Capítulo 5 - El Beso

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"No hay vuelta atrás"

Me mire una última vez en el espejo. Y escucho como la puerta de al lado se cierra, eso significa una cosa: Mis padres han llegado.

Saqué mi chamarra del baño y la aventé sobre la cama.

Encontré una chamarra verde y me la puse encima.

Fui por mis pequeñas 4 navajas de un estuchito de plástico, porque sinceramente me da miedo pasar por las calles, sola. Aunque parezca ridículo.

Guarde el estuche en la bolsita de mi pantalón.

Salí de mi cuarto, y baje las escaleras.

Mi mamá estaba en la cocina lavando algo.

Miré en la sala y mi papá estaba sentado en el sillón de piel blanca, viendo la televisión.

Fui con mamá y le dije un alegre "Hola", con un beso en la mejilla. Grité un "HOLA!", hacia mi papá. Sacudió su mano.

-Mamá voy a salir- dije, caminando por mi bolsa.

-Muy bien-aseguró - ¿Con quien?-.

Me tensé de pies a cabeza.

-Con... con...-no le puedo mentir- Cato- susurré, para que papá no escuchara.

-Okay, bueno, ¿A que hora vas a regresar?-.

-No lo sé, tal vez como a las ... diez o algo así- respondí.

Se hizo un silencio incómodo.

-Nos vemos al rato, o mañana temprano. Te Quiero- le dije, con otro beso en la mejilla.

-¡Adiós Pa!-grité. Volvió a sacudir su mano.

Me colgué mi bolso al hombro, abrí la puerta y salí a la calle.

Ya no habría gente, solo la tristes luces de los postes.

Esta vez, creo que si me convendría correr hasta allá.

Pero no, como siempre empecé con mi apresurado paso cuando salí de la primera calle.

En la reja, Los Agentes de La Paz seguían entrenando.

El reloj marcaba las ocho cuarenta y cinco, WOW, si que me tarde bañándome y 'arreglandome'.

Creo que estaré con él a buena hora. Además todavía no sé sus planes.

Cato POV

Son las ocho cuarenta y siete, creo que todavía no era tiempo para que me desespere. ¿Acaso era capaz de dejarme plantado?

Clove

Suspiré.

Todavía faltan tres cuadras y media, para llegar a mi pequeño encuentro con Cato.

Seguí caminando, la soledad hacía que me estremeciera.

La presión y el nerviosismo se apoderaron de mí, ya cuando faltaba media cuadra, sentí el impulso de correr hacia la puerta.

Me detuve en seco al llegar.

Tomé aire profundamente y abrí la puerta.

Algunas luces estaban encendidas, en las salas y el perchero.

En otras partes como las pequeñas gradas, había velitas.

No lo veía por ninguna parte o no se veía por ahí, en ese lugar tan obscuro.

Cato y Clove . Una Historia Especial!Where stories live. Discover now