipo me estaba haciendo llegar a mi límite, capaz que si le hacía caso me daba la comida.

—Está bien —dije resignado— Una hamburguesa y una Coca-Cola grande.

-Muy buena elección —dijo escribiendo el pedido en la computadora—, también hay descuento en las hamburguesas grandes...

Tenía ganas de matar al tipo, solo quería una puta hamburguesa, cuando iba a mandarlo a la mismísima mierda, vi que Cami me llama.

— ¿Sabe qué? —Él negó con la cabeza— Métase su descuento por donde le quepa.

Sonriendo salí del local y bueno... tendré que comprar otra cosa.

—Hola princesa, ¿a qué se debe tu llamado? —digo sonriendo.

Por lo menos escuchar su voz me haría sentir mejor, no escuché respuesta, fruncí el ceño.

—Camila, ¿estás ahí? —pregunte y escuche un suspiro al otro lado.

— ¿Aaron? —una voz femenina se escuchó.

Escuché una voz dulce, no era la voz de Cami, la de ella es inconfundible.

— ¿Quién eres? —pregunte, su voz se me hacía familiar, pero no sabía de dónde.

—Yo soy Hayley la amiga de Camila —su voz era nerviosa o mejor dicho parecía algo preocupada.

— ¡Oh! Si ya recuerdo... —la verdad no tenía ni puta idea de quien era.

Suspire.

—Camila está en problemas, Connor y Elena también...

¿Pero qué demonios?

— ¿Qué mierda sucedió? ¿Y porque tú tienes su celular? —no sabía quién era la chica así que no me fiaba de ella.

—Es una larga historia, pero no hay tiempo para eso tenemos que encontrarlos, eso no es todo.

Maldito psicópata de John, si antes quería matarlo... ahora le tengo muchas más ganas que antes, si a Cam le sucede algo, solo un puto rasguño y me encargare personalmente de que su muerte sea muy dolorosa.

—Vamos suéltalo ¿qué más paso?

—Adam desapareció del hospital —joder, esto ya es más grave de lo que pensé— y tengo su celular porque volví a donde los agarraron y encontré su cartera.

Asentí aunque sabía que ella no podía verme, no tenía ni puta idea de que hacer, pudieron llevárselos en otro país o tenerlos aquí, a la vuelta de la esquina.

— ¿Dónde estás?

—Ahora mismo todavía en el mercado, quería ver si lograron escapar, pero no los veo...

La chica debo admitir que era valiente, en vez de estar llorando como una loca ella se preocupa en buscar a sus amigos, interesante.

—Estoy cerca del lugar, espérame en el estacionamiento —dije y colgué, no espere su respuesta y fui corriendo hacia allí.

Si ella me conoce seguro yo también la reconoceré al verla, podría hablar con Jake, tal vez me ayude en esto, pero no sé si está libre. John es uno de los narcotraficantes más conocidos, de algo que me enteré era que mi padre hacia negocios con el suyo, también gracias a eso se de algunos terrenos que tiene en el país y si yo fuera él, los llevaría al campo, claro estoy seguro de que están allí, ese era un lugar donde llevaban a torturar a las personas, tienen celdas y están muy lejos de la civilización, es un lugar perfecto.

Llegué al estacionamiento y de inmediato la reconozco, era la chica por la cual Camila arriesgó su vida para salvarla y por la cual se puso celosa.

No voy a olvidar ese momento, sé que está enamorada de Adam, pero todavía tiene sentimientos hacia mí, lo cual no voy a desaprovechar, la vi mirando por todos lados.

Es muy bonita, es blanca, cabello algo rubio y delgada, no estaba mal.

Camino hacia ella y vi que me miro algo nerviosa. ¿Está nerviosa por la situación o por mi presencia?

—Hola —dije saludándola con la mano.

Ella titubeo un poco antes de tomar mi mano, pero lo hizo, fue rara la sensación de su tacto.

—Hola —dijo algo tímida.

Lo raro es que Connor dijo que Hayley es la amiga alocada y ahora parece que un ratón se comió su lengua.

—Bueno, ahora cuéntame todo con lujos de detalles —dije mientras caminábamos—. Vamos a caminar hasta mi apartamento, allí está mi auto.

Ella asiente y me conto todo en el camino, la verdad me reí cuando dijo que Cam piso al hombre.

Ella es tan...

— ¿Es aquí? —pregunto sacándome de mis pensamientos.

No me di cuenta de que había parado de caminar.

—Sí —dije y busco las llaves de mi auto en mi bolsillo trasero—. Espera aquí.

Fui caminando hacia el auto algo nervioso, sentí su mirada, que prácticamente me atraviesa, di media vuelta de golpe y la descubrí mirando... ¿Mi trasero?

Ella aparto la mirada de golpe y yo enarqué una ceja divertido por la situación, su rostro se tiño de un rojo escarlata, reprimí una carcajada, que se convirtió en una sonrisa.

— ¿Disfrutando de la vista? — pregunte divertido.

—Yo-yo... no sé de qué me hablas —es muy tierna cuando se sonroja, me recuerda a Cam.

Este viaje será divertido, negué con la cabeza y subí al auto.

Es muy bonita, pero mi corazón está con Cam y eso señoras y señores no va a cambiar.

Lleve el auto hasta donde ella estaba y subió sin mirarme, puso su cabello de una forma que prácticamente le tapa la cara.

Sonreí, era inevitable.

Comencé a conducir y de pasada llame a Jake, lo puse a manos libres y espere a que contestara.

—Aaron hermano cuánto tiempo...

Jake es uno de los que trabajan para mí, antes trabajaba con mi papá, pero lo del narcotráfico no le gustaba, el matar personas le agotaba, no les tenía lástima, dice que todos se lo merecían, es una persona muy ruda y un buen amigo mío y si queremos rescatarlos necesitamos armas y a un especialista.

—Hola Jake, necesito de tu ayuda —dije y él río.

— ¿A quién matamos hoy? —mire a Hayley y su rostro palideció.

—Estoy a manos libres idiota, Hayley él solo está jugando.

En realidad no estaba jugando.

—Lo siento novia de Aaron, era solo un juego...

Y si estaba pálida ya era historia, ya que el color de sus mejillas volvió.

—No es mi novia...

— ¿Muñeca, estás soltera? —dijo en plan coqueto.

Yo la mire esperando una respuesta.

—Sí.

—Bueno volviendo al tema principal —dije carraspeando-, necesito que me consigas armas y también necesito tu presencia.

—Al fin hay acción ¿he?

—Ni te lo imaginas...


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