1. Capítulo 7: Eliden (2ª Parte)

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No me dijiste que estabas así, reproché sin realmente ser capaz de pronunciar las palabras con mis labios y, cuando tontamente creí que obtendría una respuesta igual, la voz de Eliden me regresó a la realidad.

—Te busqué por mucho tiempo...

Podría haberme reído de lo bien que esas palabras me habrían funcionado a mí, pero solo dije lo único que realmente me preocupaba en ese momento—: Ayúdame a salir de aquí, ayúdame a sacarlos de aquí, Sebastián.

—En este mundo mi nombre es Eliden.

—Eliden —repetí—. Sebastián Eliden... siempre pensé que ese apellido era extraño.

—Me gustaría ser presentado —dijo entonces mi dragón, cuya voz no sonó lo fuerte que esperé lo hiciera.

—Lo siento —me disculpé y señalé a la única criatura de pie en el lugar—. Él es... un viejo conocido.

Miré la triste sonrisa de mi exnovio y sé que lo herí en ese momento, pero no había otra forma de llamar a alguien que mintió todo el tiempo.

—¿Que significa un viejo conocido para ti, Ilora? —preguntó Castiel, haciéndome tragar un nudo por lo directo de su pregunta.

—Una persona que quise y que ahora sé no conocí en verdad, ¿es eso suficiente explicación? —Le miré molesta, pero solo obtuve un guiño de su parte—. Y bueno... —volví mi vista al hada y señalé al resto—, ellos son mis amigos, los viste antes, excepto a Piwi, el ogro, y Alhaster, mi protector.

Sebastián asintió a la habitación en general y, para sorpresa de todos —incluso la mía—, se acuclilló para dejar un beso en mi frente, sosteniendo mis mejillas. Fruncí el ceño por su familiar gesto y esperé hasta que tuvo suficiente.

—Me alegra verte de nuevo, aunque sea en circunstancias como estas. Pensaré en lo que me has pedido y prometo traerles algo tan pronto pueda hacerlo.

Y, antes de que pudiera decir algo, se levantó y caminó hacia los barrotes para llamar a un par de guardias que inmediatamente le sacaron de la celda y lo escoltaron lejos de nosotros.

Verlo alejarse fue demasiado familiar, tanto que tuve que morder mi lengua para no llamarlo, para no suplicarle que no se fuera otra vez.


«La puerta del salón de escobas fue abierta, pero me negué a levantar el rostro a quién fuera estuviera allí. Tendría que cansarse, después de todo, no había nada interesante allí. Además de la chica llorando y la oscuridad reinante.

—¿Crees que puedas decirme donde está el baño? —preguntaron riendo, por lo que fruncí el ceño, sin entender qué era lo que estaba sucediendo.

Resoplé, tratando de mostrarle que no estaba interesada en nada de lo que dijera, pero no se marchó, en cambio él volvió a hablar.

—¿No es un poco complicado llorar en medio de escobas y todo eso? Digo porque es como deprimente. Yo habría ido a llorar con helados, allí las lágrimas deberían ser como dulces —bromeó, y mentiría si dijera que aquello no me hizo reír—. Bueno, entonces... Sí, sé que tenemos una conversación entretenida aquí, pero ¿me dirás dónde queda el baño? En serio me urge.

Levanté mi rostro, limpiando las huellas de lágrimas en él, e indiqué con mi mano el otro lado del pasillo, justo en frente de la habitación en que estábamos. No podía ver más que su silueta, debido a la luz de la calle, pero fue bastante obvio que era más alto de lo que esperaba.

—Tiene un letrero y hasta un dibujo, no puede ser complicado —dije, mas, solo obtuve una risa de su parte.

—Sí, supongo que necesito lentes... —asintió, rascando su cabeza—. Bueno, espero volver a verte —Terminó y se fue cerrando la puerta tras de sí, dejándome confundida.»

CDU 3 - La elección de Cassiodora [BORRADOR COMPLETO]Where stories live. Discover now