Skinny Jeans ➳ Justin Bieber

Capítulo dieciocho.

❝DE REGRESO AL CAMPUS❞

CASSIE HILL

Un grito hizo que despertara exaltadamente sentándome en el colchón, dirigí mi mirada hacia la entrada de la carpa y me tense cuando vi que se encontraba Miley.

— Pero que mierda— Justin se sentó soñoliento, también se había levantado con el grito de Miley.

— ¡No puedo creerlo!— Miley sonrío emocionada mientras agitaba sus manos rápidamente.

— Miley ¡Sal de aquí!— susurré cubriéndome bien con las sabanas, esto era incómodo.

— ¡Pero que traviesos resultaron ustedes dos! Si tenían condones hubieran compartido ¿no?— Miley bufó pero de una manera graciosa.

— ¿Condones? —Justin se frotó la cara con una mano mientras con la otra, acomodaba bien la sabana.

— Condones— afirmó Miley— oye Justin, no me había dado cuenta que tenias unos abdominales tema marcados...

— ¿¡Condones!?— grité yo, al darme cuenta la gravedad de la situación. Lo habíamos hecho sin protección.

— Mierda los condenes— Justin me miró preocupado.

— ¿No usaron protección?— preguntó Miley y segundos después negó con la cabeza como una mama regañando a sus hijos.

— No— negué un poco asustada, yo no estaba preparada para tener hijos. Es decir, claro que los quería tener, pero no ahora, y no así.

— Yo tengo pastillas, no te preocupes. Siempre vengo preparada para los viajes, deberían aprender de mi par de irresponsables— habló Miley.

Justin y yo suspiramos aliviados.

— Miley no sabes cuánto te quiero— le dije con los ojos cerrados, Miley había sido mi salvación.

— Lo sé— escuche que río y abrí los ojos viendo como salía de la carpa.

Justin cerró la carpa con cuidado y se volvió a recostar cerrando los ojos, no sabía qué decir ni qué hacer, estaba nerviosa. Y digamos que él no ayudaba mucho con su actitud de quedarse callado, necesitaba conversar con él y ver que íbamos hacer ahora ¿Que éramos?

— Justin— susurré tocando su hombro cuidadosamente.

— Dime— susurró todavía con los ojos cerrados, pero no dije nada, no sabía qué rayos decir y es que ese momento se estaba volviendo realmente incomodo. De mi boca no salía la pregunta ¿Que éramos?— lo siento— se disculpó.

— ¿Porque?— pregunte un poco nerviosa, tenía miedo de que se haya arrepentido de lo de anoche.

— Debí acordarme del bendito preservativo— abrió sus ojos viéndome fijamente se veía arrepentido. Bueno, al menos no se había arrepentido que lo que había pasado en si.