A night to remember © ➳ Park Jimin & Kim Tae Hyung || ANTR #1

Kaori

No daba crédito a lo que mis oídos escuchaban. Jung Kook había dicho que Jimin y él estaban coladitos por Momo. ¡Jimin! ¡Jung Kook! Ambos por ella. Por mi amiga. Madre mía. Qué fuerte. Un momento. Tengo que contar cómo sabía de esto, ¿no? Resulta que cuando Momo salió corriendo detrás de Jung Kook, yo salí corriendo tras ella. Se pararon a charlar y, para que no me descubriesen, me escondí como solo un ninja profesional sabía hacerlo. Después de escuchar la triste historia que Jung Kook contó y de saber sus verdaderas intenciones hacia mi amiga ―y que no era un acosador peligroso―, sentí un poco de pena por él. A ver, que sí. Que el chico fue quien se quedó con esa chica en secundaria y tal... Pero se me estaba haciendo tan tierno y tan vulnerable. Sólo podía gritar mentalmente "¡Momo, abrázalo o algo! ¡Por el amor de Dios!".

―¿Te podría pedir algo? ―La suave voz de Jung Kook interrumpió mis estúpidos pensamientos. Puse total atención en ambos, entrecerrando los ojos para verlos mejor.

―C... Claro. Dime. ―Su voz salió quebrada. Mi amiga seguía en shock después de su confesión. No quería pensar cuántos sentimientos estarían revolviendo su pecho por las palabras del muchacho. Un chico se le había confesado a la cara y le había dicho que Jimin, el chico del cual gustaba, también gustaba de ella. Yo sólo... ¡Quería verle la cara cuando enfrentase nuevamente a Jimin! Era malvada.

―Esa chica besó a Jimin para que le quedase un bonito recuerdo. Tú... ¿podrías besarme a mí? ―grité en un susurro. Yo solamente alcanzaba a ver la espalda de Momo, pero imaginaba la cara que puso con eso.

―Jung Kook...

―Si crees que tengo alguna oportunidad contigo, no lo hagas. Esperaré a que te aclares y estaré aquí para ti. Si tienes claros tus sentimientos hacia Jimin... Te lo pido. Por favor, bésame. Porque, ese idiota te gusta muchísimo, ¿no es así?

―Jung Kook. Entiende que no puedo hacer algo como eso. Lo siento. Mi opinión es... Si vas a recordar ese beso durante toda tu vida, y con eso recordar que no pude corresponderte, te será doloroso. Es mi punto de vista. Así que no lo haré. No te besaré ―Momo apretó sus puños. Él apretó sus labios y los mordió con suavidad, para agachar la cabeza. Pareció meditar las palabras de la chica. Segundos más tarde, volvió a posar sus ojos sobre Momo.

―Y... ―Cogió aire por la boca, expulsándolo por la misma. Su aliento se condensó por el frío―. ¿Te puedo dar un abrazo? ―Ella asintió. Podía sentir cómo sonreía desde mi puesto. Ambos se fundieron en un cálido abrazo. Estoy segura de que estuvieron por más de un minuto así. Fue Jung Kook quien finalmente se separó―. Gracias, Momo. Sólo te pediré una cosa más.

―Adelante.

―Me gustaría conocerte más a fondo y... ser uno de tus amigos. ¿Te... Te parece? ―Esto último lo preguntó con suma timidez, moviendo uno de sus pies.

―Claro que sí. ―Los labios de Jung Kook se curvaron en una gran sonrisa. Sin previo aviso, achuchó fuertemente a mi amiga.

―Ahora, vuelve a la casa de Jenn. De verdad hace mucho frío y no quiero que te constipes. Yo iré a la mía. No será agradable para mí estar rodeado de personas semidesnudas, mientras yo sólo puedo abrazar a Nam Joon. ―Escuché cómo reían a la vez―. Ya recogeré los apuntes otro día... Gracias, Momo.

Corrí a la velocidad del rayo hacia la casa de Jenn. Momo ya se había despedido de Jung Kook y regresaba a paso rápido. Cuando pasé la cocina mientras corría, oí a alguien chistar. Frené en secó y volví sobre mis pasos. Jimin y Tae Hyung estaban bebiendo un vaso de leche, sentados en la mesa de la cocina.

―No hagas ruido. Todos están dormidos ya ―susurró Jimin―. No sabes cuánto costó que Jenn se quitase la ropa frente a Ho Seok.

―Ven ―Tae Hyung apartó una silla y palmeó su asiento con delicadeza. Yo asentí y me senté allí; a su lado. Jimin estaba frente a mí. Me lanzó una mirada curiosa y... ¿Amenazante? Wow. Jimin si quería, daba miedo.

―¿Qué pasó allá fuera? ―Empleó un tono duro, pero dulce. Más que nada, el chico estaba celoso. Me hacía gracia. Tae Hyung me observaba sin cansarse, así que me dediqué a mirar a su amigo.

―Pues... ―De repente, Momo apareció. Vaya, no habíamos escuchado la puerta cerrarse.

―Perdonen. Ya estoy aquí. ¿Y los demás?

―Durmiendo ―se apresuró Tae Hyung en responder.

―Y, dentro de poco, nos toca a nosotros cuatro ―añadió Jimin. Los tres, menos él, nos ruborizamos pensando en esa escena. ¿Acaso el chico era de piedra? No. Sería porque no se avergonzaba fácilmente―. Haré que Momo se olvide de todo, mientras está conmigo.

―¡Oye! ―exclamé. Ambos chicos me chistaron una vez más. Las mejillas de Momo tomaban color de nuevo. Si nos parásemos a contar cuántos sonrojos nos provocaron estos chicos en un día... nos cansaríamos antes de acabar. Jimin apuró su vaso de leche. Se levantó y dejó el vaso en el fregadero para caminar hacia Momo. Cogió su mano y se detuvo a verla. Le sonreía tiernamente. ¿Era para camelarla más?

―Vayamos a lavarnos los dientes juntos.

―Vayamos los cuatro juntos. ―Enfaticé mi frase. El temor que le tenía a Jung Kook había pasado a Jimin en un abrir y cerrar de ojos―. Así nos vamos todos juntos a dormir. ¿No, Tae...Hyung? ―pronuncié su nombre en un susurro. Él asintió. Me fijé en que todavía tenía su vaso medio lleno. ¡No había tiempo que perder! Agarré el vaso y me acabé la leche de un trago. Mi lengua ardió. La leche estaba muy caliente. Tae Hyung abrió los ojos sorprendido y visiblemente preocupado. No, no pasaba nada. Sólo tendría la lengua irritada por unos días, pero daba igual. Lancé ―no literalmente― el vaso al fregadero y me uní al dúo que había en medio del pasillo―. ¡En marcha!

Nos lavamos los dientes por parejas. No cabíamos los cuatro en el lavamanos... Y después de debatir quién iría con quién, Momo se quedó con Tae Hyung y yo con Jimin.

―Más te vale no estar mirándole el trasero a mi amiga ―le susurré con enfado al oído, mientras él y yo estábamos esperando, detrás de ambos, nuestro turno―. Esto es la guerra, Jimin.

Sí. Definitivamente Jung Kook y él habían cambiado los papeles en mi cabeza.