Capítulo 2

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Conociéndote.

Después de que Orochimaru salió de su habitación el chico de cabellos negros se asomó a su balcón que daba una vista hacia la puerta de la enorme casa, sólo para verificar que lo que le había dicho era cierto, al parecer su padrastro saldría del país por casi un mes, dejando a Kabuto, que era como su mano derecha a cargo de lo que pudiera ocurrir en su ausencia.
Esto lo tranquilizó un poco, tal vez porque sabía que muy pronto sería mayor de edad, y estaría podrido como él. Necesitaba un descanso, alejarse de todo por un momento.

El chico de ojos negros apretó los puños con tal fuerza, que sus nudillos comenzaron a notarse blancos.
Lo odiaba, odiaba la vida que le tocó tener, odiaba a las personas que le arrebataron a su familia en aquél accidente que apenas y podía recordar.
Peor aún, se odiaba así mismo por ser tan patético, siguiendo las ordenes de aquel hombre, solamente por conservar la promesa de que él lo ayudaría con todo el dinero que tenía a buscar a los responsables de la muerte de sus padres. Sólo por eso... Se repetía así mismo, yo no estoy podrido, aún.

-¿Sasuke-kun? -Comentó la pelirosa mientras salía del baño portando el suéter que le había prestado la noche anterior. -¿ocurre algo?

Se notaba en su voz, el tono de preocupación de la chica, sin embargo Sasuke no estaba acostumbrado a que alguien se preocupara por él, le parecía incómodo pues era como invadir su espacio personal.

Por lo que simplemente contestó con un monosílabo -Hmp.- ignorando por completo la pregunta de Sakura.-Te dejé ropa en el armario de allá, apresúrate que partimos en 15 minutos.- Dijo de manera automática mientras salía de la puerta de su habitación dejando a una Sakura confundida.

¿Qué fue todo aquello?

Se preguntó ella, mientras miraba la ropa que le había dejado Sasuke en el armario, unos jeans azules, unos converse y una blusa de color celeste.
Ella no lo conocía, es más no le brindaba del todo confianza a pesar de todo lo que ha hecho por ella, simplemente... Que el cambio de actitud de ayer y hoy son muy diferentes. Es como si hubiera dos Sasukes distintos, ella a pesar de que no le brindara confianza lo apreciaba de algún modo, y le preocupaba que estuviera sufriendo por el motivo que fuera.

Terminó de vestirse, para mirarse una última vez en el espejo, sus mejillas habían perdido el color, se veía pálida, y traía unas ojeras enormes debajo de sus ojos color jade. Se miró horrorizada, como lo haría cualquier chica de su edad, no se veía atractiva, es más ni llegaba a ser fea. Se hizo unos pequeños arreglos, aunque realmente estaba exagerando con lo de su apariencia.
Cuando miró detrás de ella, a través del espejo, estaba Sasuke que la miraba con aquellos ojos tan oscuros como dos pozos que penetraban hasta lo más recóndito de tu ser.

Se sonrojó, pensó el lo estúpida que se estaría viendo ante aquella reacción, bajó la mirada para que no la mirase.
- ¿Qué tanto te haces? ¿Vendrás o qué? - Contestó el pelinegro en un tono irritado.

Se sintió tonta de algún modo, no sabía por qué, tal vez porque esperaba que se comportara como el chico de ayer que la había rescatado y ofrecido su ayuda.
-Sí, Sasuke-kun...- Dijo con un tono apenas audible mientras que seguía a Sasuke que ya bajaba las escaleras que conducían a su habitación con una enorme sala de estar. Recordó la noche anterior, y mejor prefirió no mirar concentrándose en la ancha espalda que estaba delante suyo, hasta que esta de pronto se detuvo haciendo que por accidente chocara con ésta.

-¿y bien a dónde te gustaría ir de vacaciones? -Sasuke miró a la ojijade ahora a los ojos, con un tono de voz más amable, supongo que para él eso era amable.

Un Pequeño Cambio ||SS||Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin