Capitulo 22

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_______ casi refunfuñó en voz alta.
Era ridículo. Se estaba comportando como una tonta y una paranoica. Por supuesto que Jin aparecería. Y por supuesto que se casaría con ella. Aunque todavía no le hubiese dicho que la quería.
En menos de veinticuatro horas sería la señora de Kim Seok Jin. La esposa de alguien. Un mes antes le habrían dado escalofríos sólo de pensarlo, pero, por alguna razón, ya no le parecía algo tan extraño. Había cambiado mucho durante las últimas semanas. El estar con Jin le había enseñado que compartir la vida con alguien no significaba sacrificar su libertad. Ni tampoco cambiar como persona.
Ni siquiera le importaba tener su enorme perro en casa, eran como una familia. Y algún día tendrían hijos. Un niño con los hoyuelos y los ojos color avellana de Jin, o quizás una niña con el pelo rizado y la cabezonería de _______.
Las posibilidades eran infinitas.
Tiffany, de contabilidad, entró en su despacho sin llamar, como hacía siempre, y dejó encima de la mesa de _______ una factura.
-Necesito que aprueben esto -soltó.
«Qué agradable», pensó _______. Todo el mundo sabía que Tiffany había andado detrás de Jin los seis primeros meses que había estado en la empresa. Según Bora, Tiffany estaba convencida que ella sería la siguiente en salir con Jin después del fracaso de su relación con JiYeon, pero él no se había mostrado interesado por ella. Cuando Tiffany se había lanzado y le había pedido salir, él le había contestado con mucha educación que lo dejase tranquilo. Tiffany era joven, tenía los pechos grandes y era guapa, lo más probable fuese que no estuviese acostumbrada a que los hombres la rechazasen. Desde que había sorprendido a Jin y a _______ muy acaramelados en la oficina, se había estado comportando muy mal con ella.
De lo que Tiffany no se daba cuenta era de que _______ tenía la autoridad necesaria para despedirla, y probablemente lo habría hecho si ella no hubiese trabajado tan duro.
-Te la haré llegar el lunes -respondió _______ esperando que Tiffany se diese por aludida y se marchase de allí.
Pero no lo hizo.
-¿Así que mañana es el gran día, verdad?
-Sí -respondió ella intentando esconderse detrás de la pantalla del ordenador.
-¿Y no estás nerviosa, teniendo en cuenta la reputación de Jin?
«Ignórala», se dijo _______. «Sólo está intentando provocarte». _______ la miró con lo que intentó que fuese una sonrisa, pero probablemente le salió una mueca.
-Tiffany, tengo mucho trabajo.
Tiffany continuó como si no le hubiesen dicho, indirectamente, que se perdiese.
-Sólo estoy preocupada por ti. Estoy segura de que en estos momentos te sientes muy vulnerable. ¡Por favor! ¿Iba a pretender que le preocupaba el bienestar de _______? ¡Qué estupidez!
-Muchas gracias. Pero no me apetece hablar de temas personales contigo.
-Tienes motivos para estar preocupada -insistió la otra-. Quiero decir, que antes él tenía un motivo por el que casarse contigo, pero ahora...
Retrocedió y dejó aquella bomba en el aire, para que _______ la asimilase.
Y así fue. _______ tuvo que contenerse para no ir hasta donde estaba Tiffany y sacarle los ojos.
Lo que Tiffany quería decir era que como ya no estaba embarazada, Jin no tenía ningún motivo para casarse con ella. _______ no podía evitar sentir miedo. Las palabras de Tiffany no estaban exentas de verdad.
-Debe de ser horrible que la dejen a una plantada en el altar, ¿pero y si ni siquiera aparece?
_______ apretó los puños. «No la mates. No la mates», se dijo.
-Cállate, Tiffany -espetó Bora desde la puerta-. Estás celosa porque le pediste a Jin que saliese contigo y él no quiso.
Tiffany se sonrojó y miró mal a Bora.
-Yo he apostado porque Jin la deja tirada. Ya veremos qué pasa.
Tiffany salió del despacho y Bora murmuró:
-Qué zorra.
_______ se apoyó en el respaldo de la silla y suspiró con fuerza.
-Si hubieses tardado un poco más, podías haber sido testigo de una agresión.
-No la escuches, _______. No sabe de lo que habla.
-¿Qué ha querido decir con lo de la apuesta? -preguntó a pesar de conocer la respuesta de antemano.
-No le hagas caso.
-Bora, ¿qué ha querido decir?
-No quería contártelo... -comentó Bora mordiéndose el labio, incómoda.
-Habéis hecho otra apuesta, ¿verdad?
Bora asintió y _______ sintió que se le aceleraba el pulso. Tenía ganas de irse a casa, tirarse en la cama, taparse la cabeza y quedarse allí para siempre.
-¿Y cuál es concretamente la apuesta esta vez? -preguntó fingiendo que no se sentía traicionada por personas a las que consideraba sus amigas.
-Si Jin se casará contigo, te dejará en el altar o no aparecerá siquiera.
_______ sintió ganas de vomitar.
-¿Y tú por qué has apostado? ¿Crees que va a dejarme?
-Yo no he apostado, pero si lo hubiese hecho, habría dicho que Jin iba a casarse contigo. No dudo que quiera tener hijos, y quizás aquello fue un factor importante cuando le pidió a las otras dos que se casasen con él, pero contigo es diferente. Estoy segura.
Si ocurría el milagro de que no la dejase plantada en el altar, si de verdad se casaban, ¿quería ella pasar el resto de su vida con un hombre al que tan sólo le gustaba mucho? ¿No merecía algo más?
-Todo va a salir bien -le aseguró Bora.
Eso era lo que _______ había pensado, pero ya no estaba convencida. La cuestión era qué iba a hacer al respecto.

-¿Estás segura de que no quieres que vaya? -le preguntó Soyou por enésima vez-. Si salgo ahora mismo todavía llegaría a tiempo.
Tres horas. Sólo faltaban tres horas para que se casase con Jin Parecía algo irreal.
Se había pasado la noche dando vueltas y se había levantado de la cama antes del amanecer. Estaba demasiado nerviosa para desayunar. Demasiado distraída para hacer algo que no fuese sentarse en la cocina a tomarse un té mientras hojeaba el periódico.
De acuerdo con el diario local la temperatura sería alta y brillaría el sol. El tiempo no habría podido ser mejor.
¡Era el día de su boda! Tendría que estar feliz. ¿Por qué no mostraba un poco de entusiasmo? Ni siquiera había conseguido todavía meterse en la ducha y vestirse, y todo lo que Bora y ella habían comprado el miércoles seguía en las bolsas, en el asiento trasero del coche.
-¿_______? -dijo Soyou.
-No estoy segura de que vaya a ir -admitió ella.
-No digas eso. Nunca te he visto tan feliz. Sé que la semana pasada ha sido muy dura. Quizás Jin tenga razón, quizás debieseis haber esperado y haber planeado una boda de verdad. Una a la que pudiesen ir tu familia y tus amigos.
¿Y correr el riesgo de que la dejasen tirada en el altar delante de todo el mundo? Ni soñarlo.
-Son sólo los nervios previos a la boda -le dijo _______ a su hermana para que no fuese corriendo para allá-. Todo va a salir estupendamente.
-Jin te quiere.
-Lo sé.
Ése era el problema. Que no estaba segura. Jin no se lo había dicho y ella había tenido miedo de preguntárselo.
¿Y si le contestaba que no la quería?
¿Y si le hubiese dicho que lo sentía, que no era capaz de amar, pero que ella le gustaba mucho?
-Te tengo que colgar. Tengo que prepararme -anunció _______.
-¿Estás segura de que estás bien?
-Sí, estoy bien -mintió ella.
-¿Me llamarás luego para contarme qué tal ha ido?
-Te lo prometo.
_______ colgó el teléfono y suspiró, todavía no se sentía con fuerzas para meterse en la ducha. Se preparó otra taza de té y volvió a sentarse.
Dos horas más tarde seguía allí, fue entonces cuando se dio cuenta de que no podía hacerlo. No podía casarse con él.
El problema era cómo decírselo.

Capitulos Finales

Secretos De Una Secretaria |•| SEOKJIN |•| 《Terminada》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora