capítulo XXII

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"Se enamoró ciegamente y luego pidió a gritos su visita".


-¿Qué fue eso?

Liam había cortado la llamada una vez que había negado conocer a la persona que buscaban. Él sabía que sería Harry el que estaba llamándole, pero jamás se imaginó que realmente lo haría. Zayn había advertido semanas atrás que podría hacerlo debido a que ya lo había intentado, pero su cobardía le había vencido esa noche. Sin embargo, en la actualidad, todo era diferente. Esta vez sí que se había atrevido a llamarle. Sí que había escuchado su voz buscando a gritos un poco de Louis. Y él por simple miedo e impresión se lo había negado.

-Estaba equivocado. -repitió, con la boca seca, dudando de si debería mentirle a su único amigo del mundo.

-Liam, he visto tu cara al responder. ¿Qué demonios está pasando?

Y era como si el momento de las verdades se hubiera desatado en todas partes, porque Liam ya no pudo contener por más tiempo todo aquello que ocultaba. Su relación a larga distancia con Zayn, sobre todo. Por igual cómo el moreno había hecho hasta lo imposible para separarlo de Harry y cómo si se iba en ese mismo instante a San Francisco, habría tomado la mejor decisión de su vida.

-Lou, hay algo que debes saber, te he estado mintiendo por un tiempo... -le dijo, con las manos temblorosas y los ojos acuosos. -Sabes que odio las mentiras, no sé qué demonios me ha pasado.

-¿De qué estás hablando? -el oji-azul sintió su corazón encogerse de pensar que su propio mejor amigo sería capaz de mentirle. Sobre todo si el tema era serio.

-Estoy saliendo con alguien. -soltó sin preámbulos. -Con Zayn.

Louis palideció. -No. Zayn está saliendo con Harry. Se fueron.

-No, Louis. -la voz de Liam amenazaba por quebrarse en cualquier momento, porque por primera vez había elegido su felicidad sobre la de los demás y por primera vez sentía que al final de una conversación podría ser plenamente feliz. -Le ha estado engañando desde hace tres meses. Él está conmigo.

-Cállate. -Louis, por miedo, había comenzado a temblar. Porque se imaginó un mundo en el que a Harry pudieran hacerle semejante cosa, y prefirió morir a saber cómo sería. -Zayn no es así. No. Tú no eres así, Liam. Tú no harías eso.

-Lo lamento...

-Liam, tú no harías eso. Dime que no lo harías. -Louis estaba desesperado por salir corriendo en busca de Harry y poder apartarlo del mal que pudieran hacerle en cualquier momento. -Tú sabes lo importante que es Harry para mí, Liam. No dejarías que alguien le haga daño porque sabes que eso me destrozaría también. ¿Cierto?

-Pero si tú mismo lo has destrozado...-susurró.

-¡Maldita sea, Liam! ¿De qué lado estás? -Louis se levantó de la banca en la que llevaban demasiado tiempo sentados.

-¡No existen lados, Louis! Estoy actuando a la defensiva porque yo también me he enamorado. ¡Joder, creí que podrías entenderlo!

-¡Pues no lo hago, Liam! No se lastima a la gente que se quiere. ¡Y no me estoy refiriendo a Harry, ni a Zayn! Estoy hablando de mí, ¿nuestra amistad no importa? ¿Es eso? Porque jamás puse a Harry sobre ti, porque entendía que eso era distinto. Y no te lastimé de por medio.

-De verdad, creí que entenderías... -susurró, apagando los gritos que amenazaban con crecer cada vez más.

El oji-azul negó con la cabeza. -¿Quién llamó?

the red shoes • larry stylinsonWhere stories live. Discover now