—tengo que ayudarlo, nadie merece eso –dije casi como un ruego, él tenía razón pero yo no me daría por vencido algo tenía que hacer.

También me rompió el corazón lo que le hicieron a ese niño, pero esta es una guerra que tenemos perdida, es de su manada y estamos en su territorio

Dijo mediante el vínculo, bueno al menos me entendía, me extrañaba que Jayden estuviese actuando sin corazón.

—Maximiliano me dio esto para que vistamos en la fiesta—dijo exténdiendome un traje.

—ni me lo recuerdes, tengo hambre –dije cambiando el tema.

—tu madre dijo que cuando despertaras fueras a la cocina y le dijeras a la chef que te hiciera algo –dijo Jay.

Yo me levante y salí de la habitación rumbo a la cocina. En la cocina me encontré con una mujer que podía estar en sus treinta, con cabello rubio y ojos azules.

—Hola, ¿desea que le prepare algo de comer? –pregunto alegre.

—Hola, soy Noah y si por favor me muero de hambre –dije sentándome en una silla que estaba frente a ella.

—Me llamo Tara, ya te preparo algo –dijo ella, yo saque mi celular y vi muchas notificaciones de cumpleaños, no era por presumir pero era alguien muy popular en el colegio.

—Lamento durar tanto, pero no conozco muy bien esta cocina y no sé dónde pone las cosas ese niño –dijo ella.

Unos minutos despues me paso un platillo.

—no te preocupes y gracias –dije mientras comenzaba a comer.

—con gusto –dicho eso salió de la cocina.

Comencé a comer, hasta que me puse pálido y el ratoncito en mi mente se despertó y decidió correr.

Ella dijo que no trabaja aquí regularmente y que no sabía dónde ponía las cosas ese niño.

¿Y si el muchacho del árbol trabajaba en esta casa? ¿Si era un sirviente?

Con esa idea apenas termine de comer salí rumbo a la habitación, pero me topé con mis padres.

—Hola hijo, feliz cumpleaños –dijo mi madre dándome un fuerte abrazo. Mi padre hizo lo mismo después de ella.

—la fiesta dará comienzo a las seis y a esa hora llegaran invitados de varias manadas aledañas, manadas canadienses, asique trata de estar listo para esa hora –dijo mi madre, estaba por preguntarle algo cuando vi que se acercaba la familia del mal y decidí correr en dirección contraria.

JAYDEN –grite cuando entre, el salto del susto.

—¿qué te pasa? ¿porque gritas? –dijo tocando su pecho, su corazón latía fuerte.

—creo que se quién es el niño que estaba en el árbol –tomando mi maleta y sacando un par de cosas.

—habla –dijo sin mucha emoción.

—es algo así como un sirviente del alfa –el me miro con el ceño fruncido.

—no lo creo, sería ilegal para humanos y para nosotros, además no hay nada en las reglas de la manada que avale algo como lo que le hicieron–explico, Jayden era muy bueno con las reglas de otras manadas, yo no conocía ni las de la mía.

—¿crees que haya hecho algo contra el alfa? Porque no logro imaginar qué podría haber hecho para que le hicieran eso, pero como aquí son cabernicolas, es normal que todo lo arreglen a los golpes y cómo sea, el no puede servir al Alfa es casi un niño–dije.

—por favor ¿quien en su sano juicio se metería con esta gente? –y ahí va de nuevo.

—no me importa, descubriré quien es –dije decidido.

—qué bueno Sherlock pero primero dúchate, en menos de tres horas este lugar estará lleno de gente que quiere conocerte –dijo serio.

—y yo me muero de la emoción por saber quiénes son wow –dije con sarcasmo.

—de verdad que eres imposible –dijo saliendo de la habitación, yo fui al baño y me duche, fue algo corto porque la verdad es invierno y ya está nevando asique ducharse no es tan necesario.

Salí del cuarto de baño y vi el horrible traje que me dio Maximiliano, aparte de imbécil, tiene pésimo gusto. No me pondré esto hasta que sea necesario. Tenía que hablar con la chef, pero sin que nadie se diera cuenta, si ella sabe que él trabaja aquí también debe saber más.

Saqué mi móvil marqué el número de el segundo al mando de los rastreadores, ellos son lobos especialista en camufle y rastreó, podrían pasar como humanos y no hacerse notar del todo, habilidad importante entre nosotros porque los lobos pueden percibir humanos y otros lobos que estén alrededor de ellos o algún rastro que haya quedado de su aroma.

—Hola, Ethan—no puedo creer lo que estoy a punto de hacer.

—¿Noah?—pregunto.

—Ethan, hey oye mi padre dijo que necesita que mandes a dos de tus mejores chicos, los quiere alrededor del lado norte del territorio Fierce —que buen mentiroso soy, debería ser actor.

—¿Para que quiere tu padre que estén allí? ¿es peligroso? ¿los Fierce saben de esto? Porque si no es así podrían tomárselo mal —hablo con preocupación.

—Ellos no saben por eso pedimos rastreadores, nadie debe saber que están aquí, no te preocupes es solo precaución —el soltó un suspiro no muy convencido.

—Ya van para allá, estarán allí en ocho horas máximo, te envió los números de sus celulares por mensaje de texto—dijo el hombre aun dudoso.

—Genial, gracias y adiós —dije cortando la llamada, después de esto nadie me va a creer nada, pero lo vale.

Ahora la segunda parte de mi plan, esa mujer me va a decir todo lo que sabe de ese chico sí o si.

Multimedia Noah

Publicado Dic. 11, 2015

Editado 2018

The Broken Omega (Terminada)Where stories live. Discover now