07 «Su Historia»

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Para nuestra suerte, logramos salir del vecindario sin ser vistos por mi madre; y una vez, fuera de peligro, ambos nos encaminamos al lugar de escape sin llamar mucho la atención.

Al estar ahí, en lugar de ir a las rocas como solíamos hacerlo en visitas anteriores, Sebastian avanzó en dirección a la playa a través de un sendero escondido entre los árboles. Un sendero del que no me percaté que estaba ahí, hasta ahora.

— Se siente bien salir ¿Verdad, Skyler? — dice con tono despreocupado, al mismo tiempo que eleva su rostro y sus brazos, disfrutando de la brisa marina.

Aparté la vista de él y reí, mis ojos recorrieron el océano mientras me preguntaba mentalmente él como es posible que tenga cambios de humor tan repentinos.

Él es un enigma.

— Seguro Sebastian, seguro.

Me detengo en un punto de la playa, donde las olas del mar no llegan hasta ahí. Me siento en la arena y le doy un trago al refresco, sin dejar de ver el océano.

— ¿Te sucede algo? — pregunta, para después sentarse a un costado de mí — Te noto extraña.

Sus ojos me analizan y yo solo sonrío con ironía. Me habla de actitudes extrañas, cuando de los dos, él es el extraño. Lo veo hacer una mueca, sin embargo permanece sin decir nada, como si esperase que yo le respondiera a su comentario anterior.

Él sostuvo la lata de refresco, limpió él contorno con su camisa; la destapó y posteriormente dio un sorbo de ella.

Sonrío sin mostrarle los dientes; coloco mi lata en la arena y giro un poco mi cuerpo en su dirección, para tenerlo de frente.

— No retrases las cosas, Stan. Recuerda que ahora soy fugitiva — él suelta una risa jocosa y lleva la lata a sus labios de nuevo.

Le miro de "mala manera" en un tonto intento de hacerle sentir culpa, pero solo gano más burlas de su parte.

— Idiota.

Otra risa. Vuelvo a girar mi cuerpo, esta vez, apartándome un poco de él y enfocando la mirada a las olas del mar que chocan entre sí.

— Por eso me gustas — dice sin más, levanto las cejas sorprendidas y mis ojos castaños buscan su mirada; Sebastian me evita y aclara su garganta — me refiero al estar contigo.

Sebastian endereza el cuerpo, sus ojos están fijos en el océano y bebe una vez más de la lata de refresco. Su expresión corporal me da a entender que está consciente de que ha dicho algo que no debía y no tiene la más mínima idea de cómo repararlo. por lo tanto, dejé de hacer presión en él, no le miré más y estoy casi segura de que aquella simple acción le calmó el corazón.

— Tú me haces reír, a eso me refería, Skyler.

Sonrío de lado. En realidad la confesión —aunque me tomó por sorpresa—, debo admitir que me hizo sentir halagada y a su vez, creo que algo feliz. Ahora sé que no le soy indiferente, y él tampoco lo es para mí.

— Sí, Sebastian, sí. Lo que digas.

Hubo unos minutos de silencio de nuestra parte, ninguno pronunciaba palabra alguna. Solo el sonido del océano era capaz de oírse en el lugar.

— Te dije que te daría explicaciones — comentó Sebastian después de un rato, asentí —. Bien, si eso quieres, uh, te las daré.

Regreso a verlo y descubro que su mirada está clavada en la arena; su expresión pensativa y confusa, demuestra que tiene una especie de debate interno y no sabe cómo tratarlo.

» Corazón Destrozado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora