capítulo uno

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Nota: Por favor recordad que el argumento es diferente al de American Horror Story, pero está basado en él.

*

1924

- ¿Qué estás haciendo?.- Ella gritó en pánico.

- Solo estoy haciendo esto por lo que te mereces.- Él tragó saliva, ajustando más fuerte su mano al mango de la pistola.

- ¡Eres un psicópata!.- Gritó.- ¡Ayuda!.- Ella gritaba desesperada, pero sabía que nadie la encontraría o escucharía desde allí.

- Yo solo quería un niño.- Dijo.

- ¡Podemos arreglarlo! Podrías tener una hija también.- Ella le enseñó una falsa sonrisa.

- Demasiado tarde.- Él suspiró y disparó directo hacia el estómago, donde dentro descansaba lo que pronto sería una pequeña niña de 8 meses de vida. Todo lo que él quería era un hijo. Un hijo que entrase en el ejército. Era su sueño. Llámadle psicópata, pero no le conocíais.

O al menos ya no.





Otoño. La mejor estación que describe mi estado de ánimo. Mis padres estaban muy ocupados discutiendo para notar que yo había dejado la casa. Estuve caminando al rededor del pueblo durante horas solo para calmarme. No podría hacerlo allí dentro, con todo ese ruido e irritación por parte de mis padres.

Me cansé de caminar por lo que entré a sentarme en el porche de una casa aparentemente abandonada. A nadie le importaría que me sentara aquí.

Tenía una manzana en la mochila, una que decidí llevarme a la boca mientras caminaba hacia las escaleras.

- Yo que tú no entraría ahí.- Una voz habló. Me giré para ver a un chico alto con el pelo negro.

Qué mierdas quería.

- No iba a hacerlo.- Mordí mi manzana.- Solo sentarme en el porche.

- No puedes estar aquí.- Murmuró.

- ¿Y tú sí?.- Reí.

- Yo sé más que tú.- Me miró algo desafiante.

- Bien entonces.- Me descolgué la mochila, buscando algo para darle. Cogí otra manzana y estiré el brazo hasta él, entregándosela. Pero en vez de tomarla como una persona normal, él solo la golpeó hasta que ésta estuvo destrozada en el suelo.

- ¿Qué cojones...?.- Maldecía por lo bajo.

- Lárgate, Hyeon.

- ¿Cómo sabes mi nombre?.- Elevé mi ceja, que yo supiera no llevaba ningún tipo de pegatina con mi nombre.

- Te conozco más de lo que crees.- Dijo de nuevo.- Ahora fuera.

- ¿Qué importa? No vives aquí de todas formas.

- No te está permitido venir aquí.- Elevó un poco su voz.

- ¡Tú tampoco!.- Le respondí cansada. Qué pesado. Caminé hacía la salida golpeando su hombro al pasar a su lado.

Me giré para mirarle pero él solo estaba mirando donde yo antes estaba hace un minuto.

Qué tío más raro. Nunca le había visto en el pueblo, debe ser nuevo, aunque actúe como si no lo fuera.

Murder House ☹ jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora