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Capitulo 34

Capítulo 34.

—Camila me puedes explicar, ¿que ha sido todo eso? -cuestiono mi abuela.

Yo me encogí en el sofá.

—Abuela, ¿qué pasaría si te digo, que ese señor es mi padre?

Ella abrió muy grande sus ojos, sentándose en el sofá de enfrente.

—No, no, no puede ser —dice negando con la cabeza— Camila, si esto es una broma es de muy mal gusto.

—Abuela, tengo que contarte muchas cosas.

Después de que Aaron se fuera, me quede con Adam, pero unos minutos después llego mi abuela con miles de preguntas.

Le pedí a Adam se marchara, para así nosotras tener una pequeña charla.

Le conté la verdad de porque estuve desaparecida, le dije que no fui a casa de Adam, si no que ese psicópata al cual debería llamar "papá" me secuestro, mi abuela no daba crédito a lo que escuchaba, omití contarle sobre como mi mamá me abandono, porque bueno... ella es su hija y seguro le dolería mucho que dijera eso.

Cuando le conté que es uno de los mafiosos más buscados, palideció completamente y conste que no le he contado el plato fuerte. ¿Cómo le digo que estoy embarazada? Seguro se molestara un montón.

Solté un largo suspiro, allá vamos...

—Y hay una cosa más —dije muy nerviosa.

— ¿Todavía hay más? —se nota que esta entre un estado de tristeza y preocupación.

— ¡Estoyembarazada! —dije lo más rápido que pude.

Pero no sirvió para nada ya que su rostro se iluminó, se levantó del sofá y me abrazo con todas sus fuerzas, escuchaba su risa de felicidad, y yo no pude evitar sonreír.

—Cami, me contaste las peores noticias —dijo llevando un mechon de mi cabello detrás de mi oreja—, pero por lo menos dejaste lo mejor para el final.

—Pensé que te ibas a molestar —dije con una sonrisa.

Negó con la cabeza.

—Estoy aquí para apoyarte —me volvió a abrazar— ¿Cómo se lo tomo Adam?

Mi sonrisa desapareció y agache la cabeza.

—Yo...

—No me digas que Adam no es el padre —dijo, llevándose una mano a la boca.

No pude evitar soltar una risita, cada cosa que pasa por su cabeza.

—Claro que Adam es el padre —dije y ella suspiro tranquila—, pero todavía no se lo digo.

— ¿Qué esperas para contárselo?

—Abuela, tengo miedo –dije, sintiendo ganas de llorar.

—Hay cielo, no te debes preocupar, se nota que Adam te quiere mucho, seguro lo toma bien.

Y así me volvieron a dar la charla de "Debes contarle a Adam". La verdad ya estaba cansada de eso.

(***)

Al día siguiente, fui más temprano a la universidad, quería hablar con Hayley de algunas cosas, hoy tenía la clase de ballet, pero no sé si estando embarazada pueda bailar o no, según mi querido amigo Google si podía, pero también hay algunos casos, donde te puedes hacer daño sin querer y yo no quiero eso.